María Victoria: poder crecer en Venezuela como he podido crecer en Argentina para mí sería éxito, llamaría esa parte de mi vida como una victoria

María tiene raíz hebrea y varias acepciones, la más destacada vendría a ser “Elegida por Dios”. Entre tanto que Victoria  procede del latín y su traducción es literal: “Victoriosa”. De pequeña siempre fue coqueta y jugaba sin saberlo a hacer aquello a lo que se dedica hoy. Se declara dulcera y amante del chocolate.  Admira a su abuela y expresa que sus hermanos son su bendición. María Victoria siempre tiene las cejas hermosas y su labor consiste principalmente en hermosear también las cejas de muchas mujeres que acuden a ella en busca de este servicio, por el cual se ha destacado principalmente entre las venezolanas que residen en Buenos Aires. Ofrece asesoría y atención en el área de la belleza y la estética pero es fundamentalmente conocida por las cejas tan bonitas que diseña, ella además lo prioriza en su emprendimiento @_victoriacejas. Además de ser su pasión es su actividad económica, pero lo más importante para ella es ayudar a potenciar la seguridad que cada mujer debería tener en sí misma. María Victoria emigró primero a Panamá y luego a Argentina, siempre ha sido trabajadora así que no dudó en laborar en diferentes áreas hasta que decide trabajar para sí misma. Disfruta su día a día en Argentina añorando retornar a Venezuela en algún momento y alcanzar el éxito en su país natal. Una joven venezolana que ha apostado por su sueño nos relata un poco de su andar en esta ocasión para Extraordinario Soy.

            Como ejercicio inicial le solicito a Victoria que me cuente por cuenta propia todo aquello que recuerda de su historia y así se relata desde sus mismos recuerdos:

            “La Victoria de niña tuvo una infancia muy feliz  y una familia muy tranquila digamos. Mi mamá tuvo 3 hijos, mis 2 hermanos y yo, uno de mis hermanos es autista, es a quien le tuvo que dar mucho tiempo y dedicarse mucho a él. Luego de eso yo crezco obviamente, estudio para ser Tripulante de Cabina y estudio también Comunicación Social pero paré al segundo semestre que es cuando decido emigrar. Fue muy temprano, tenía yo alrededor de 20 años cuando salí de Venezuela. Primero me fui a Panamá, país donde sólo duré seis meses. Hice de todo, caminé todas las calles de Panamá recorriendo las peluquerías porque vendía maquillaje y se los ofrecía a las peluqueras para que ellas me compraran y bueno así poder solventar. Mi hermana me recibe en Panamá pero luego de eso yo decido que ese no era mi destino y me vengo para acá para Argentina. Compré el pasaje pero solamente me vine con 200 dólares que bueno ya 100 eran para pagar mi carta migratoria, mi DNI, y los otros 100 eran para poder pagar una habitación. Bueno yo llegué aquí a casa de una amiga. Ella me recibió pero luego de eso yo me fui, a los 15 días encontré trabajo en una verdulería y empecé trabajando ahí, luego de eso trabajé en un Call Center. Siguiente a eso, me di cuenta que no estaba haciendo nada con mi vida y ahí decido renunciar al Call Center, fue de un día para otro. Recuerdo que me estaba recién mudando y no tenía ni siquiera para la comida y me dije bueno ¿ahora qué hago?”.

            “Muchas personas en el Call Center me preguntaban cómo me sacaba las cejas, yo les decía que me las sacaba yo misma y respondían bueno entonces sácamelas a mí. Ahí fue cuando más o menos empecé a tener clientela, pero al mes me di cuenta de que no podía vivir de eso porque atendía una persona en cada semana y en ese momento cobraba 70 pesos. Esos 70 pesos no me alcanzaban para nada, de paso que solamente atendía que si a una persona semanalmente. Decido volver a buscar trabajo, me metí en una agencia de cambio de dinero, de ahí me despidieron porque un día me dio fiebre y bueno ellos no podían esperar a que yo me recuperara, si no que buscaron a otra chica y ya. Luego de eso me metí por Florida en una tienda de cuero, ahí también renuncio porque el señor no me pagaba bien, no me pagaba las comisiones y un día, molesta, me fui. Pasa que cuando yo renuncié entendí que ya no me sentía bien trabajándole a alguien, así que decido hacer mis publicidades por Facebook y fue cuando comencé a trabajar con las cejas como tal de lleno”.

