Un 18 de enero de 1991 nacía en Caracas Sherelyn Ibana. Dos rasgos prominentes de su belleza, sus ojos llamativos y su cabello hermoso, siempre lo lleva bien largo y bonito. Hija de Angélica y Carlos. Hermana de Helen, Meilyn, Chuy, Franco, Henglenber y Mango. Madre de dos varones: Akany y Azai, fruto del amor con su compañero de vida: Andy con quien suma 13 años de feliz unión. Sherelyn canta muy lindo y es una de sus pasiones. Su madre eligió Sherelyn, ese nombre que al leer en una revista le encantó para ella, habrá sido Sherilyn Fenn una actriz estadounidense famosa en el momento. Ibana sería una variación de Ivana, nombre al que se atribuyen significados como “brillante” y “regalo de Dios”. Venezolana en Colombia, una caraqueña que extraña su clima, su tierra y su gente desde Bogotá, lugar al cual agradece las cosas buenas que le ha permitido vivir. Lo que más le gusta es cantar y ahora misma apuesta como nunca antes a su carrera. ¡Vamos a repasar su extraordinario caminar!
“Desde mi perspectiva me considero una persona sencilla, tranquila, familiar, humilde, cariñosa, amigable, llorona, sensible y celosa con las personas que amo. Soy amistosa, me gusta escuchar y ayudar a las personas. Lo peor de mí es que soy ansiosa y a veces muy mística, eso lo heredé de mi mamá, y lloro por todo. El valor que más practico es el respeto hacia otras personas, todos somos y pensamos diferente, todos llevamos una cruz encima y trato siempre de ponerme en el lugar de los demás, creo que así podemos hacer un mundo mejor.” Así inicia Sherelyn una especie de auto descripción que visita todos los estadios de su vida y relata al mismo tiempo a esos afectos que la complementan.
Comienza por la niñez y adolescencia. “Mi infancia fue increíble, vivía con todos mis hermanos y adicionalmente convivía frecuentemente con todos mis primos, somos una familia muy grande y siempre tuvimos la oportunidad de compartir mucho. Mi niñez fue lo máximo ya que tengo una familia muy numerosa y tengo muchos primos, jugábamos en el patio de la casa todos los juegos que te puedas imaginar de la época. Mi merienda favorita eran las papas Ruffles de queso acompañadas de una malta y también me encantaban unos caramelos que se llamaban «piedritas». Me caracterizaba por ser una niña muy tranquila, amaba las muñecas Barbies, al punto tal de jugar con ellas hasta el 2do año de bachillerato. De mi adolescencia recuerdo el liceo, mis compañeros, mis profesores, fue una época en la que tomé la decisión de trabajar para quitarle un peso a mi padre, fue cuando tuve mi primer empleo, trabajé de encuestadora y así supe lo que era la responsabilidad”.
Charla de sus progenitores con amor. “Tuve la oportunidad de tener a mi mamá y a mi papá juntos, cosa que le agradezco enormemente a la vida, gracias al esfuerzo de mis padres nunca nos faltó un plato en la mesa. Mis padres son el mayor ejemplo de tolerancia, sencillez, respeto, esfuerzo, amabilidad y gracias a ellos soy como soy hoy en día. Mis padres lo son todo para mí, ellos me enseñaron a ser una niña de buen corazón, con principios y valores, me enseñaron a respetar a las personas, a aprender a valorar las pequeñas cosas, actualmente hablamos casi a diario, nos extrañamos y nos amamos mucho. Tenemos una bonita relación y doy gracias a Dios porque tuve la oportunidad de tener esas figuras, paterna y materna, juntas. El mayor aprendizaje de mi madre fue la humildad, porque todos somos iguales no importa el estatus, también me enseñó la generosidad y a ser fuerte, no importa cuánto te golpee la vida, debes ser fuerte. El mejor aprendizaje que tengo de mi papá es trabajar y luchar por lo que queremos, cuidar a nuestra familia y no permitir que nada les falte, también a ser fuerte y ayudar a quien lo necesite”.
