Christian se refiere a Cristo y Alejandro significa protección, nos cuenta él mismo, con una claridad absoluta del significado de los nombres que porta. Anchaval, su apellido, es de origen vasco francés. Relata que nació en la Maternidad Sardá de Capital Federal. De Justo, su padre aprendió firmeza y de Bladis, su madre, lo que es apoyo incondicional. Tiene 2 hermanas, Cynthia y Melina, ambas son agentes policiales, nada que ver con lo que hace él, su hermano mayor. Es enfermero de profesión pero canta por elección, talento y vocación, cada domingo ameniza esa sabrosa comida italiana del Restaurante Il Ballo del Mattone con clásicos líricos que emanan de su voz. Generalmente entona canciones italianas, pop lírico, algo de ópera como Pavarotti y canciones románticas, líricas modernas, como Il Divo y por supuesto Andrea Bocelli. Su canción favorita sería Vivo Per Lei, porque retrata mucho lo que vive como cantante y lo que siente por la música, también la de Cinema Paradiso por haber sido la favorita de su madre. Amante de la ópera, para él “es trágica pero encantadora”. Rigoletto fue la primera ópera que presenció y es precisamente la que está produciendo ahora mismo y que estrena en este agosto en La Biblioteca Café. Participó en Got Talent Argentina en el año 2008 transmitido por Telefe. Le gustaría viajar a Irlanda para inspirarse en la segunda parte de su libro, al cual pensó como una trilogía y así producir las 2 siguientes entregas, eso, cantar y producir eventos, figuran entre sus metas más importantes a futuro.
Repasa sus días de infancia. “La memoria más hermosa de mi niñez y creo que es el primer recuerdo de mi infancia, es cuando estaba con un juguete y mis padres me estaban cuidando, tuve un payasito que recuerdo cuando lo tocaba y era como poroso, era de plástico y tenía también un teléfono con ruedas. Después cuando era más grande vi una foto de ese día y me di cuenta que era un bebé, o sea que prácticamente gateaba y bueno se ve que tengo una buena memoria desde muy temprano. Otro recuerdo fue en el mar, en Villa Gesell, estaba en un bote inflable y recuerdo que flotaba, me gustaba el mar pero le tenía miedo a la vez, me daba un poco de temor cuando se movía pero cuando veía que mi mamá sujetaba el bote me quedaba más tranquilo. En ese tiempo íbamos en familia con un amigo de mi papá y su familia, es un recuerdo muy lindo que mantengo”.
“Siempre me gustó cantar aunque durante mi niñez practicaba artes marciales pero en la adolescencia me lesioné las rodillas, entonces pensé en qué más podría hacer, dedicarme a alguna otra cosa que me gustara, así que elegí cantar. Mi primer encuentro con el canto fue a los 14 años, me pusieron a cantar una canción de La Novicia Rebelde, fuimos a ver la película y canté la canción Ever Vais que se trataba de una flor de Austria y les gustó mucho mi voz. Fui con un profesor de Tango, Ruben Alvarado, quien era uno de los más grandes maestros de Tango, en su momento, quien de inmediato me dijo que yo tenía talento para la Lírica. Empezó a darme las primeras herramientas. Luego, otra profesora, me dijo vos tenés voz para cantar ópera, entonces descubrí lo que era, un cantante de ópera cuando vi una grabación de Pavarotti y me encantó. Empecé a estudiar y vi que era algo muy difícil y es que hasta ahora sigo entrenando porque es como el fútbol si uno lo deja de entrenar la voz no es la misma y no llegamos a las notas agudas”.
Reflexiona sobre la música, su evolución e influencia social. “Tal vez en Argentina se valoraba más al Tango anteriormente, quizá ahora mismo es más valorado en el exterior. Hoy, muchas cosas que no son música, hay cantantes que no cantan, antes para cantar tenías que estudiar y formarte, hay gente que es famosa sin saber nada en absoluto de la música, del canto o siquiera de poesía. Creo que estamos en una época de decadencia musical, la música no enseña valores sino más bien promueve antivalores. Los artistas se adaptan al mercado, económicamente les va muy bien pero se pierde el sentido de la música que es mostrar la belleza del arte. Siempre mantengo mucha esperanza en la música porque sana a las personas ”.