            “Empecé haciéndolo a domicilio, estuve en locales acá en Argentina estuve en un primer local en la avenida Santa Fe, luego otro lugar por la localidad de Parque Patricios y me fui dando a conocer. A raíz de eso decido empezar a trabajar desde mi casa, hasta que dos años después de trabajar y vivir en mi casa me entra un desespero porque me sentía encerrada, ya no tenía privacidad. Cuando las clientas pasaban al baño pues obviamente veían lo que era mi cuarto, mi cama y todas esas cosas. Era un espacio muy pequeño y no se sentía cómodo, ni yo ni ellas, porque no es como que si iban a un estudio a sacarse las cejas sino que bueno una chica en su casa las va a atender. Bueno me daba mucho miedo porque yo decía cómo voy a pagar todo, dos alquileres, soy yo sola porque bueno desde que emigré siempre he llevado yo misma mis gastos, he pagado los apartamentos donde he vivido o las habitaciones. Cuando comencé hacía mucho, me puse muy flaca porque no comía bien y trabajaba de lunes a lunes, pero era muy feliz o sea no era, soy feliz en lo que hago y como lo hago entonces me he disfrutado mi proceso y lo que sí te puedo decir es que volvería emprender 1000 veces más”.

            María Victoria contesta algunas interrogantes que nos permiten comprender mejor su recorrido, sus gustos, su esencia y todo aquello que tiene que ver con lo que ella es:

¿Cómo recuerdas a la niña que fuiste?

            “Mira fui una niña bastante inquieta de verdad, muchas veces podía pasar como “salía” porque preguntaba todas las cosas que me causaban alguna inquietud. Muy traviesa, jugaba mucho, inventaba mucho también pero fui una niña feliz. También por una parte difícil porque bueno en mi casa se veía un poco de violencia, por parte de mis padres, entre ellos mismos, no hacia nosotros sus hijos sino entre ellos pues, aparte que por tener un hermano autista vivía siempre en una desconsolación.  Cuando mi hermano se escapaba, porque el autismo de mi hermano no puede estar encerrado, él no tiene ese control de mente y cuando le pegaba mi mamá  o se quería alzar y nos pegaba eran momentos feos para mi mamá y momentos feos obviamente para nosotras como sus hermanas. Digamos que viví en una familia un poco disfuncional pero bueno rodeada de verdad de mucho amor”.

¿A qué jugabas de pequeña?

            “Jugaba a sacar las cejas, eso es algo que hoy en día me llama la atención porque es el trabajo al cual me dedico más cuando crecí jamás, no pensé que podía trabajar de esto. Jugaban con las muñecas, a maquillarme, me ponía los tacones de mi mamá y jugaba a que era modelo. De niña era muy coqueta, me gustaba siempre estar arreglada, que mi uniforme estuviera impecable qué siempre estuviera peinada, me gustaba compartir muchísimo con mis amiguitas, irme a su casa a jugar, a comer. También a ordenar la casa, siempre he sido muy ordenada entonces jugaba mucho arreglarle su casa”.

¿Qué golosinas preferías?

            “Te puedo decir que todas, soy muy dulcera, demasiado dulcera, de hecho mi mamá para dejarnos tranquilas no dejaba una bolsa de chuchería a cada una de nosotras a mi hermana y a mí, y podemos pasar todo el día viendo televisión con una bolsa de chucherías cada una, demasiado dulceras y en la actualidad también es así. Si hablamos de preferir elijo el chocolate”.

