Elodia Josefina: si alguien me pregunta ¿tú eres feliz? yo puedo decir que soy feliz

       El significado de Elodia está asociado a la riqueza y su variante en masculino sería Eladio. Josefa es la versión femenina de José y Josefina su diminutivo, su origen es hebreo y significa Dios engrandece. Elodia Josefina es andina, jovial, paciente, cariñosa y una excelente persona. Docente de profesión, madre dedicada, esposa amorosa, hermana afectuosa, abuela y tía consentidora, entre otros atributos que intentan definir a esta señora bonita, de piel clara y un cabello lisito que casi siempre mantiene corto. Amante de su familia, esposa de Ernesto, madre de Tony, Nestor, Katty y Juan José. Sus padres, Diógenes y Ana Corina, la concibieron en una familia numerosa y son referencia constante en sus días por su enseñanza más hermosa: el amor a Dios. Es una cristiana de firmes convicciones, ejerce el pastorado junto a su esposo, manifiesta su disposición para orar, es una intercesora permanente. Dios es un elemento central en su vida y constantemente le expresa agradecimiento por todas sus bendiciones. Le gusta tejer y tiene unos vestiditos que ha hecho, aguardando una futura nieta. Es detallista, enumera y refiere a sus afectos cercanos con cariño y esmero. Su entrevista no ameritó demasiadas preguntas concretas, ella misma se fue contando, su charla extensa y minuciosa fue dando clara cuenta de todos los aspectos y personas fundamentales en su vida. Vamos a  repasar de voz propia y relatos cercanos el camino que ha transitado hasta ahora.

            Es maravilloso escuchar la historia de las personas y entender  a través de sus relatos cómo alguien se define a sí mismo, ahora bien la narrativa propia tiene mucho que ver con la manera en la cual te cuentan los demás. Ese relato cercano es una consolidación como personaje desde la perspectiva ajena pero no distante, con quienes convivimos son una especie de elenco, actores fundamentales de nuestro protagonismo vital. A Elodia sus hijos y esposo la cuentan con mucho amor, leamos:

Ernesto: puedo decir que nuestra relación, de 20 años para acá ha sido totalmente diferente a como era al principio, nos llevamos bien y nos ponemos de acuerdo en todo, de verdad que ha sido bastante fructífera nuestra unión. A ella como persona yo la describiría como una mujer inteligente y trabajadora, es alguien que se preocupa pero también se ocupa para resolver las cosas. Creo que nuestra relación es grande, por eso hemos logrado mantenernos durante todo este tiempo que llevamos de matrimonio, por la voluntad y el poder de Dios superamos cualquier cosa mala del pasado y seguimos para adelante siempre. Como esposa es excelente y nos  llevamos bien, nos entendemos, ella es bastante comprensiva en todo. Estamos llevando una vida hermosa porque ella es una mujer con muchas virtudes y muy amorosa con todos nosotros, es hogareña, es sabia y emprendedora, en todos los sentidos, se ocupa de las cosas y las resuelve. A través de los procesos que hemos vivido hemos concretado una relación bastante buena y exitosa. 

