Carlos Alberto: mantengo firmes mis ganas de luchar, salir adelante con mi familia y anhelo ver libre a mi Venezuela, eso me hace agradecerle a Dios y disfrutar estar vivo

         Carlos Alberto nunca le preguntó a su madre la razón de su nombre pero asevera que ambos le encantan porque son de la realeza. Son de procedencia germánica y efectivamente portados con orgullo en grandes monarquías; Carlos significa fuerte, varonil y hombre libre, mientras que Alberto figura como el que brilla por su nobleza. Nace un 11 de marzo de 1964, en Mérida. Es el primer hijo de Isabel Vielma, quien le hereda el apellido, el amor por el trabajo y el espíritu de servicio entre otras virtudes. Es pastor, esposo, padre, hermano, amigo y líder espiritual. Valora y ama profundamente a su familia y desea verlos transitar por el camino que Dios trazó para ellos.

            “Uno en la vida no debe preguntar mucho porque se lleva decepciones” me dice después de que lo interrogo sobre su nombre. “A los 6 meses yo me salía de la casa gateando e iba a la bodega a pedir. Eso me contaba mamá, de cuando vivíamos en Santa Ana en Mérida. Recuerda con amor su natal Mérida, aunque ya no podría vivir en ella, se acostumbró a la capital. “A los 4 años yo me recorría toda Mérida de arriba abajo solo, me escapaba a caminar. La recuerdo muy bien de esa época y luego como adulto regresé a vivir allá”.         

            Tiene preferencia por el azul. “Me gustan los azules; forman parte del escudo Vielma”. Los días, le gustan todos de lunes a viernes, los fines de semana no tanto porque siente que las cosas se vuelven parsimoniosas y no se lleva mucho con eso. Elogia la puntualidad para todo, es un hombre riguroso con el manejo del tiempo, siempre asiste puntual y le gusta que se respete: “Es un respeto contigo mismo y una cortesía con los demás”. ¿Playa o montaña? “Voy a la playa, pero me baño poco porque me insolo, la montaña me agrada para estar un rato, los ríos me gustan bastante, pero honestamente prefiero la ciudad con todo su quehacer y agitación.”

            Es de tomarse algún tecito antes de dormir. Le gusta tomar café apenas se levanta; es lo primero que busca luego de dar gracias por el nuevo día. Desde temprano se conecta en redes para consultar, generar y difundir información, requiere ponerse al día desde primera hora por su programa matutino. 

             Se interesa por la historia, tanto del cristianismo como de su nación. Trata de conjugar la lectura con la dinámica de su trabajo y las diferentes actividades que lo ocupan: “Antes leía más, hasta 2 o 3 libros en paralelo; me gusta leer aunque nunca he sido bueno para la escritura, pero si para conversar. De lo que he leído me gustan los libros de Charles Swindoll, las Cartas de Bolívar, la historia de los grandes próceres venezolanos: Jose Antonio Páez, Antonio Jose de Sucre, Manuel Piar. También me he ocupado de conocer la vida de Martin Lutero y Calvino. Me identifico con la historia de Calvino y soy un profundo admirador de Martin Luther King y de su lucha por los derechos civiles de los afrodescendientes.”  

            “Me gustan tantas comidas; más que todo el pollo en brasa, también paella, asopado de mariscos, arepa  a la llanera, pollo sudado, sopa de cebolla, pescado frito con tostones y el cochino frito, aunque ya no lo como tanto.” Su gusto musical es variado, oye salsa, llanera, románticas, cumbia y hasta vallenato; se agrada con las melodías de cantantes como: Jose Luis Perales, Julio Iglesias, Azúcar Moreno, Isabel Pantoja  Carlos Vives y Vico C. De niño le tocó trabajar por él y por su familia, pero si podía darse un buen gusto era al comer. “Yo me compraba un kilo de cambur o de durazno, si no, una caja Corn Flakes y un litro de leche para mi solito, a veces. Me acuerdo una vez que me fue muy bien, fui a un restaurante que estaba de Solis a Muñoz, pedí un pollo asado con yuca y Coca Cola. ¡Me daba mis gustos! En ese entonces mi único lujo era la comida.”