Cuenta a sus hermanos con sumo afecto. “Si tuviera la oportunidad de escoger a mis hermanos en otra vida, los escogería a ellos nuevamente, lo son todo para mí, en la actualidad tenemos una hermosa relación, nos amamos, nos apoyamos, nos escribimos a diario, estoy orgullosa de ellos y de las familias que han creado cada uno. Mis hermanos lo son todo para mí aunque no se los diga, las reuniones familiares eran lo mejor del mundo y digo eran por ahora estamos separados por una frontera pero no del corazón. Compartir con ellos es reírse todo el día”.
Repasa su vida adulta. “Considero que cada etapa de mi vida, principalmente la vida adulta, me ha ayudado a madurar y a aprender de cada una de ellas, para bien o para mal, he aprendido a superar los obstáculos, han habido momentos en los que he sentido que no puedo más pero «Dios aprieta mas no ahorca» mi vida ha mejorado desde que tuve la oportunidad de salir de mi país y siento que cada día va mejorando más. Sin duda mi mayor reto ha sido ser mamá y al mismo tiempo se convirtió en mi parte favorita porque también de ellos aprendo día a día. Definitivamente a lo largo de mi vida he aprendido que hay que trabajar para lograr los objetivos y dejar un buen legado a mis hijos”.
Se acuerda de su proceso migratorio “Eran aproximadamente las 7 de la noche cuando ya estaba con mi familia y amigos más cercanos despidiéndome de mi mamá para emprender un viaje de aproximadamente 10 horas hacia San Antonio del Tachira, en mi celular los mensajes de Andy diciendo que ya nos estaba esperando muy ansioso y nervioso en el nuevo apartamento donde íbamos a vivir al llegar a Bogotá. Fue una travesía tediosa y muy fuerte pero cada kilómetro valía la pena porque sabía que, del otro lado, él nos estaba esperando. Al llegar no se puede explicar la alegría que sentimos Akany, Azai y yo cuando nos bajamos del autobús en el terminal del salitre. Andy nos recibió con mucho amor y de inmediato nos dirigimos a casa. Desde allí comenzó lo que sería nuestra mejor decisión para el futuro de nuestros hijos. Sin duda alguna llegar a Colombia ha sido un cambio drástico para mi familia y para mí, hemos avanzado mucho, mi vida es mejor desde que estoy acá, no todo ha sido fácil porque debemos sacrificar el hecho de no tener a nuestra gente cerca, de extrañar Caracas, de extrañar el calor, pero sin duda alguna es muy importante para mí que mis hijos tengan una estabilidad y eso es lo que hemos obtenido estando en Colombia. He aprendido mucho de la cultura de los Bogotanos, también he vivido la xenofobia pero todo es parte del proceso, tengo más que agradecerle a Colombia que cosas que reprochar”.
Habla de su amor. “Andy y yo nos conocimos en un estudio de grabación, yo sería la corista de su compañero de música en una canción y en ese momento no hubo una conexión muy fuerte. La conexión vino después cuando coincidíamos en la plaza de Chacaíto y hablábamos pero fue hasta que comenzamos a chatear por Messenger que realmente hubo una conexión sólida, él estaba con su novia de ese momento y yo estaba soltera, pero no podíamos dejar de hablar, yo comencé a sentir cosas muy fuertes por él y en una oportunidades le di a entender que yo estaba sintiendo algo muy fuerte y que debíamos dejarlo porque él tenía su pareja, estuvo de acuerdo pero eso no fue por mucho tiempo. Luego terminó su relación con la que era su novia y desde ese momento decidimos estar juntos, fue el 29 de Noviembre del 2008. Hasta la fecha ya son 13 años de noviazgo más dos niños hermosos. En la actualidad llevamos una muy buena relación, llena de muchos sueños por cumplir aún, cargada de mucho amor y ganas de envejecer juntos”.
Andy, su compañero en este andar, se toma el tiempo de expresar sus pensamientos y sentimientos sobre ella: “Desde hace 13 años tengo la oportunidad de compartir mi vida con una persona maravillosa, alguien de quien aprendo todos los días. Sherelyn Ibana Jiménez López, y si ya lo sé es un nombre raro, difícil de aprender, pero, al mismo tiempo espectacular”.
