Conversatorio de Escritura Narrativa

Durante mayo desarrollamos conjuntamente un “Conversatorio de Escritura Narrativa” con amigos y familia. Siento que consolidamos un equipo de gente dispuesta y talentosa para apoyarnos en la producción de relatos por escrito. Fue una grandiosa excusa para dedicar tiempo a aprender o perfeccionar este arte, desconectarnos del caos viral y conectar con gente nueva y enérgica. Siendo así, estoy sumamente satisfecha con el resultado, textos bien trabajados, cargados de experiencias vitales, recuerdos, amores, miedos, tristezas, lucha y constancia. En fin, repletos de emocionalidad absoluta, reflejan todo ese proceso creativo, que me recompensa todavía mucho más.

Quiero agradecerles a todos por integrarse a esta iniciativa, cada uno con su estilo, a su forma y en su ritmo. Principalmente por su tiempo, el mayor bien que podemos otorgarle a nuestros semejantes. El tiempo que se va no regresa y cómo lo utilizamos tiene que ver mucho con lo que nos apasiona, interesa y conmueve. Me gratifica plenamente que compartieran conmigo tan cuantiosa valía, en este tramo de vida

Gracias por permitirme aproximarme a ustedes a través de esas historias que reflejan de forma muy particular la realidad de cada uno. Los agradecimientos se  los expreso en orden alfabético, porque de alguna forma había que hacerlo, aunque para mí todos son igual de valiosos y emocionantes.

Agradezco a:

Alinger: por su practicidad y destreza,  por recordarnos el valor de la amistad y de los momentos simples de la vida, además de antojarnos de los sabores de nuestra tierra con una sabrosa cachapa.

América: por su amor y esmero, por recrearnos la magia de viajar y las historias que conlleva el conocer nuevos destinos, aromas y sabores, por supuesto sin olvidar a nuestra amada Venezuela.

Andrea: por su capacidad y fuerza, por deleitarnos con paisajes montañosos y frescos, motivarnos a avanzar y siempre alcanzar esa cima, que es ir por más en la vida cotidiana y estar alegres por ello.

Ariandgna: por su disposición y energía, por esa historia que nos evoca la ilusión y alegría de la niñez y la determinación de que hoy podemos reinventarnos pese a la situación que estamos viviendo.

Audrey: por ser diligente y comprometida, por esa historia campestre cargada de amor a la naturaleza, a los animales y a los más pequeñitos, manifestándose en una hermosa lección de vida.

Bladimiro: por ser especial y dispuesto, por compartirnos gratamente sus recuerdos, que nos reflejaron la simpleza de la felicidad, el valor del amor y la unión familiar a lo largo de nuestras vidas.

Dubraska: por su destreza y talento, por abrirnos su corazón en una historia en la que entendemos las múltiples manifestaciones que el amor puede tener en nuestras vidas hasta que se perfecciona.

Enileska: por su energía y creatividad, por un relato lleno de jocosidad, tan futurista como vigente que realza lo simple y lo complejo de cada época, así como el valor del amor y el legado familiar.

Gregorio: por su valentía y ganas de dar más, por esa historia de romance y drama que a todos nos encanta, que muestra que no todo es color rosa pero de igual forma siempre vale la pena amar.

Luz: por ser radiante y brillante, por obsequiarnos las confidencias de la niñez y adolescencia de su amada abuela, mujer digna, valiente y grandiosa, que no tengo duda le heredó belleza y carisma.

Raymar: por ser incondicional y sumamente comprometida, por mostrarnos alegrías de su juventud y  emociones de su corazón, enalteciendo así lo encantador de ese terruño que la vio nacer y crecer.

Zulay: por su tenacidad e ímpetu, por evocarnos la majestuosidad de la nieve y la grandeza del vuelo de un cóndor, motivándonos así  a alcanzar nuestras metas para superar los miedos y obstáculos.

A todos gracias por contarme todo eso y más. Que dicha contar entre mis amigos con personas ávidas de aprender, crear, construir e ir por más. Aquí siempre tienen cariño, amistad, alguien con quien contar y obviamente escribir.