Tonny: Sobre mi madre, pueden decirse muchas cosas, la mayoría positivas desde luego. Sin embargo destacaré, que siempre ha sido una mujer de fe, lo que la convierte en una persona de grandes convicciones por la vida. Esa misma fe la hace también dogmática y ortodoxa, a veces intolerante, de temperamento fuerte y fiel a sus principios morales y éticos. Contestaría ante las injusticias, fiel a la verdad como fundamento. Siempre llena de esperanza por el futuro. No puedo describir un momento específico que pueda avocar un sentimiento particular, pues todos, en la cotidianidad extendida de los años compartidos, desde el lecho materno infantil hacen referencia a sensaciones, muchas de ellas quedando cortas conceptualmente para definir. Genéricamente sentimientos de alegrías compartidas por los triunfos que nos acompañan o la tristeza y melancolía ante las distancias que a veces nos separan, las pérdidas y las derrotas. Los recuerdos se multiplican en los días de la niñez, ante la cándida atención y cuidados que requiere un niño, o ante la necesaria corrección de un comportamiento políticamente incorrecto de mi parte. El apoyo incondicional, propio del amor maternal sincero, en todo tiempo y espacio, la vocación por enseñar sobre la base de valores morales y éticos, la verdad, la honestidad, la disciplina y el respeto, todo con la ayuda de su oficio, una pedagogía de lo humano ante todo. En la vida pública, mi madre, concentra un ejemplar amor al prójimo, apoyando obras sociales, dirigiendo inclusive, conmovida por el dolor ajeno, procura con la práctica ayudar a mejorar las condiciones materiales y espirituales de las personas. En un sentido más universal es una humanista que concibe proyectos para hacer del hombre un ser integral y completo. Puede vacilar, puede dudar, pero siempre busca la forma de empoderarse de las complejidades. Es líder de sí misma, pero sabe también ser líder en comunidad y lo ha puesto a prueba en varias escenas como líder religiosa, comunitaria y familiar. Juntos, mi madre y yo hemos recorrido muchos caminos, lineales y dispersos, con finales e infinitos. En los trayectos discusiones sobre temas muy diversos y profundos de la naturaleza humana nos ha convocado, algunas veces, sin lograr acuerdos hemos aprendido aceptarnos en las diferencias, autonomía e independencia y sobre los principios compartidos de la autoridad, ella no es mi amiga, es mi madre y esa siempre será la relación que la hace única inmutable y especial.  Siempre hemos tenido una comunicación fluida y amplia, pero siempre será al final de cualquier recorrido mi madre. Las particularidades de nuestras vidas, nos han llevado a desencuentros y separaciones materiales. Pero la misma vida nos ha dado la oportunidad de reencontrarnos en espacios comunes y virtuales. Y más allá que el “aquí y ahora” estará por siempre aquellos pensamientos que se interconectan y trascienden cualquier tiempo histórico, donde se entremezclan recuerdos, enseñanzas, ideologías y familia. Todo un acto de creación y vida, única a la conciencia humana y única a la experiencia de existir, de mi propio existir. Esa es mi madre.

Néstor Luis: sé que las palabras faltarían y no serán suficientes para hablar sobre ella, es una mujer valiente, como dice la Biblia una mujer virtuosa. Ha sido emprendedora desde joven, ha sabido levantar bien a una gran familia y ha sabido ser una excelente servidora del Señor. Siempre tengo altas expectativas de mi madre por ser una mujer luchadora, esforzada y dispuesta a darlo todo para alcanzar las metas y objetivos que se propone. Como cristiana, como hija de Dios, sabemos que su corazón es conforme al corazón del Señor, dispuesto siempre al servicio, a darlo todo por los demás con mucho amor y mucha pasión para atender las necesidades y a la familia. Ha sido muy luchadora y muy valiente. El Señor ha puesto esa gracia sobre su vida, desde joven y hasta la edad que tiene ahorita uno siempre la ve haciendo y emprendiendo muchas cosas. Doy gloria a Dios por su vida, a pesar de la situación que se está viviendo en el país mantiene bastante optimismo, determinación y mucha fe para seguir hacia adelante. Siento por ella amor, admiración y respeto como madre se lo ha sabido ganar, también como hermana en la fe en Cristo, tengo una admiración profunda por su vida y su esencia. Siempre la he tenido, desde pequeño y hasta ahora en mi vida adulta, aunque tengo mi familia y estoy casado, el Señor me ha bendecido en que podemos compartir todos los días, lo máximo que pasamos es 2 días sin vernos. Ejercemos juntos el ministerio atendiendo la obra del Señor, ha sido de gran bendición tanto para ella como para mí, trabajar juntos atendiendo la mies, dar palabra a esas personas que necesitan ese consejo, sacar adelante la Fundación Huellas de Fuego. Es una dicha y un honor trabajar junto a ella. Desde niño tengo bastantes recuerdos, es mucho amor y mucho cariño lo que siempre he recibido de ella.   