“Aún recuerdo la primera vez que la vi, en un estudio de grabación, saliendo de una de las cabinas, con una pañoleta en el cabello y una camiseta rosada que daba un vértigo terrible hacia su escote. Pasaron un par de meses por allá a finales del 2009 y entre algún encuentro casual en el Metro de Caracas, al fin me dio su dirección del Messenger. Ya había una química en el aire entre un: ¡Hola! y un: ¿Cómo estás? O un: ¡Que bueno el último tema! Un día viernes y ya con la decisión de tomar el riesgo de ver si los holas y los ¿cómo estás? se volvieran algo más, le pedí que nos viéramos. Y en la estación de Chacaíto justo en frente del Mc Donald´s, estaba yo con una camiseta rosada 5xl, una bermudas a cuadros azules y unas tenis Fila, no me juzguen era la moda de la época. Cuando a lo lejos con un jean claro, una camiseta, negra, sin mangas, tacones y por supuesto un escote para matar, ella, con una sonrisa que solo me hacía saber que sería un buen día”.
“Conversaciones que discretamente nos gritaban entre líneas: y ¿si se besan? Y en esa buseta de Los Dos Caminos a Sebucán me di cuenta que Dios y la magia existían en los labios de esa mujer. El beso paralizó el tiempo y no sé si los demás pasajeros se dieron cuenta de eso, pero fue como si el cielo estuviera de fiesta en el fondo de una buseta. Ya en el estudio fingimos que nada había pasado hace 20 segundos pero su sonrisa y su mirada nos delataron para que escapáramos como dos ladrones en fuga hasta el próximo beso. Si le preguntan a ella les dirá que no hubo un intento de desnudarnos en la siguiente buseta que abordamos, pero citando a Arjona <basta con resumir que le bese hasta la sombra>”.
“Hemos tenido todo tipo de momentos, buenos como cuando nacieron nuestros hijos, malos como cuando estuvimos separados por la distancia geográfica entre Venezuela y Colombia. En trece años no he perdido el vértigo por su escote y a veces pienso que está completamente loca por qué quedarse aquí cuando ni yo lo hubiese hecho por mí, pero todo eso me hace saber que Dios y la magia existen y 13 años después de ese beso, siguen viviendo en sus labios. Ella me enseñó a educar mis Te Amo, a no rendirme cuando todos se rinden por vocación y puedo decir, con toda fe, que es la única paz de mi guerra”.
Sherelyn nos cuenta su rol materno. “Creo que gracias a que soy una persona con mucha paciencia y mucho amor para dar, ser madre para mí no ha sido tan complicado, cada día aprendo mucho de mis hijos, me sacan una sonrisa todo el tiempo y con ellos jamás me siento sola. Me hicieron madurar y ser una mujer más fuerte y más responsable. Yo quería ser mamá desde que conocí a Andy, tenerlos relativamente seguidos fue la mejor decisión que pudimos haber tomado”.
“Akany, nació el 6 de Noviembre del 2011, es un niño tan inteligente, carismático, amable y con un gran corazón, creo que tiene el carácter de los dos, papá y mamá, pero se inclina más al carácter del papá, le encanta hacer reír a los demás, a veces es impaciente y perezoso pero sé que será un gran ser humano y un gran hombre. Físicamente es idéntico a su papá. Le gusta mucho el anime y las películas de terror, su comida favorita es el arroz chino y quiere ser diseñador gráfico cuando sea grande”.
“Azai, nació el 24 de Noviembre del 2014, se caracteriza por ser un niño muy emocional, sensible, cariñoso, amable y atento. Físicamente se parece a mí y a su abuelo, en cuanto a la personalidad se parece mucho a mí. Ama a su hermano, la verdad se aman mucho los dos, se preocupa mucho por su familia y por los animales, por el bienestar del ambiente y del planeta, tiene un corazón del tamaño de la casa donde vivimos, al igual que su hermano, sé que será un ser humano muy bondadoso. No le gusta el huevo en ninguna presentación, pero ama las hamburguesas, las gomitas y las pizzas, aún no tiene definido que quiere ser cuando sea grande pero en una ocasión me dijo que quería ser luchador de UFC”.