            El helado de ron con pasas es su favorito, también le gusta el de coco y el chocolate. “Y eso que no te he contado que yo me comía como 30 helados al día, cuando limpiaba zapatos en el ministerio. A veces me iba a la esquina a ayudar a un español que vendía helados y a todo el que venía a comprar le decía: ¡Señor! ¿Me brinda un helado? Era tan tímido yo, (ríe) siempre me decían que sí. Era frente al Banco Central de Venezuela, tendría como 10 años y el heladero se ponía contento cuando yo llegaba porque vendía el doble. A veces, me tenía guardados hasta 5 helados en el carrito, pero me los comía toditos, no dejaba ni uno para el otro día.”

             Es un gocho que adoptó a Caracas y la ama con todo su corazón. “Yo me caminé toda Caracas de niño, desde Boleíta Sur hasta El Silencio. Yo de niño fui muy feliz, me gustaba mucho ir al cine, veía hasta 3 películas en un día. Iba a los cines de esa época: Metropolitano, Rialto, Ayacucho, Continental y el Principal. En Catia estaba el cine México, pasaban películas como Resorte, Viruta y Capulina, La Lucha Libre con Santo el Enmascarado de Plata, Blue Demon. Las que más me gustaban eran de karate y kung fu con Bruce Lee.”

            “Cuando llegamos desde Mérida, vivimos en la calle San Pastor de Los Magallanes, en casa de tío Ramón Vielma. Estuvimos con mi bisabuela Celestina Albornoz de Vielma y con los tíos Toño,  Martina y Carmelita. Me obligaban a rezar el rosario todas las noches.  Me acuerdo que la abuelita Celestina me pellizcaba y decía que había sido un bachaco”.  Cuenta entre las memorias de su arribo a Caracas. De allí se mudaron al kilómetro 7 de El Junquito. “La situación económica era apretada, mamá no tenía trabajo y un muchacho del sector llamado Ramón ¡Dios lo bendiga! Le dijo que si quería me dejara ir a limpiar zapatos con él, me prestó la caja y todos los instrumentos, me enseñó a limpiar y me llevó al Ministerio de Comunicaciones.” Tenía apenas 8 años y un nuevo oficio como oportunidad de prosperar, le tocó emplazar a la niñez y asumir el compromiso de sacar a sus hermanos adelante, junto a su mamá.

            “Tengo muy buenos recuerdos del Ministerio de Comunicaciones, en la esquina de Carmelitas en la Av. Urdaneta. Trabajando de limpia botas llegué a limpiarle los zapatos al Ministro de Comunicaciones de ese entonces, Armando Sánchez Bueno. También al Dr. J.J. Gonzalez, Director de Personal, con el cual, hablándole de nuestra situación, le conseguí un trabajo a mamá en el ministerio. La primera vez que ella y yo, nos montamos en avión en la vida, me regaló los pasajes el Director General de Aviación, era un militar a quien conocí allí. Volamos con Avensa a Mérida, a visitar al abuelo que estaba enfermo” narra.

            “Me acuerdo que en la Consultoría Jurídica, conocí a la Dra. Marianela González, era abogada, también a Yolanda una secretaria, a la señora América la asistente y Jaime que era el consultor jurídico. Todos me adoptaron como office boy, y la Dra. Gonzales, en especial me ayudó mucho. Ahí además conocí al Capitán Araque, quién vivía en la urbanización El Junko; me trataba bien y nos colaboró mucho. Me quedaba en su casa; cuando hacía mercado compraba para nosotros también y luego iba y me dejaba con todo y el mercadito” añade.

            “También limpié zapatos en el edifico La Perla, ahí estaban las oficinas de las fracciones de los partidos políticos que hacían vida en el Congreso. Ahí le limpié los zapatos hasta a Jaime Lusinchi cuando era diputado y a Leonardo Ferrer, quien me consiguió una beca en la Corporación de Mercadeo Agrícola, por 50 Bs. mensuales. Todos los meses iba a cobrar ese cheque en el Banco de Desarrollo Agrícola, pasa que yo tenía 12 años y todos los meses era un rollo por ser menor de edad, pero salía a mi nombre. Siempre era lo mismo, tenía que hablar con el gerente, explicarle y al final me lo pagaban. Me acuerdo que con eso dimos la inicial para el primer televisor y la primera nevera que tuvimos en la casa. En ese entonces vivíamos en Las Piñas, por el bloque 3 de La Silsa” relata.