Katty: creo que no tengo las palabras exactas, incluso quedarían cortas para describir a mi mamá. Es una intercesora en potencia, honesta, justa, noble, amorosa, motivadora, trabajadora, muy echada para adelante, es asertiva y siempre alimenta las fortalezas de otros. Es mi confidente, luego de Dios, ella. Creo que lo más que la caracteriza es que es muy sabia, si requieres un consejo, ella es la indicada, tiene una palabra precisa para todo. Es mi guía espiritual en todo momento. Ella es el motivo más grande por el que decidí no emigrar del país, soy muy mameca como dice Carlos. Recuerdo los retiros que hacía con los pre-adolescentes de la iglesia, fue para mí la mayor experiencia y hasta hoy me definen como persona. También nuestras visitas a Los Chorros a consentir a mamá Corina, disfrutábamos mucho el almuerzo con arroz, cambures verdes y la carne guisada que nos hacía la abuela con sazón de comino. Tengo un recuerdo de niña una vez que fuimos a una foto tienda por la Plaza Bolívar de Mérida y en la entrada había mucha gente, mi mamá delante de mí me agarraba de la mano pero entre tanta gente me solté y nos separamos por un momento, fue la sensación de que la perdía y lloré mucho pero cuando me encontró me sentí muy feliz de volver a verla. En fin, ella ha estado en todos los momentos importantes de mi vida. Es una abuela muy cariñosa y consentidora, a Carlitos le encanta que ella lo vista para ir al colegio. Sus hermanas la quieren mucho, es su confidente y es una tía que ama mucho a sus sobrinos. Siento por ella el amor más puro y sincero y la mayor admiración.  Siempre es mi norte, mi ejemplo a seguir.

Juan José: recuerdos en común, todos, vivimos juntos y compartimos toda la cotidianidad. Pero te podría decir que de niños, cuando hacíamos los retiros con la iglesia, en una oportunidad estuvimos en un río por allá en El vigía y compartí con mi mamá ese momento en el cual estuve aprendiendo a flotar, recuerdo que tenía 5 años, y le dije: «¡Que felices somos tú y yo mami!» lo recuerdo porque mi mamá siempre lo repetía después, porque fue especial. También me acuerdo de todas las vacaciones en Jají, cuando alrededor de mamá Corina se acostaban todas las hermanas, a veces el tío Ricardo, a hablar de todo, yo en la cama de la esquina escuchaba toda la conversación, esos eran momentos felices. O la hechura de las hallacas, en fin. Mis sentimientos pues podrían resumirse en amor de hijo a madre. En particular siento respeto y admiración por su capacidad, inteligencia y sabiduría. Es una mujer muy fuerte y a la vez muy sensible, pues se preocupa por todos, por ti, por toda la familia siempre, no puede dejar pasar la aflicción ajena porque le atañe, por eso ora, y está tranquila cuando los demás también lo están. Es luchadora, tiene coraje y tesón, es extremadamente justa y honesta, cuida sus pasos en todo momento para no cometer jamás corrupción, ni siquiera las pequeñas cosas, como las mentiras piadosas, como aquellas que por traer aparentes beneficios, la gente normal las dice. Tiene mucha compasión y es un gran ejemplo, más allá del cliché, es un ejemplo real. Es trabajadora, resuelta, hábil, práctica y tiene carácter, duro, que podría decirse temple, el cual sin querer queriendo lo heredé de una manera que me sorprende a mí mismo. Fuera de la perfección, mi mamá está plena de virtudes muy loables.