Cierra con perspectiva en su vocación y proyección. “Desde que me preguntaban, en el colegio, sobre lo que quería ser cuando creciera no sabía que responder porque nada de lo que yo quería tenía que ver con una carrera común. La mayoría de las personas que me conocen realmente no saben lo que significa para mí la música porque hasta yo en algún momento de mi vida no lo sabía, fue cuando pisé un estudio de grabación en el año 2017, fue allí que entendí porque me encantaba ver los conciertos en vivo de Shakira, Britney Spears, Beyonce, Mariah Carey, Michael Jackson, entre otros. Se me erizaba la piel cuando escuchaba música, me hacía sentir diferente y yo quería vivir eso, quería estar en un escenario y cantar mis canciones como aquellos artistas. Entendí que amo la música, es lo que me llena realmente, tuve la oportunidad de grabar varias canciones desde ese año pero en ninguna yo era la única intérprete, siempre eran colaboraciones. Comencé a entender más sobre la industria cuando conocí a Andy pero por un motivo y otro, no pude dedicarle el tiempo que quería, hasta que acá en Colombia logramos obtener el estudio de grabación propio y he podido iniciar con lo que es mi primer EP como solista, con muchas expectativas y muy contenta por poder hacer lo que de verdad me gusta. Por eso me atrevo a decirle a quien quiera ser extraordinario que cumplan sus sueños, que hagan lo que los hace felices, que se arriesguen, que no dejen para mañana lo que pueden hacer hoy, que compartan con su familia todo lo que puedan, que vivan sus vidas sin mirar al de al lado y sobre todo sin juzgar a nadie. Definitivamente lo más extraordinario en mi vida ha sido ser mamá y haber crecido en la familia Jiménez López, conocer a quien es mi esposo hoy en día y tener amigos maravillosos que sé que siempre estarán. Mi mayor legado serán mis hijos, estoy trabajando todos los días en su educación para que ellos puedan hacer un mundo mejor en el futuro”.
Sherelyn siempre me ha parecido igualita a Lilo, la muñequita hawaiana de Disney que adopta a Stich creyendo que es un perro cuando en realidad es un extraterrestre azul. La conocí en Caracas por allá en 2003 o 2004, no recuerdo exactamente, lo importante es que son muchos los años de bonito compartir y amistad los que sumamos a nuestras vidas. Cuando trabajamos haciendo encuestas nuestros almuerzos eran las delicias callejeras de Chacaito: hamburguesas, perros y pepitos. Recuerdo haber ido juntas a muchos toques de Hip- Hop desde siempre a ella le ha gustado mucho, a mí también pero antes más que ahora. Compartimos muchas vivencias, largas conversaciones, risas, fiestas en el Pedagógico, amores, alegrías, decepciones y tristezas también, porque la vida va de eso, amistades que celebran las bondades de la vida y te acompañan también en sus desdichas. No nos vemos desde septiembre del 2017 cuando la visité en Bogotá pero eso no ha sido impedimento para mantener la amistad, siempre estamos en comunicación y alimentamos este afecto que se extiende en el tiempo y la lejanía. Me ha dado muchas alegrías, entre ellas el ser madrina de Azai y tía de Akany, esos dos príncipes que ella y Andy van levantado excelentemente, con amor y dedicación. Mi amiga es bella, encantadora, espontanea, canta lindo y tiene mucho estilo, es una gran mujer y un valiosos ser humano, por eso no podía dejar de contarla aunque su historia, se había demorado un poco por que se vino mi matrimonio, sin duda ellas es de las personas que añoré ese día, pero ambas sabemos que podríamos no estar físicamente en los acontecimientos de la otra pero el amor y la alegría siempre van a permanecer. Añoro el día en que nos volvamos a juntar, abrazarnos, reír, para llorar y para cantar. Te quiero tanto y con todo mi amor mi tajada frita (nuestro nominativo amistoso favorito de siempre).