            Estudió primaria en la Escuela Graduada Número 70 del 23 de enero. Recuerda a la maestra Zabaleta, también a Nancy y Teresa, sus maestras de 5to y 6t0 grado respectivamente. “La maestra Nancy nos llevó a La Victoria a un paseo bien bonito, me trajo gratos recuerdos acordarme de eso”. El liceo en que estudió fue en el Manuel Palacio Fajardo de la zona central del 23 de enero. “Ya era líder de la iglesia; en 3er año hicimos un trabajo bien bonito en el liceo, proyectando películas y repartiendo nuevos testamentos. Teníamos un grupo evangélico llamado Gemapafa. Me acuerdo que me la pasaba mucho con mi primo Carlos Manuel, estudiamos juntos.  De ese tiempo recuerdo que estudiaba entre semana y todos los sábados había que pararse a las 6 de la mañana, a comprar la bombona de gas y luego al mercado de Catia a adquirir comida.”

            “A veces salía de la Escuela Dominical de la Iglesia Peña de Horeb y me iba al balneario de Catia La Mar, con los muchachos. En ese entonces estaba de moda una canción de Oscar de León: No me Hale la lengua mamita santa; me acuerdo que siempre sonaba allá, llegaba rojito a la casa y mamá me echaba aquel regaño. Se preocupaba por nosotros y siempre me aconsejaba, por eso a mí nunca me gustaron los vicios, me gustaba ser honrado. Nunca probé las drogas; en ese tiempo fue que empezó eso de los chamos huelepega en las calles. Mi infancia fue muy sana y bonita, me trae buenos recuerdos. Yo fui muy feliz de niño pero trabajé bastante, cargué bastante material, limpié, construí y reparé; nos mudamos tanto, que ahora detesto esas cosas, no me gustan las mudanzas” expone.

            “Me convertí a Cristo cuando tenía 9 años. En ese tiempo llegaba cansado de limpiar zapatos. Un día estaba tratando de dormir pero no podía, había una campaña cerca y se escuchaba durísimo aquel coro que dice: solo Dios hace al hombre feliz. Me gustó la canción, me levanté y me fui a la campaña, esa noche fui el único que aceptó a Jesucristo. Empecé a congregarme en la Iglesia Sinaí de Los Mangos de La Vega, con el pastor Antonio Arráiz” cuenta.

            “Me bautizaron a la edad de 15 años, en la Iglesia El Buen Samaritano. Esos bautizos fueron en Vigirima, Carabobo. De eso hace 41 años ya. Hicimos mucho trabajo misionero en esa época juvenil, en Guárico, en Altagracia de Orituco, Las Camasas y Tamanaco. En ese momento el pastor era Humberto Ramírez. Teníamos un grupo de jóvenes muy unido, Carlos Manuel, Yelitza, Tico, Alberto, Gerardo, Teódulo, Federico,  Ester y Miquilena. Siempre participé activamente en los viajes, congresos y encuentros inter-congregacionales.”

                “A los 17 años cuando era secretario de la Escuela Dominical, creía que América, su esposa era la novia de Carlos Manuel su primo. Un día supervisando las clases, subí un momento a la platabanda y ella estaba casualmente ahí. Le pregunté si le gustaba algún muchacho de la iglesia y me dijo tú. Yo salí corriendo. No era de estar enamorándome hasta ese momento y me dio como pena. Después en una jornada de trabajo en Semana Santa, me acuerdo que vendíamos empanadas y huevos sancochados como una colecta para comprar la batería de la Sociedad de Jóvenes, le pregunté si quería ser mi novia y me dijo que sí.”

            “A los 18 yendo a Calabozo a ayudar en una campaña evangelista me reclutaron junto a Carlos Manuel; pagamos el servicio en Casa Militar Guardia de Honor Presidencial, el presidente era Luis Herrera Campíns. Yo serví en el batallón de seguridad Manuel Manrique, número 2 de la 1ra Compañía Tiradores de la Guardia. Fui furriel en la Escuadra de Comando. Fue muy grato para mí el servicio militar, como conocía toda Caracas y la mayoría de los oficiales venían del interior me buscaban para organizar los P.O.V. En 2 ocasiones fui el administrador del rancho de oficiales.”