¿Tu adolescencia fue rebelde o tranquila? ¿Qué recuerdo te marcó de esa etapa?

            “Mira en realidad mi adolescencia fue muy tranquila, no fui rebelde, no le di dolores de cabeza mi mamá. Mi adolescencia la marca la muerte de mi tía, yo tenía una tía que era ciega y ella se murió una semana santa donde toda la familia decide viajar y ella se muere, digamos que eso marcó un poquito mi adolescencia”.

¡Cuéntanos de tus padres!

            “A ver mis padres, si te soy sincera no recuerdo un bonito momento de los dos, ellos siempre andaban peleando, creo que eso me afectó mucho porque no tuve una buena relación o no vi nunca una buena relación entre ellos. Entonces eso creo que está marcado ya mi vida adulta, pero bueno digamos que gracias a esos pequeños episodios que tuve con mi mamá y con mi papá, sé lo que hoy en día no quiero que tenga mi familia, cuando la construya, entonces por esa parte agradezco muchísimo haber vivido todos esos momentos”.

¿Cómo describes a tus hermanos?

            “Mis hermanos son para mí mi bendición. Mi hermana mayor es mi vida, es mi todo, es la que me motiva, la que está ahí cuando me caigo de hecho a los dos países que he emigrado ella siempre ha estado ahí. Con mi hermano autista no ha sido fácil porque bueno su trastorno nos duele a todos, con el hemos vívido momentos muy fuertes Uno de los recuerdos que tengo de niña es ver a mi mamá sentada en la puerta de la casa porque su hijo no llegaba, debido a que mi hermano no puede estar encerrado y a veces podían pasar hasta tres días sin él aparecer. Recuerdo que mi mamá lo iba a buscar a la morgue a ver si es que estaba en la morgue o en la funeraria, o es que estaba en la policía porque a veces llegaba hasta con puñaladas y demás. De verdad que la vida de mi hermano hasta la actualidad ha sido fuerte”.

Menciona a una persona que se referente para ti.

            “Una persona a la cual yo admiro fuera de mis padres o hermanos, es mi abuela. Para mí es la persona más guerrera que yo he visto en la vida, de hecho ella fallece el año pasado y para mí fue un dolor increíble. En la actualidad todavía la lloro muchísimo. Mi abuela fue una persona que construyó, que tuvo demasiado, que le dio todo lo que tuvo a sus hijos. Una persona fuerte de carácter pero era porque ella sabía cómo le gustaban las cosas, sabía como ella quería tener las cosas entonces eso la hizo ser fuerte. Ella tuvo restaurantes, a cada hijo le dio su casa, viajó muchísimo y mandó a sus hijos a estudiar en el extranjero. Mi abuela para mí es una admiración, es lo que hoy en día se le puede llamar a la mujer emprendedora y luchadora, eso fue mi abuela. En su época fue una mujer maravillosa, buena y espectacular”.

¿Cómo sientes a Venezuela en este momento?

            “Creo que Venezuela es mi amor platónico, mi amor bonito, mi historia, mi vida y mi sangre. Más allá de extrañar a mi familia en Venezuela porque si claro que la extraño, extraño más es mi país, mi olor, a mi ciudad, la bella vista de mis playas, la calle y su gente. Venezuela para mi es mi vicio, mi droga, mi paz, mi tranquilidad. De hecho yo cada cierto tiempo tengo que regresar a Venezuela porque necesito recargarme de esa energía que me da, me eleva, me motiva a seguir trabajando para en un futuro poder ir y ayudar a esa gente que está allá en Venezuela, dale darle empleo a mi gente. Poder crecer en Venezuela como he podido crecer en Argentina para mí sería éxito llamaría esa parte de mi vida como una victoria.

 ¿Cómo concibes tu futuro en Argentina?

