
El año pasado por esta fecha
estaba caminaba por Puerto Madero, salí de la agencia a tomarme un café, de
pronto me cruzo con una camionetita blanca, se detiene cerca de mí, se bajan
unas chicas y comienzan a repartir golosinas. Una de ellas me da un puñado de
dulces: caramelos, gomitas y un alfajor. Mi primera impresión es que están
promocionando alguna marca en particular, pero me dijo: ¡Feliz semana de la
dulzura! Primera vez que escuchaba eso, así que le consulto y me explica que
aquí, durante la primera semana de julio, acostumbran intercambiar dulces como
un gesto de cariño. Siendo cómo soy amé la idea en ese momento pero luego no lo
recordé más.
Estos
días me vuelvo a topar con esa celebración, retorna mi curiosidad y descubro
que en Argentina anualmente, ocupan la semana del 1 al 7 de julio para celebrar
la dulzura. Es así desde 1989 por iniciativa de una empresa confitera y de la propia
Asociación de Distribuidores de Golosinas. En ese entonces transitaban una crisis
económica que conllevaba el bajo consumo de este rubro, el objetivo era
aumentar las ventas y se lanza la campaña: una golosina por un beso.
A
mí la idea me fascina aunque la gente suele criticar la actividad comercial
detrás de algunas celebraciones, me parece que cualquier día o excusa es buena
para dar y endulzarle la vida a los demás. También porque con gestos tan
simples como regalar un caramelo podemos promover la simpatía, la amistad, en fin
actos pequeños consolidando ese afecto que tanto añora la sociedad. Además defiendo
la actividad comercial y cualquier estrategia que la impulse, solo trabajando,
produciendo, comercializando y por supuesto consumiendo se puede llevar adelante
a cualquier país.
De
las cosas que me gustan de Argentina me quedo con esa dulzura que esta semana
puede compartirse a los demás, entendiendo pudiera ser la inauguración de la
amistad o del romance. Imaginen el
impacto de tantas personas replicando esa dulce acción en sus trabajos, casas,
centros de estudio y otros lugares. La golosina es el pretexto, lo importante
es procurar un espacio de intercambio que se traduce en un guiño de cariño, podría
extenderse entre más personas y más días al año, sería pues más amor, más
amistad y obviamente más dulzura, y de eso, mis amores, el mundo necesita
demasiado.
¡Que te lo digo yo!
Todos necesitamos momentos especiales.. Vamos a endulzarnos la vida!!
Ciertamente ¡Gracias por leerme!