            “Una anécdota del cuartel es que como prácticas nocturnas sonaban las alarmas y yo era el primero  en agarrar mi armamento. Bien sea fusil,  fal, uzi o una 9 mm; cualquiera de esas armas que me estuvieran asignadas según fuese mi rango. Lo cierto es que aunque no me gustaban las armas, casi siempre era el primero que se presentaba listo en el patio. Me decían: ¡Menos mal que tú eres evangélico porque si no!” recuerda graciosamente.

            Lo valora como un gran aprendizaje en su vida. “Ahí maduré, aprendí disciplina, puntualidad. Yo fui licenciado el 30 de septiembre del 83, terminé el servicio militar y podía volver a la vida civil. Todavía conservo el carnet de baja que me dieron, tengo mis jinetas de sargento, cabo primero, cabo segundo y distinguido. También guardo el escudo del hombro izquierdo. El comandante quería que yo permaneciera, para estudiar y asimilarme en la Guardia Nacional. Llegué a ser sargento, salí de Sargento Segundo. Fui condecorado con la medalla Espíritu de Trabajo Paso de los Andes, la guardo también. No seguí porque quería ser misionero, sabía que iba a ser pastor.”

            Más adelante igual se dispuso a hacer un curso de Policía Metropolitana: “Le había dicho a América varias veces para casarnos, pero ella me decía que todavía no y en eso pasamos 5 años de novios. Cuando por fin se decidió, renuncié a la policía para casarme con ella. El matrimonio fue un 14 de febrero de 1986 en la Jefatura de San Juan, fueron testigos de la boda el pastor Cesar Burguillos y Editza Rivera. Me acuerdo que fueron Zulay e Idelma.  La luna de miel fue en Mérida.”

            “Empezamos a servir al Señor como matrimonio, primero vivimos en Caracas y allí nacieron nuestras dos hijas. Después recorrimos diferentes ciudades de Venezuela. Vivimos y pastoreamos en Cojeditos, Santa Cruz de Bucaral, Santa Rita y Acarigua. Nuestra labor era evangelizar, fundábamos campos blancos y luego que dejábamos instalado a un pastor y nos íbamos al siguiente lugar, continuando con la obra. Ese fue un tiempo de siembra.”

            “Cuando trabajamos en El Vigía conocimos al pastor Javier Zabala, quien me ayudó a sacar la visa para cumplir uno de mis sueños, viajar a Estados Unidos. De ahí vivimos en Mérida, mi ciudad natal, allí conocimos a la Orquesta Visión. Un conjunto musical cristiano de USA. Hice una bonita amistad con Noel Santiago y Benjamín Matías. Les dije que quería ir para allá, que ya tenía la visa y planificamos el viaje. En el año 95 viajé por primera vez a ese país. Estuve por 6 meses, estudié Teología en el Instituto Bíblico y fui acreditado como ministro. En una de las materias me tocó hacer un proyecto eclesiástico y me proyecté para fundar la iglesia en Agua Blanca, donde vivía mamá en ese entonces. Apoyé a mi querido Benjamín, en su restaurant Mama´s Dream; fuimos muy buenos amigos, con el pastor Noel también. Era el 1er viaje que hacía al extranjero, me cambió la perspectiva de pensamiento, de la vida y del evangelio que había llevado hasta ese momento. Transformó mi cosmovisión cristiana y entendí muchas cosas” revela.

            En Mérida fue pastor de la iglesia El Buen Samaritano, en Pueblo Nuevo y trabajó con el Ministerio Penintenciario VOCEP. Así mismo, moderó el programa La Voz de Dios, todos los domingos por Radio Universidad de 9 a 12 de la noche, junto al pastor Víctor Alarcón. Siempre ha estado vinculado a la radio, en los diferentes lugares donde ha residido. Ha tenido varios programas: Aquí Estamos Unidos en Cristo en Radio Dinámica 1490 de Caracas. Viviendo La Palabra en la emisora Honda 1330 am de Nashville Tennessee.  Y Caminata de Oración – Transformando mi nación por Radio Tiempo 1200 am en la capital venezolana.  