            Conviene ahora pues repasar la historia de Elodia Josefina desde su propia perspectiva:

            Nací el 18 de noviembre de 1957 en Jají, Mérida. Debo decir que cuando fueron a registrarme en la prefectura me inscribieron con mi nombre que es Elodia Josefina, pero resulta que Josefina nunca apareció en mi partida de nacimiento ni en mi cédula. A raíz de eso me comenzaron a llamar Pepe y entonces todos en la familia me dicen Pepa, bueno Pepita ¿verdad?, más allá de cómo me digan, para mí es igual, aunque realmente ese Pepita tiene un significado grande para mí. Puedo decir que tuve una infancia bonita, bien bonita porque tuve un papá y una mamá que estaban muy concentrados ya en lo que eran las cosas del Señor y les pude ver en una unidad muy  preciosa. Mi primer recuerdo deduzco que fue cuando tenía 3 años porque eso es lo que le llevó a mi hermano Elacio, fue cuando él nació y fue hermoso.

            Soy la número 12 de 13 hermanos, 9 hembras y 4 varones,  Estuve hasta los 6 años en Jají, luego nos trasladamos a Mérida donde estudié primaria. De ese tiempo tengo recuerdos muy hermosos, como ver que mi padre era muy cariñoso con mi mamá, al punto de que  éramos 7 hermanos que habíamos quedado, ya se habían ido algunos de la casa y él nos traía los regalos del día de la madre con su tarjetica y todo, escrita por él para cada uno, decía por ejemplo de Ana María para su mamá, de Dalia para su mamá, de Elodia para su mamá, o sea era importante. Tenemos esos recuerdos hermosos en nuestros corazones, eso nos lleva a entender que hemos sido bendecidos por Dios al tener un hogar maravilloso. Fui creciendo en ese ambiente de amor y claro había problemas, mis hermanos a veces también tenían problemas, también fui viendo esas cosas pero en general lo que pudiera decir de mí, es que no fui tan afectada porque tuve la estabilidad mis padres cuando fui creciendo y  siempre tuve en mi corazón el seguir las cosas de Dios y todo el tiempo procuré eso, orando desde pequeña y bueno fui creciendo en ese ambiente cristiano, de mucho temor a Dios. Era muy apegada a mi mamá, dormía siempre con ella, como papá venía sólo los fines de semana, esos días yo dormía aparte y papá decía en broma: “aquí hay una muchachita que no le gusta que yo venga”.

            ¡Que hermoso es recordar ese tiempo! Cuando niña estábamos todos unidos adorando a Dios, pero a medida que uno va creciendo y más en el momento típico del adolescente comienzan las preguntas, se empieza a ver el dilema de la vida y uno cuestiona tantas cosas. Comenzaron situaciones muy fuertes, enfrentándome con muchas cosas que de alguna manera me llevaron a apartarme de Dios porque a los 16 años me bauticé pero luego estuve un tiempo alejada, lo digo así porque no estaba completamente acorde con las cosas del Señor. En ese tiempo muchas cosas pasaron, puedo recordar que salí de bachillerato a los 16 años, muy jovencita, y comencé a estudiar Medicina en la Universidad de Los Andes, empecé a hacer amigos y a ver un mundo muy diferente al que había visto en mi casa. Verdaderamente Mérida como centro de estudios era fuerte, había mucha gente de todas partes y un movimiento muy arraigado, como era el movimiento hippie, de revolución y esas cosas así que uno fue viviendo en ese ambiente obsceno, al punto que en ese tiempo y te estoy hablando de 46 años atrás, yo tenía amigos y un día andábamos por la calle caminando y de repente uno le pide a otro para encender un cigarrillo y mi sorpresa fue que encendió uno de marihuana en plena calle, como algo muy normal y eso era una experiencia fuerte para mí, pero en Mérida era muy usual eso.

