Único y verdadero amor por Yesenia Rivero

          …y nos pasamos la vida generalizando y sacando conclusiones erradas, sin tomar en cuenta que: ¡es una vida para cada quién!

            -Ella pensando y hablando sola, daba respuesta a las múltiples interrogantes que pasaban por su mente. A veces encontraba diferentes reacciones en su ser interior, mientras buscaba eso que la hiciera sentir un poco de paz consigo misma, al fin y al cabo su opinión era lo más importante.

            Cuando era apenas una alocada adolescente, ya podía darse cuenta que había una lucha constante entre hacer y sentir. La libertad siempre estuvo levantando esa antorcha encendida. El mundo exterior no era su mundo interior, no había muchas cosas con las cuales se sintiera plena. ¿Qué buscaba? ¿Cómo sentía? porque para ella el amor era otra cosa, para ser aún más específica, para esa joven y explosiva chica, el amor lo era todo.

            Las experiencias no se hicieron esperar y comenzaron a dejar grandes huellas y otras tantas cicatrices. Y es que cuando somos adolescentes, creemos que el mundo está servido en bandeja de plata, listo para devorarlo. ¿Quién no se ha equivocado? ¿Quién no se ha quedado dormido mientras la almohada se llena de lágrimas? ¿Quién no ha sentido miedo?

            Ese sube y baja de emociones lo estaba viviendo al máximo, pero había algo que quería encontrar. ¿Qué era?

            En una oportunidad vio como la amistad se ponía su mejor traje de enemigq y sintió una inmensa decepción. Aun así, decidió ser diferente, no iba a ser desleal, la sinceridad la acompañaría en cada etapa de su vida, comenzaría a sembrar lo que quería cosechar.

            Siempre centrada, quizás no tenía claro aquello que quería, pero si estaba convencida de eso que  no quería experimentar y vivir.

            Fue inevitable probar de esos amargos y agridulces momentos que la vida nos presenta como una delicia mermelada de fresa, pero a pesar de todo siempre mantuvo su mirada en esas cosas diferentes, llenas de magia, buscando almas con quién conectar, mundos donde adentrarse para ser parte de ellos.

            Cayó cientos de veces, lloró amargamente y eso la hizo más fuerte.

            Hoy, vive en gratitud, amando con todas sus fuerzas, creyendo en lo eterno, en lo sublime, totalmente convencida de que hay un Creador que la cuidó, la moldeó, sabía y sabe perfectamente que era lo que buscaba. ¡Y lo encontró!