            Después se mudan a Portuguesa y en Agua Blanca puede ejecutar junto a su madre, su esposa y la familia en general, aquel proyecto que se planteó en el Instituto Bíblico en USA. Fundan el Centro Cristiano de Agua Blanca, una obra que se mantiene vigente hasta la fecha. Junto a su hermana Zulay desarrolla la Fundación Amor y Paz, apoyando a la gente del sector: éste era muy desprovisto, calles de tierra y carente de servicios y de aguas servidas. Se construyó la casa, la iglesia y con el apoyo de la familia y la iglesia en USA, se hacen jornada médicas, alimentarias y sociales. Cada Navidad se reparten juguetes y hasta ahora se mantiene atento y colaborando con esa iglesia; los visita con regularidad.

            Dos años después retornan a Caracas, donde se establece hasta la actualidad. En ese tiempo apoya a sus hermanos con una empresa familiar de transporte, hoy agradece a Dios por el fruto que ha dado esa semilla en sus vidas. Es cofundador del Ministerio Internacional Unidos en Cristo junto al pastor José Pérez. Fue fundador, director y profesor del Instituto Bíblico del ministerio, junto a su esposa y los hermanos Lara. El compromiso con su amada Venezuela lo acompaña incesantemente. En el 99 con la tragedia de Vargas, acompañó el proceso de ayuda humanitaria, asistiendo a diferentes comunidades y luego visitando los refugios de los damnificados. A través de su hermano Javier entabló un enlace con PDVSA y junto a su familia trabajan de voluntarios para apoyar en ese momento tan duro para la nación.

            Más adelante, vive en Nashville por un año y trabaja con la Iglesia Living Word; atendió el Ministerio de Misericordia ayudando a los hispanos en labor social, como sacar la licencia de conducir o llevarlos al médico. Recuerda especialmente a una radioescucha del programa radial que tuvo los domingos por la noche. “Ella estaba en prisión y se convirtió al señor escuchando nuestro mensaje, me mandaba cartas y yo se las respondía, fue un evangelismo por correspondencia”. Hizo buenos amigos y compartió grandes vivencias. Recuerda felizmente que manejó desde Nashville a Nueva York por 18 horas, con un grupo de venezolanos para visitar amigos y pasear. Siempre le ha gustado agarrar carretera y manejar mucho.

            En el 2002 con el paro petrolero hubo mucha tensión nacional, estuvo en el salón de oración en el Hotel Meliá Caracas, junto al pastor Reinaldo Liendo. Lo establecieron en ese lugar simbólicamente, allí se llevaban a cabo las reuniones de la mesa de diálogo entre el gobierno, la oposición y la OEA. Fueron 40 días ininterrumpidos de oración y cree fervientemente que ese clamor evitó que se agravara la situación. Para entonces en Venezuela los ánimos estaban caldeados y resonaba fuertemente la posibilidad de un enfrentamiento civil. “Dios obró poderosamente en Venezuela, a través de nuestra oración y lo sigue haciendo aunque muchos no lo crean.”

            Más adelante atiende el llamado para trabajar en Mi Esperanza con la Asociación Billy Graham. Tuvo el privilegio de ser el Coordinador Nacional de Movilización en Venezuela, duró unos 9 meses ejerciendo ese rol. En esa experiencia compartió con Máximo Carrero, Jair Ríos y Marina Pilar, a quienes recuerda con cariño. Luego lo convocaron para ser capacitador del proyecto en otros  países, así  que lo desempeñó en Colombia, Ecuador, USA, Republica Dominicana, México, Puerto Rico, Argentina y Chile. Su labor era brindar entrenamiento en la aplicación, específicamente la sección dirigida al manejo de los materiales e instructivos para la consolidación de los participantes.