            A pesar de todas las situaciones difíciles que tenía y mis desavenencias en el sentido de identidad, me mantuve firme. Sin embargo si hubo algunas situaciones que alteraron mi parte emocional y tuve que pasar circunstancias difíciles pero gracias al Señor se fueron superando, por el gran amor de mi mamita y de mi papá y de todas las cosas lindas que el Señor me ha entregado. Estuve 4 años en la universidad, estudiando medicina y en ese tiempo se le dará un vuelco a mi vida, fue  cuando comencé asumir mi responsabilidad para formar una familia a los 19 años. Intenté terminar de estudiar pero no pude por mi responsabilidad familiar, tuve dos hijos seguiditos Tony y Néstor Luis. Dejé de estudiar y comencé a forjarme la meta de trabajar y ayudar a mi familia. En mi recorrido me conseguí con una persona maravillosa y preciosa que ahora es mi esposo.

            A Ernesto lo conocí en Jají en uno de sus viajes porque vivía en Caracas, al año, en su segundo viaje nos casamos. Llevamos casi 43 años, la relación al principio muy tortuosa, pero en realidad nos gustábamos, nos amábamos y eso ayudó mucho. Hoy día nuestra relación es de esposos, amigos y hermanos. Realmente estoy muy agradecida con Dios por mi esposo, es una persona maravillosa, tranquila y prudente, me ha ayudado mucho a moldear mi carácter. A pesar de su temperamento apacible es la persona que me corrige y exhorta con mucha cautela y fuerza. Es honesto y bondadoso con todos, Dios nos unió con un propósito, a pesar de los años creo que nuestro amor y pasión siguen vivos, realmente es un regalo de Dios, por esta razón soy una vehemente defensora del matrimonio, me alegro demasiado cuando un hombre y una mujer se casan. Sin embargo tuvimos que enfrentar crisis existenciales, la mía y la de él juntas. Vivimos un tormento en los primeros años de matrimonio, muy terrible, pero eso nos llevó a la madurez poco a poco. Fui madurando y a los 27 años comencé a trabajar en Educación. Bueno era forjar un destino y entender que para continuar debía esforzarme.

            Empecé a luchar fuertemente con trabajo y estudio, mi meta era seguir adelante pero en ese tiempo todavía este no había tomado una decisión de buscar a Dios como tenía que ser pero, la gloria sea para Dios que a los 29 años, pasando una crisis muy fuerte, hasta separación de mi esposo producto de la situación que vivíamos, fue un 11 de enero llegaron Carlos y América a mi vida para hacer una célula de oración en casa y ese día yo entendí que no iba a vivir un día más sin el Señor. A partir de ese momento he dedicado toda mi vida Dios y he ido creciendo grandemente. En ese tiempo una de las metas que tenía era obtener mi título pero  entendí que no podía seguir estudiando Medicina, la demanda de tiempo era muy grande y ya tenía tres hijos, tenía que dedicarles tiempo.

            Entonces me inscribí en la Universidad Nacional Abierta porque podía manejar mejor el tiempo. La gloria sea para el Señor que me fue muy bien en el estudio y logré ese título hermoso de ser Licenciada en Educación Integral, mención: Ciencias Sociales, fue de mucha alegría, eso me permitió entender que había logrado una de mis metas. Hice un buen currículo, trabajé en muchísimos lugares, en el Liceo Ejido como bibliotecaria  y como profesora de Psicología y de Sociología. También en el  Liceo Enrique Arias y en el Ricardo Guillén trabajé como profesora, además en el INCE, una experiencia maravillosa que tuve. En ese plan tuve como 5 trabajos al mismo tiempo, salía de uno y llegaba al otro y con 4 hijos, pero la gloria sea para Dios, verdaderamente en ese tiempo Dios me ayudó y me preparó. Comencé a entender muchas cosas, a luchar por mi familia para darles a mis hijos lo que yo anhelaba que ellos pudieran tener, primeramente temor a Dios, inculcarles los valores espirituales y morales que yo sé que se han consolidado en ellos. Hoy por hoy creo que Dios me ha dado una bendición con mis cuatro hijos. Mientras yo estaba estudiando en la UNA tuve a mi último hijo, Juan José. Ha sido maravillosa la experiencia que ha producido en mí el trabajo en lo espiritual y en lo físico. Es realmente maravilloso entender todo lo que lo que Dios había permitido vivir, a la par, que estudiaba y ejercía varios trabajos también comencé mi ministerio en la iglesia fuertemente.

