
Y cariño es cariño, como canta Rubén Blades. Hoy Día Internacional de la Familia, quiero aprovechar para reivindicarla, suena a cliché pero es la base fundamental de la sociedad. En teoría parece quedarnos claro pero no lo apreciamos en la práctica. Nos quejamos del caos social, pero abandonamos ese lazo natural que nos vincula genéticamente. Precisamos ser el mejor familiar posible que nuestra gente pueda tener. Necesitamos dar tanto amor como nos gustaría recibir. Saludar, preguntar, apoyar, abrazar y besar mucho. Nuestra casa tienen que ser un fuerte, refugio de paz, ya hay demasiada guerra afuera.
Comencemos por lo obvio que se ha vuelto imperceptible. Todos somos hijos, honremos nuestra procedencia, la Biblia dice honra a tu padre y a tu madre, sin apelativos, sin añadir excepciones. Venimos de ellos, el simple hecho de engendrarnos debe valernos respeto por si no se puede el amor. Seguro ellos hicieron de ti alguien mejor, de lo contrario, hazlos mejores tú a ellos. Seamos padres amorosos, dedicados y responsables. Demos todo eso que no pudimos tener o todo aquello que nos dieron, lo más exponencialmente posible. La crianza dura poco si relativizamos la vida, en promedio hay mucho tiempo para ser y hacer, antes y después. Justo en medio tus hijos son tuyos, no de ellos, ni de nadie más. Para mí, no hay labor más venerable que ser buena hija y agradezco inmensamente la dedicación de mis progenitores.
Además, somos hermanos, nietos, abuelos, tíos, sobrinos y amigos. Amigos, también es una categoría familiar. ¡Hagámoslo bonito! La verdad, cuesta poco y vale demasiado. La mejor relación que podemos tener en cualquiera de estos roles, nace del obsequio de amor más sublime que podemos darle a otro: nuestro tiempo. Tiempo para hablar, vernos, sentirnos, valorarnos, discutir también, porque bien llevada la querella es sana, lima asperezas y nos integra. Prefiero ser acusada de melosa que de indiferente, así que me valgo de la oportunidad para recordarle a mi familia de sangre y de corazón que los amo.
Prueba decirles: ¡Te Amo! a los tuyos ¿Desde cuándo no lo haces?
Recibirás muchos: ¡Te Amo! de vuelta. ¡Que te lo digo yo!
Excelente. Que el Universo comparta contigo lo que te pertenecen
¡Gracias! Un abrazo