Confiesa la escritura como su otro don artístico. “Me gusta escribir literatura fantástica, lo que son historias que tienen que ver con la magia y me gusta todo lo que es espiritual, procurando el bienestar de todos. Mi madre falleció muy joven, ella era enfermera, yo traté de estudiar enfermería también como una forma de ayudar a la gente, siempre me intereso por cómo sanar o mejorar la salud de las personas. De niño me gustaba ayudar a los animales, si veía uno en la calle trataba de encontrarle algún hogar. En el libro escribí de alguien que trata de buscar la salvación pero se da cuenta que no puede porque es una persona normal hasta que llega a un portal de historias mágicas y todo cambia”.
Honra a sus progenitores con palabras de aliento y aprendizaje. Su padre se llama Justo y dice que se trata precisamente de la persona más justa que conoce. “Me enseñó a mantenerme firme ante las circunstancias, siempre fue muy protector y estuvo enfocado en su trabajo. Era relojero y creo que por eso ha tenido muy buen equilibrio en la vida. Tiene 92 años, se mantiene juvenil dentro de todo, lo único que tiene es un temita cardiaco pero recién le cambiaron el marcapasos y está bastante bien, es una persona que admiro. Bladis, era su madre, de quien dice que fue una persona muy sufrida desde la niñez, pero siempre quiso lo mejor para él y era fan número 1 de sus canciones. “Cuando falleció en 2018, ella estaba en el ataúd y me pidieron que le cantara una canción y me la imaginaba ahí sonriendo como siempre lo hacía cuando yo cantaba, fue tan real que me puse a llorar y no pude terminar la pieza. Ella me enseñó a dar todo por amor siempre, a pelear hasta el final como ella, siempre la peleó pero su cuerpo no dio más”.
Nos narra su rutina. “Mi cotidianidad es levantarme temprano para organizarme y concentrarme en lo que voy a hacer en todo el día, estos días por ejemplo han sido muy agotadores, tengo que hacer muchas actividades, tengo que manejar muchos grupos, trato de vocalizar, de mantenerme en buen estado, trato de obtener nuevos lugares para cantar y nuevos alumnos, trato de hacer dinero porque la vida de un artista, como en mi caso, tiene que ser muy dinámica, porque no tiene un trabajo estable sino que es una ganancia que se genera en el día a día y entonces todo es mucho más costoso pero es lo que elegí hacer. Antes por ejemplo era enfermero, tenía un trabajo fijo pero no me resultó ser lo que realmente deseaba porque no me satisfacía”.
Cuenta que siempre ha vivido en Buenos Aires, recuerda que algunas temporadas las ha pasado en un departamento, en Caballito, el cual era de una amiga que viajaba frecuentemente junto con su hija y él se quedaba allí mientras ellas regresaban. Justamente con esta amiga mantenía un proyecto de ópera.”Mi amiga era Alisa López, ella falleció jóven, víctima del cáncer. Teníamos un grupo que se llamaba Liu en honor a una chica, quien por amor se práctica el harakiri, su personaje simboliza la entrega, el amor y el sacrificio. Siempre hacíamos proyectos juntos, teníamos el gran sueño de hacer nuestra compañía de ópera y teatro. La recuerdo como una persona alegre, tenía su carácter como todo músico, era muy de izquierda y a veces teníamos roces, pero más allá de eso éramos buenos amigos y teníamos muchas cosas en común. Ella siempre decía la frase estos quieren hacer la revolución en Cuba, era muy graciosa, al menos como se nos fue rápido no sufrió tanto”.
Christian se describiría como una persona particular. “Me costó mucho adaptarme a este mundo, siempre volé con mi imaginación, mucho, me costó socializar cuando era niño y encontré en el arte una forma de expresarme, de no sentir temor y de tratar de traspasar los obstáculos. Siempre tuve mucho miedo de perder a mis seres queridos y el primer gran golpe fue la muerte de mi hermano mayor y el segundo gran golpe fue la muerte de mi madre. A pesar de todo eso, pienso que he sido destinado para hacer algo, cumplir una misión, ayudar a los demás y que puedan también descubrir su camino. Pienso que la música y el arte dan una gran posibilidad de conectarse con las demás personas desde la sensibilidad”.