            Su currículo ministerial ha sido ampliamente bendecido. Formó parte del equipo fundador de Marcha para Jesús de Venezuela, ejerció el cargo de contralor y también de tesorero para esa organización. Funda y pastorea la Iglesia de la Ciudad, inician en el CC El Recreo y posteriormente se mudan a La Candelaria. Trabaja en la coordinación de la Gran Vigilia de Oración Todos Unidos por Venezuela.  Contribuye con la fundación de MOVIU, movimiento de unidad que agrupa un gran número de iglesias en Venezuela. Apoyó al pastor Blanco en la realización del 1er Congreso Juvenil “Juventud Libre”. Junto a su esposa pasaron un tiempo con su querida amiga Guillermina Adams en Dominicana, haciendo trabajo social, y apoyando especialmente en la construcción de un orfanato en San Pedro de Macoris.

Ha ido 6 veces a Cuba; mantiene especial relación con su gente, ha sido un enlace para concretar aportes para la Iglesia Los Pinos Nuevos con sedes en Santa Clara, Artemisa y Cayajabos. Fue moderador de los campamentos de verano en Pinar del Río. Igualmente estuvo en Managua, Nicaragua, con el pastor Levy Tijerinos predicando y llevando ayuda misionera, entre otras obras y eventos que ha respaldado durante su vida cristiana.

            De compañeros del ministerio cristiano cabe destacar que goza de la amistad de grandes Siervos de Dios, son sus buenos amigos de tantos años. El pastor Jaime Perez, con él organizó los clamores de oración por Caracas. También el pastor Eleazar Varela con quién ha trabajado conjuntamente en diferentes eventos. Especialmente recuerda del 2008, un concierto de Salsa Cristiana en Los Próceres. Fue un éxito, lleno total y contó con un line up de grandes salseros: Papo Ribera, Richie Ray, Bobby Cruz, Alex D´Castro, Domingo Quiñonez, Ismael Miranda. Actualmente junto al pastor Raul Ávila en CCN, desarrolla diferentes proyectos, primordialmente el Ministerio de Misericordia, apoyando así 21 fundaciones que ofrecen alimentos en diversos comedores.

            Para vestir, prefiere lo sencillo: “Andariego le digo yo a América, me gusta estar cómodo y holgado. No soy hombre de palto y corbata pero los uso siempre que se amerita”. Gusta del clima fresco. De las películas, destaca Sin aliento y Reto al Destino de Richard Gere y de las series le gustan todas las zagas de Chicago, Fire, Med y P.D. Le gusta la natación y el béisbol. Antes era más fanático del béisbol, le va a los Leones del Caracas. Tiene una pequeña colección de carritos clásicos, que ha atesorado desde hace años bien sea que los compre o se los regalen. “Tengo uno muy especial que traje de Puerto Rico, guardado todavía en su caja, espero regalárselo a mi primer nieto”.

            Le fascinan los carros y las motos clásicas. Su gusto por las motos aumenta porque así evita la congestión del tránsito citadino.  “Aprendí a manejar moto cuando tenía 47 años, cumpliendo uno de los sueños de mi adolescencia; he ido 2 veces a Mérida en moto desde Caracas. También a Cata en Aragua, a Caruao en Vargas y a Higuerote en Miranda.” Agarra su moto y se va con mi mamá, como noviecitos, un fin de semana cualquiera y porque sí a pasear y disfrutar. Yo creo que andando en moto se siente libre.  

            Dice que no es de llorar mucho pero en situaciones que el Señor lo quebranta, llora. Yo lo he visto conmoverse hasta las lágrimas con algunas películas que le llegan al corazón, es muy sensible en ese particular. Concibe la paz como la capacidad que debe tener tanto la sociedad como el individuo mismo, de tener serenidad en medio de los conflictos. “La paz es progreso y también es justicia.” Entiende que hay un tiempo Cronos y un tiempo Kairos, ambos son elementos de una línea que nos conecta con el pasado, el presente y el futuro. “Debemos comprender esa serie de eventos que se cronometran, para registrarlos y entender como suceden las cosas en nuestras vidas.”