            En la iglesia he sido maestra de escuela dominical, directivo, diácono y he trabajado con los jóvenes, ese verdaderamente fue un reto que me hizo fuerte y valiente para creer que puedo hacer muchas cosas. Después fui diagnosticada con un hipotiroidismo pero eso no me ha menguado, al contrario me levanto cada día creyendo que Dios es mayor que la enfermedad y sigo aquí en esta batalla, muy contenta porque ahora el Señor me ha permitido levantarme en un ministerio de poder: Huellas de Fuego como pastores junto con mi esposo. Después de 17 años de matrimonio él se convirtió a Dios y pasó a ser de esa carga emocional, de esa batalla, de que nadie daba medio por nosotros pasamos a ser un matrimonio modelo. Lo digo con todo, con un orgullo santo como decimos los evangélicos, de ver cómo mi hogar el Señor lo ha levantado y que yo sea verdaderamente feliz. Si alguien me pregunta ¿tú eres feliz? yo puedo decir que soy feliz, porque primeramente tengo a Cristo en mi corazón y segundo porque he visto la bendición de Dios con mis hijos, todos profesionales, todos gente buena, no estoy exagerando, son una bendición. Ahora que paso momentos de dificultad, de tristeza y de ansiedad pues no te lo puedo negar, que la vejez alguna vez lo toca y uno  dice: ¡Ay Me estoy poniendo viejita! pero de repente me acuerdo todo lo que he vivido y todo lo que deseo hacer aún.

            Actualmente llevamos adelante el restaurante y le digo a los muchachos que soy gerente general y me desempeño en eso bien, estoy al tanto de todas las cosas y trabajamos fuertemente todos los días. Aparte de mi ejercicio espiritual de orar, me he caracterizado por ser una persona de oración, pasó mucho tiempo del día orando. A cada momento me dedico a orar, sin hacer alarde de grandeza pero puedo pasar hasta 5 horas seguidas y eso para mí es un motivo de mucha alegría y satisfacción. Es hermoso y mucha gente me conoce porque soy una mujer de oración.

            Ahorita es un deleite para mí tejer, nunca puedo estar sin hacer nada entonces tejer me permite que si veo televisión pues estoy tejiendo, que si hablo con alguien estoy tejiendo, verdaderamente es bien bonito que lo estoy haciendo y lo hago sin ningún tipo de lucro pero lo hago con alegría.  Mantengo una lucha constante con mi carácter fuerte, por mi temperamento pero un carácter que está, yo creo que sí está de alguna manera en un 85% sometido a la presencia de Dios cuando me salgo del carril pues entonces entró a orar y empiezo a pedirle al Señor que controle mi temperamento porque es fuerte, o sea no me puedo estar quieta. Me gusta liderar y eso implica muchas veces mandar, en ocasiones eso se me sale de control pero yo verdaderamente trato en todo momento de moldear mi carácter al carácter de Cristo.