“Lo más aleccionador que viví, fue algo que retraté en mi libro, un capítulo que se titula la parábola de la niña y el rosal, se trata de aceptar cuando los seres queridos parten. La niña tenía un rosal muy bello que de golpe se empezó a enfermar, ella entra en estado de tristeza y no se resigna a que ya no esté más y empieza a pedir que sus plantas se recuperen, pero se aliviaban y de golpe volvían a enfermarse y así sucesivamente hasta que su madre le dice que tal vez es hora de que le deje partir. Eso, unos años después de escribirlo, lo viví cuando mi madre entró en el hospital en un estado crítico, nosotros pedimos mucho por ella y su recuperación, aunque se recuperaba luego volvía a empeorar. Cuando estaba bien y pensamos que ya se le iba a pasar, se volvía a complicar, entonces me di cuenta que lo que hacíamos era alargar su sufrimiento, que ya su cuerpo no daba más y que teníamos que dejarla partir. Un día cuando supuestamente le iban a dar el alta, se puso muy mal y así terminó su vida, entonces me di cuenta de que lo que había escrito se me había transformado en realidad”
Christian participó y fue semifinalista en Got Talent Argentina transmitido por Telefé, en el año 2008 entre otras participaciones televisivas vinculadas al canto. “Audicioné con la Ópera Pagliacci que relata la tragedia de un payaso de carácter muy fuerte y celoso, justo antes de la función encuentra a su mujer con su amante y canta una canción muy triste, resultando en un final muy trágico. Fui pasando todas las instancias hasta la semifinal, y hasta allí llegué. He audicionado tanto para corista como para solista en el Teatro Colón pero no he sido seleccionado. Tal vez no di con los contactos correctos para entrar, igual siempre sigo intentando en las posibilidades que hay, por ahí me frustro al momento como todo ser humano pero siempre retomo y sigo intentando. La última gran experiencia que tuve como talento argentino es que fui semifinalista en el programa de Guido Kaczka, imité a Andrea Bocelli, gané un premio y bueno no es común que un cantante lírico triunfe en un concurso”
Cuenta sus aspiraciones musicales y vitales, se proyecta a futuro. “Lo que busco con mi canto en definitiva, es acercarme a la gente y que cada día haya más espacios para desempeñarme como artista. Mi idea también es formar producciones artísticas y darles oportunidad a nuevos talentos. Formamos un grupo que se llama Estrellas, hicimos Los Miserables y varios eventos. Actualmente hacemos conciertos al piano de musicales y líricos, también armé otro equipo en el cual hacemos óperas y conciertos líricos que se llama Terra. Me estoy esforzando mucho y vamos a hacer una función el 20 de agosto en La Biblioteca Café, titulada Gala Operística con Grandes Arias Fragmentos de la Ópera Rigoletto. Creo que toda música que toca el corazón y que motiva, hace bien, las personas generalmente no muestran las emociones, sentirse conmovido por un tema musical es algo que hace falta, estamos un poco agresivos y a veces nos ponemos un caparazón, con la música la gente puede expresarse mucho. Me acuerdo una vez en un evento, una abuelita italiana que se conmovió tanto cuando canté una canción que retrata una época muy difícil para los italianos, aquel momento en que estaban atravesando una guerra en pleno y el hambre, muchos tuvieron que migrar, eso la conmovió y estaban todos sus nietos llorando alrededor de ella, a mí me conmovió mucho”.
Narra cómo encuentra su jornada dominical en Il Ballo del Mattone. “Conocí al dueño del restaurante Il Ballo del Mattone hace mucho tiempo, me lo presentó una amiga por un evento musical que estaban preparando, le comenté que cantaba lírico y se interesaron, eso fue más o menos en 2015. En ese momento hice varios eventos con ellos y me propusieron después cantar en uno de sus restaurantes que tenían anteriormente, después de la cuarentena se comunicaron conmigo y me propusieron volver a cantar y acepté volver a entregar a la gente un poco de la música lírica mientras están disfrutando de la rica comida italiana”.
A Christian lo conocimos almorzando con Dio, hace algunos domingos, me conmovió especialmente cuando entonó O Sole Mio, cuando se acercó a nuestra mesa entablamos una amena conversación que derivó en la entrevista que hoy les presento. Le agradezco el tiempo, la apertura, la disposición y por ser de las personas que se dedican a hacer lo que les apasiona, sirva este relato en eso que vamos construyendo cada día: presentar lo extraordinario en medio de lo común y rutinario.
Christian excelente cantante y profesor, pero por sobre todas las cosas una excelente persona🎤👏👏👏
Además de ser un gran artista,es una persona cálida y dedicada,y un gran profesor!!