            Centra su felicidad en el amor de Dios.  “Mi felicidad es mi familia, las metas alcanzadas, los fracasos de los que nos sobreponemos y las buenas relaciones interpersonales que podemos desarrollar; más allá de nuestras diferencias, ver a nuestro prójimo lograr sus metas, ayudar al necesitado, son tantas cosas que me hacen feliz. El amor es Dios. Dios es amor. Pero sobre todo es cuidar, proteger, proveer, celebrar. El amor es progreso y generar bienestar. Amor también es perdonar.” Le gustaría ser recordado como un hombre que fue capaz de trascender los límites de la miseria, alguien que luchó siempre por lo que quería, que enfrentó sus retos y desafíos: “Que me recuerden como alguien que cuidó, protegió y amó a su familia, alguien que sirvió al prójimo y a Dios. A pesar de las luchas que he tenido en la vida, no arrastro pendientes ni guardo rencores, mantengo firmes mis ganas de luchar, salir adelante con mi familia y anhelo ver libre a mi Venezuela, todo eso me hace agradecer a Dios y disfrutar estar vivo.”  

            “Es milagroso ser un hombre de Dios, esposo y padre. Lo más extraordinario de mi vida es haber conocido a Dios y tener a mi familia, es un regalo que Dios me concedió. Después de Dios, mi hogar es lo más importante para mí, por eso he seguido adelante, he luchado a veces contra mí mismo para estar a la altura de mi familia. Estoy muy agradecido con Dios por todo lo que me ha dado y agradecido contigo por tomarte este tiempo para escribir sobre mí.” Le pregunto sobre sus deseos pendientes y me dice que quiere conocer Italia e Israel. Espiritualmente anhela que cada persona pueda tener un encuentro personal con Dios, para que se termine tanta injusticia y tanta maldad que hay en la humanidad.  Su mayor anhelo: “Ver a Venezuela libre para las nuevas generaciones, para que mis nietos y bisnietos crezcan en libertad.”

            Reconozco su amorosa y profunda venezolanidad. “El señor me ha permitido recorrer el país de punta a punta en varias oportunidades, predicando y apoyando ministerios. Recuerdo especialmente un viaje que hice a Puerto Ayacucho para apoyar la labor de la Misión Nuevas Tribus cuando fueron expulsados de Venezuela por el chavismo. Me duele la grave crisis que afrontamos ahora, pero me mantengo firme en la lucha contra la dictadura. He asistido a cuanta movilización, marcha, foro y actividad que se convoca a favor de la libertad, la justicia, la paz y la democracia se ha hecho en Venezuela.”

            Actualmente produce y conduce junto a Julio Cesar Reyes, el programa En Contacto con las Comunidades. Es fundador y director de Caminata de Oración, evento que anualmente toma las calles para orar por la ciudad. Es pastor de la Federación CCN. Forma parte del Foro Interreligioso/Social. Es Vice-Presidente de Unicristiana de Venezuela. También Secretario Nacional de Relaciones Institucionales de NUVIPA. Hace más de 5 años que desarrolla Info Ciudadano como estrategia comunicacional de información y solidaridad; lo inició individualmente, recabando y difundiendo información ciudadana por audios vía WhatsApp.  Actualmente, junto a su familia incursionan en una nueva fase de difusión para sumar voluntades ante las solicitudes de apoyo que se multiplican diariamente.

            Durante la entrevista, sus respuestas son múltiples, variadas y coloridas. Hablamos bastante y a diario, esta vez trato abordarlo digamos periodísticamente, pero lo admito, mi rigor escritural sucumbe ante mi amor, respeto y admiración. Me apura como siempre, me río pero me estresa también, es algo que sólo él y yo podemos entender porque somos tan iguales y tan distintos al mismo tiempo. Me gustó conocer sobre su estadía en la milicia, ya que nunca antes hablamos al respecto, fue como redescubrirlo. Les cuento que reivindiqué mi encantamiento por sus dos nombres y su maravilloso significado.

            Mi papá es guapo, inteligente, elocuente, resuelto, echado pa´lante, trabajador, tenaz y relacionista nato. Le gusta lo correcto y jamás me ha alcahueteado algo que esté mal. Me frenteó y supo darme un parado cuando lo necesité, y mira que la inmadurez unida al ímpetu pueden ser muy osados. Pero aquí estoy bien parada ante la vida, eso en gran parte se lo debo a él, que me enseñó a hablar con propiedad, a expresar mis opiniones, a luchar contra lo que está mal. En algún momento pudimos diferir  y todavía discrepamos un poco, pero esencialmente compartimos las mismas convicciones de vida. Nuestra fe en Dios, nuestras ideas de sociedad y política firmes y contundentes. Sabemos que lo está bien es lo correcto y lo que no, está mal, aunque la mayoría diga lo contrario.

