
¡Feliz Día Argentina!
Hace año y
medio aproximadamente que vivo aquí en Buenos Aires y hoy que se celebra el Día
de la Patria en Argentina, mi mente activó la retrospección para contarle al
corazón esa cuantiosa lista de agradecimientos pendientes con esta nación:
Es como tener
una tercera casa, la segunda sería Colombia donde ya viví antes también. Lo
cierto es que es lindo tener un lugar donde morar este mientras tanto, que ya
veremos cuánto dura, en tanto se me compone mi hogar primigenio, mi amada Venezuela.
Agradezco los
buenos amigos que me ha dado este lugar, son seres increíbles, se han ganado mi
corazón y sé que me quieren como yo a ellos. Conocer gente maravillosa y otra
no tanto, ha sido enriquecedor, les agradezco a todos porque todo contacto
humano suma, se convierte en experiencia vital, para aprender, madurar y evolucionar.
Retomando la frase Antoine de Saint-Exupery, “No existe un lujo más verdadero que
el de las relaciones humanas”, ha sido un verdadero privilegio las que he
cimentado aquí.
Viajar a la
fastuosa Patagonia, acercarme a sus nieves, paisajes, caminos, vistas, aromas y
sabores, fue mágico. Agradezco especialmente poder avistar, en el Cerro
Campanario de Bariloche, aquella panorámica inconmensurable que la National
Geographic distingue entre las 7 vistas
más hermosas del mundo. Reconozco magno y gratificante el hecho de poder mirar
de cerquita, justo frente a mí, al Glaciar Perito Moreno, inmenso campo de
hielo patagónico sur en la provincia de Santa Cruz.
De su gastronomía aplaudo el asado, los choris y
las milas, confieso que el rogel y la chocotorta me han endulzado los días. La picada
me fascina, más si se acompaña con una pinta bien fría, como le dicen aquí a la
cerveza. Me agrada que existen muchos locales con gran variedad de cerveza
artesanal. Hoy hice Locro, comida
tradicional para festejar este día, gracias a mi hermosa amiga Yani que me dio
la receta de su mamá. También a mi querida amiga Rina que me pasó la suya. Gracias
a su asesoría argentina de primera mano me quedó delicioso, la verdad que sí.
Me gusta cómo
los apasiona el futbol y sus estadios monumentales. El Tango, melodía elegante
y seductora, cuyos temas conspicuos me evocan nostalgia, no lo danzo bien ni
por error, salvo cuando Cris, mi profe de Zumba, me pone a bailarlo un poco en
alguna canción. Junto a su buena energía lo disfruto mucho y siempre me queda el
pendiente de tomar lecciones.
De Buenos
Aires, me encanta Palermo, donde vivo y Puerto Madero, donde trabajo. Me gusta,
la Plaza Serrano, El Rosedal, la Costanera Norte, Los Bosques de Palermo, el
Jardín Japonés y un restaurante bien típico que tengo cerca “Varela Varelita”.
Me agrada ver el Obelisco de noche, con sus luces, iluminándolo a cielo
abierto. Desde ahí captar la toma, casi fotográfica de la Av. Corrientes,
repleta de teatros, heladerías y gente caminando como si el día apenas
comienza. Mi buen amigo Sebas me contó
que Baires se encuentra entre las ciudades con mayor cantidad de teatros a
nivel mundial, entre otras confidencias y recomendaciones porteñas que siempre
me comparte.
Son tantas las
razones por las cuales agradezco inmensamente mi experiencia aquí. Jeremías
29:7 dice: “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y
rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.” Así que en
este día elevo mi oración por Argentina y su paz con una profunda fe de que así
será.
¡Que te lo
digo yo!
Argentina, que bellas palabras. Algún día la conoceré, pero me trasladaste a este hermoso país. Gracias.
Pero nada como Venezuela.