            “Ahorita no pienso en un futuro, simplemente estoy viviendo mi día a día. Estoy viviendo lo que me regaló Argentina, antes vivía con la ansiedad de cómo me veo al futuro y no, simplemente me entregué a Dios estoy dejando que Dios haga de mí lo que él quiera que yo sea fusión en sus manos y si tengo que estar aquí es porque todavía Él lo desea así, aunque en un futuro no lo veo. De hecho decidí montar el local pero es porque como no me he podido ir y es una meta que yo tengo, a futuro eso si lo sé, pues mi vejez no la quiero pasar acá en Argentina, la quiero pasar en Venezuela, entonces me disfruto mucho mi día a día acá hasta que sea la voluntad del Señor”.

¿Cómo crees que tu trabajo puede contribuir a que las personas tengan una vida extraordinaria?

“Para mí mi trabajo es algo maravilloso. Más allá de ser algo estético, siento que le da mucha autoestima a las mujeres el verse bien, el sentirse arregladas y bonitas les da seguridad en ellas mismas y no hay nada más hermoso que una mujer segura de sí. Me siento bendecida porque cuando trabajo recreo una obra que hizo Dios, porque las cejas forman parte del cuerpo y el cuerpo todo lo hizo Dios entonces siento que soy un instrumento de Dios aquí en la tierra para poder recrear esa zona que él ya había hecho. Una de mis metas es poder ayudar a la gente que tiene cáncer, sufre de alopecia, que tuvo un accidente o por cualquier otra cosa perdió esa parte del rostro, poder ayudarlas a a tener esa pequeña felicidad de volver a ver sus cejitas”.

            Cerramos su historia con una ronda de preguntas cortas:

Un sabor: el café de mi mamá.

Un olor: el de una montaña húmeda cuando acaba de lloviznar.

Un sonido: el del mar.

Una fruta: el mango.

Una comida: arroz carne molida y plátano

Un deporte: el boxeo, me cambio la vida

Una canción: de Yordano, locos por amor.

Una película: Avatar, me encanta Avatar.

Un lugar: a mí me quedó marcado Todasana, la carretera hacia la costa de La Guaira, fue para mí algo maravilloso

 Una frase: esto también pasara, eso me recuerda que por cualquier situación que esté pasando buena o mala, todo pasa, todo en la vida pasa por algún motivo y de las caídas aprendemos mucho, mucho, mucho.

            A Victoria la conocí cuando yo estaba recién llegada a Argentina, de hecho fue en la oficina de Migraciones, el día que gestionaba mi DNI, ella saludó a una chica a quien yo acaba de conocer en la fila y con quien tenía bastante rato hablando ya. De inmediato me fijé que tenía las cejas hermosas y justamente la muchacha con quien conversaba me dijo que era ella quien le sacaba las cejas. Desde ese día le pedí su contacto y casi siempre epilo mis cejas con ella, me gusta mucho, además del resultado, disfruto varios aspectos de su atención: su lista de reproducción, la buena charla y a su perrito Tanos. Le agradezco la disposición para contarnos su historia, me gusta conocerla de esta manera, cuando nos comparte lo grato y lo ingrato de su vida. Me agrada saber que lo que más le gusta de su labor es que le permite reforzar la seguridad de muchas mujeres a quienes atiende. Me recuerda lo importante que es ser primero bonitas internamente y así proyectarlo externamente, y que siendo honestas arreglarnos las cejas es un mimo al alma. Amé que me dijera que Venezuela es su amor platónico porque a mí me pasa igual. Deseo que su anhelo, que es el mío también y sé que es el de muchos venezolanos, sea constituya en una poderosa realidad, poder volver a nuestra tierra y desde allí amar, trabajar y sumar todo para hacerla más grande y más bella. Entre tanto aplaudimos que sea una grandiosa representante de la mujer venezolana en tierra argentina con su emprendimiento Victoria Cejas y como orgullo afirme: ¡Extraordinario Soy!

1 comentario en “María Victoria: poder crecer en Venezuela como he podido crecer en Argentina para mí sería éxito, llamaría esa parte de mi vida como una victoria”

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