            Sobre mi relación con mis hermanos, ha sido muy hermosa, toda la vida he estado pendiente de ellos, con algunos me ha tocado la distancia, como por ejemplo Isabel, pero me queda una satisfacción muy grande, ella siempre estaba pendiente de llamar, hablábamos y nos contábamos las cosas, me regañaba muchas veces y me predicaba a pesar de que sabía que soy pastora. Como hermanas fuimos confidentes, sabíamos mucho de nuestros problemas, realmente me sentí muy triste cuando se fue. Así con cada una en este tiempo, las llamo y me preocupo mucho por ellos. La enfermedad y muerte de Luisa fueron muy dolorosas para mí, con ella mantenía una amistad muy grande, me decía tú eres la única persona a quien le cuento mis cosas. Dalia ha vivido casi toda la vida fuera pero el amor, amistad y camaradería han sido grandes, así con cada una. Armindita hoy es mi figura maternal, la amo y ella conmigo es especial, nuestra relación es más fuerte cada día. Todos mis hermanos son especiales. Ricardo el único hermano que nos quedó es muy especial, con Elacio teníamos una relación profunda, su muerte fue una de las cosas más tristes que he vivido. Podría decir de cada uno cosas bonitas. Consuelito es eso, mi consuelo, verla, hablar con ella me produce paz, Dora es mi figura materna, es la sabiduría, cuando hemos podido reunirnos podemos pasar toda una noche hablando, de hecho nos ha pasado. Carmen es la hermana que quiero proteger por eso siempre quiero corregirla, me preocupo mucho por ella, toda la vida hemos estado juntas. Ana María siempre presente y preocupada por nosotros, la amo mucho. Freddy mi hermano muy cariñoso, se hizo presente en mi vida en momentos de mucha necesidad. Edecio de carácter fuerte y rudo, era casi imposible la relación con él pero gracias a Dios que sus últimos años pudimos estar ahí cerca como familia y prestar ayuda durante su  enfermedad.

            Ser madre es más la maravillosa experiencia que  podemos tener. Cuando nació Tonny sentía que con él lo tenía todo, que no me faltaba nada, tenía 20 años y era algo maravilloso, lindo, con su pelito crespo hermoso. Imagínense cómo podría sentirme siendo mamá por primera vez. Enseguidita como a los 8 meses salí embarazada de Néstor Luis y verdaderamente estaba tan deseosa como impactada porque a los 21 años ya tenía 2 hijos. Cuando estaba embarazada de Néstor Luis, algunos podrían decir que son cuestiones de abuela o mentiras, pero tenía como 7 meses y pude sentir que él lloraba dentro de mi vientre y fue una experiencia muy tremenda. Cuando nace era hermoso y blanquito, con ese pelo lacio negro, era hermosísimo, como siempre tranquilo, toda la vida ha sido así. Luego llegó Katty imagínense que cuando nació casi nos moríamos las dos, ella pesaba 1 kg y yo pensaba que no viviría, por ser mi única niña y en esas circunstancias, hubo un gran apego entre ambas. Katty es una persona muy respetuosa y temerosa de Dios y de sus padres, es especial. Juan José llegó en un momento muy importante, tenía más madurez, 11 años tenía Tonny ya, así que llegó a ser el bebé que todos cuidaban y querían. Algo que te puedo decir con honestidad: ninguno de mis hijos fue planeado, pero cada uno llegó en el momento preciso y así mi amor se acrecentaba más y más. Mi relación con ellos es de madre, amiga, confidentes y también de hermanos peleones. Tonny a pesar de que vive lejos,  a veces pienso que lo tengo más cerca, siempre está pendientes de cada detalle. Néstor mi compañero de ministerio, tranquilo, respetuoso, soporta mi existencialismo de ocasiones. Katty siempre ahí preocupada y atendiéndonos en todo, hay mucho respeto en nuestra relación. Juan es mi ayuda en este tiempo, cantamos juntos, hablamos de cualquier tema, a veces de acuerdo, otras en desacuerdo pero siempre amigos. Es demasiado hermosa mi relación con mis cuatro hijos, sin negar por supuesto que a veces nos hablamos fuerte por el carácter. Creo que sería importante ponerme una meta de escribir sobre ellos con más detalles pero por supuesto, las palabras se quedarían cortas para lo mucho que hay que decir.

            De mis nietos te diré que los amo inmensamente, mi única niña Isabella consentida, cariñosita, tímida pero siempre pendiente con sus abuelos y todo lo comparte. El catire súper especial, soy su maestra de casa, le pregunto cómo se llama su maestra de la casa y  dice Pepa. Mati tranquilo, solitario, pero siempre respetuoso y cariñoso de vez en cuando compartimos sobre algún tema importante. Y aquí estoy orando por los que faltan por llegar, tengo como seis vestiditos tejidos guardados.