            Siempre anda acelerado, pero no se le escapa nada. Como si estuviera más pendiente del luego que del ahora; puede ser una ventaja porque se adelanta, prevé lo que puede pasar. Eso nos puede desesperar un poco a mí y a Rosme, pero  no a mi mamá, ella le tiene absoluta paciencia y amor. En honor a la verdad, escribir Extraordinario Soy me ha llevado a entender y relatar así lo mejor de cada quien, ahora mismo reconozco su premura como una genialidad. Mi padre se proyecta al porvenir, es capaz de pensar en el presente lo que se hará en el futuro y eso, en un mundo de inmediatez y de urgencias en la cotidianidad, repito es una genialidad. Es de moverse, fluir, resolver y actuar. Sé que por eso a ambos nos inquieta  pensar que la vida pase impávida cómo si no se tratara de algo más, como si no vinimos al mundo alcanzar nuestro propósito, amar, dar y ser felices.

            No tiene ni ha tenido vicios; ahorra, lee, se prepara y lucha. Sigue en Venezuela cree y apuesta por ella, como si viera más cerca esa anhelada libertad, de lo que la vemos tantos otros que la ansiamos tanto como él, tal vez ocupados en el ahorita no podemos vislumbrarla. Admito que heredé algo de eso, entre muchas tantas otras cosas; me gusta estar planificada, preparada, que la vida no me tome por sorpresa y saber que siempre soy yo quien tiene la posibilidad de transformar mi realidad. Eso se lo agradezco infinitamente.

            Siempre me contaron que una vez de pequeña no quería comer y se me sentó al lado y me dijo que comiera y entonces yo le decía: ¡Rico papi rico! Viajábamos juntos, me gustaba irme con él, recuerdo algunas veces que me llevaba o me regresaba de mis vacaciones en Caracas o Acarigua. Andábamos juntos en moto, a veces en la de él, otras yo en la mía y él en la suya. Una vez viajamos juntos a Calabozo, comimos unas cachapas divinas y sopa de picadillo que le encanta. El regreso estuvo muy lluvioso y se extendió más de lo esperado, hoy agradezco cada gota de lluvia que alargó el trayecto de ese viaje que hoy mi mente añora y mi corazón atesora.

            Le gusta la cota mil, viajar en familia, le gusta dormir temprano y orar antes de acostarse. Continuamente en la noche se oraba y se leía la biblia juntos, sin faltar besos, abrazos la bendición y a dormir. Muchas veces mientras dormía, de pronto escuchaba que estaba en la sala orando con mi mamá por mi hermana y por mí. Hoy le agradezco los no que me supo dar, cuando no me dejó ir o quedarme, sabía lo que hacía y a donde me quería impulsar. No creo que haya alguien a quien él se parezca más, no creo  que haya otro espejo que la vida me ponga en frente de manera tan brutal como lo hace con él. Lo miro y agrada a mis ojos, siento mucho orgullo y amor por él. Me da los buenos días con mensajes, audios, canciones, videos, imágenes, me manda la foto de una flor porque si y ya.

 

¡Que les digo vale! Si la vida se me pone difícil sé que siempre habrá una fuente inagotable de paz, que me echa la bendición y puedo llamar papá. Sus amigos y todo el mundo en general, siempre me dicen que habla con mucho orgullo de mí y de Rosme también. Hoy lo honro, relatándolo todo lo mejor que puedo expresar. Gracias papi, por las buenas memorias, por ser, por estar, por no abandonar. ¡Te amo con todas mis fuerzas papá!

2 comentarios en “Carlos Alberto: mantengo firmes mis ganas de luchar, salir adelante con mi familia y anhelo ver libre a mi Venezuela, eso me hace agradecerle a Dios y disfrutar estar vivo”

  1. Me quedo sin palabras ante tanta bondad y amor gracias Roys contigo aprendí a ser papá recuerdo cuando te vi por primera vez en la maternidad Concepcion Palacios era de noche y estabas solo con el pañal te tomé de la cuna te cambié y te vestí en ese momento fue que pude entender a mi mamá y sus cuidados por mi

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