            Quisiera también expresar algo que hay en mi corazón, es mi gran amor a mis sobrinos, en cada uno de ellos siento y manifiesto mi amor maternal, en verdad los amo a todos. A algunos los he tenido muy cerca como a Manaure y Swander, que en los primeros años de sus vidas, de alguna manera ejercí esa labor maternal. A mí desde pequeña me gustaban muchos los niños, tu abuela Isabel vivía cerquita de la casa y yo me escapaba para estar con Carlos y Zulay, a Nelson y Cleida también los cuidé a pesar de ser una niña, con Eunice y Coromoto era una locura, en verdad amo a mis sobrinos. De Elacin tengo recuerdos hermosos que me hacen sentirlo muy cerca, a Andreita y Angélica estuve pendiente siempre de verlas. A todos verdaderamente, a todos los amo muchísimo. Agradecida con Dios por tu vida Roys eres una persona muy especial en nuestras vidas, Dios te usa para unir a la familia, para sacar a través de este trabajo ese vivir y sentir maravilloso que hay en cada uno, ese extraordinario soy, que a veces escondemos, me gustó mucho evocar recuerdos y vivencias escondidas, quiero por favor que esto lo escribas porque tú eres ese extraordinario soy y te amo muchísimo.

            Mi tía siempre ha sido gentil y apacible, continuamente me trata con ternura y simpatía. Es una cristiana ejemplar y una mujer de corazón compasivo. Valoro que siempre fue muy dulce con mi abuela Isabel, una de sus hermanas mayores. Mi tía Pepita vendría siendo mi tía abuela, aunque me parece muy joven para serlo y sin duda la siento mucho más cercana. Siempre próxima a mamita Corina, eran muy unidas, un gran amor. Me gusta cuando me cuenta a mi bisabuelo Diógenes pues yo era pequeña cuando partió y no logro recordarlo. Compartimos en diferentes ocasiones en Mérida, fue mi mayor cómplice organizando los cumpleaños para la abuelita Corina, que lindas fiestas disfrutó nuestra viejita. Recuerdo en una ocasión que me quedé a dormir en su casa me contó que mis padres le predicaron y en general me habló muy bien de ellos, ahora que lo pienso mi tía siempre se expresa bien de los demás. Debo decir que los Vielma somos muy parecidos entre nosotros pero les aseguro que a Katty, su única hija, es a quien yo me parezco más. Es un ejemplo de trabajo y dedicación, en mi opinión en su restaurante sirven el pasticho más sabroso de toda Mérida. Reconozco que es un pilar espiritual para toda la familia. Constantemente nos saludamos y compartimos alguna charla, me gusta saberla presente a pesar del tiempo y la distancia. No podía dejar de reseñarla para Extraordinario Soy. Ahora que no están ni Corina ni Isabel, en ella me encuentro cercana a ambas, siento que es una fuerte conexión con mis raíces. Ha sido una mujer perseverante y amorosa, sin duda referencia en la familia. Mientras la entrevisto nos encuentro parecidas en la profesión, en el cariño a los niños, en el amor por enseñar y al procurar la unidad familiar. Yo la amo con todo mi corazón y no quería dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes lo grandiosa que es. Tía recibe siempre mi amor en un abrazo y te pido la Bendición de aquí hasta allá con mucho cariño.

2 comentarios en “Elodia Josefina: si alguien me pregunta ¿tú eres feliz? yo puedo decir que soy feliz”

  1. Gracias Roys por este hermoso extraordinario!! Leo esto y me siento muy afortunada de ser parte de esta familia y sobre todo muy afortunada de haber crecido cerca del amor de mi tía pepa! Es grande, sincero, bondadoso, noble y sin condiciones. Un ejemplo de madre a seguir para mi, siempre al lado de sus hijos dando lo mejor de sí para toda su familia. Gretel la ama muchísimo, y como no hacerlo, si su amor y apoyo fue incondicional para nosotras desde que Gre estaba en la pancita. Gretel y yo la amamos muchísimo y añoramos volver a reunirnos.

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