Judith Josefina: lo más bonito que me ha pasado es enseñar a otras personas

Judith Josefina es bonita, serena y cercana. Nace un 29 de diciembre, en Chacaracual, Estado Sucre. Esposa, madre, abuela y digna representante de la mujer venezolana, valiente, dedicada y cariñosa. Su voz es mansa, su conversa amena y su escucha atenta. Hija de Guillermo de Jesús y Julia Aureliana, nace en Río Caribe, belleza oriental de Venezuela. Es la menor de 8 hermanos, 4 hembras y 4 varones. Su mamá quería nombrarla Tomasa pero sus hermanas veían una novela protagonizada por una hermosa muchacha, llamada Judith, y se lo sugirieron para nombrar a su hermanita. Judith es una derivación  usada en el inglés y el francés del nominativo catalán: Judit. En alemán sería Juditha y en italiano Giuditta. Josefina es el onomástico femenino de José, su origen es hebreo y su significado es Engrandecida por Dios. Su amor y esposo fue Romelis Catalino con quien mantuvo 43 años de convivencia, pasión y logros, dice que él se le adelantó, hace 7 años ya. Madre de 5 hijos: Romelis Abdell, Romelis Humberto, Omelis Karina, Guillermo Eliezer y Jhonny José. Abuela de 4 nietos: Alejandro, Samuel, Barbarita y Miriamni. A Judith le gusta el color amarillo, las rosas rojas y el pasticho, asegura que el que ella prepara es el más sabroso.

 

Es Licenciada en Educación y Psicopedagoga, Tiene maestrías en planificación y educación, ejerció durante 38 años y se le nota la vocación al hablar de su profesión. Se declara alumna vitalicia, cuenta que siempre le dice a sus hijos que al marcharse de esta tierra dirán que se fue estudiando algo. Se dedicó con esmero a que sus hijos lograran su título profesional pero principalmente a que pudieran ser personas de bien, hoy se siente orgullosa y feliz de ver ese trabajo realizado.  Vino a Argentina con ansias de Dios, quien se le presentó en sueños allá en Venezuela y aquí, donde se bautizó, pudo reafirmarle su amor y su misericordia. Siempre piensa en una Venezuela fortalecida, edificada y esperanzada, en un país que la ilusiona y del cual no le gusta que se hable mal, recomienda hablarle bonito y con cariño para así empoderar a Dios con su justicia y amor sobre su nación.

 

De su infancia recuerda cuando se acostaba en el piso, así le gustaba hacer las tareas que le asignaban en el colegio. “En ese tiempo jugábamos mucho, las 7 piedras y la señorita, uno cantaba, salga usted que la quiero ver bailar, y también el juego de la semana y me encantaba dibujar”. De sus padres, valora la maravilla de haberlos tenido y se considera bendecida por haber nacido en ese lindo hogar. “Todo lo que soy se lo debo a sus enseñanzas y me dieron de lo que sus padres les enseñaron a ellos también, un valor muy importante, como lo es el respeto. Una de las cosa más linda que recuerdo fue enseñar a mi mamá a leer y escribir, ella me enseñó sin saberlo ella misma, no sé cómo lo hacía para que yo cumpliera con las tareas del colegio, pero lo logró y se lo agradezco”.

 

 “Cuando estudiaba en la Técnica Femenina en Castaño, El Silencio, Caracas, yo vivía en Petare y tomaba dos autobuses para ir y para volver; uno de El Silencio a Chacaito y otro de Chacaíto a Petare; entonces tomábamos el autobús y siempre iba lleno, muchas veces nos tocaba ir paradas y cuando el chofer frenaba estábamos sueltas y nos íbamos una sobre la otra. También llevábamos agujas para cuando los caballeros se pegaban mucho de nosotras, lo pinchábamos y gritaban y entonces les decíamos diga ¿qué le pasó? y después celebramos porque los pinchábamos duro para que nos respetaran. Cuando recuerdo a mis compañeras de clase me llega una sonrisa muy agradable a mi rostro”. Son recuerdos gratos de su juventud.

 

“También es maravilloso repasar mi vida profesional en Venezuela ejercí la docencia por 38 años más que todo en la escuela, donde daba clases, después fui Jefa de Municipio, es decir que eres jefa de todas las modalidades, eso fue en Rico Caribe, el Municipio Arismendi, Estado Sucre. Cuando se me acercaba alguna joven o algún joven y me decían profesora ¿no se acuerda de mi? Me quedaba viéndolos y ellos siempre me decían, gracias profesora por sus palabras, gracias por enseñarme a amar  los libros. Me daba cuenta que algunos ya eran docentes como yo, y para mí, eso es un gran orgullo. Nunca se me olvida el nombre de Avilio, llegaba con el cuaderno en el bolsillo y lo rescaté; son momentos muy lindos que agradezco a Dios en mi vida”.

 

Relata su testimonio de fe. “Pienso que el Señor me buscaba, pero yo no entendía, hasta que un día una enfermera me estaba aplicando una inyección y veo que mueve y mueve los labios y le preguntó ¿tú estás orando? ella me dice si, yo le digo ustedes si me siguen; y le hecho el cuento porque digo que me siguen y luego le cuento que voy a viajar para Argentina y allá buscaré una iglesia para ver ¿Por qué ustedes me siguen tanto? Luego ella me invitó a la iglesia donde asistía y el día que fui ella me estaba esperando, esto fue en Maracay, estado Aragua. Al llegar a Argentina, justo en Ravignani, mantenía la inquietud de encontrar una iglesia,  en eso me dice mi hija que muy cerca estaba una. Fui para la iglesia, estaba cerrada, regreso el domingo y me siento atrás y viene un señor llamado Marquito me obsequió un café y me invitó a sentarme en los primeros asientos. Estaba otra señora y me dieron el puesto del centro, esa señora es Cecilia. Cuando el pastor inicia a dar la palabra y dice: atrévete y sé valiente, no tengas miedo porque yo estoy contigo no te abandonaré ni te desampararé, me quedé fría; así es como Jesús despertó mi corazón, desde ese día no he dejado de asistir a la iglesia”.

 

Luego de contarme tan lindo testimonio me dice: “te mando la foto, cuando fui a la iglesia ese día y estaba cerrada y me la envió me hizo pensar en que así soy yo también, hago fotografias de lugares, personas y momentos que considero trascendentales en mi vida, las dejo en mi teléfono, con la certeza de que estoy registrando algo maravilloso y con el tiempo, corroboro que efectivamente es así. Entiendo entonces cómo mi querida Judith intuía la apertura que tendría en su vida espiritual el haber asistido a Encuentro Iglesia ese día.

 

Sus nombres provienen del hebreo, Judith se traduciría como “la que recibe elogios”. Que bien le viene a mi querida amiga, dotada de virtudes y dones, estoy segura es nuestro buen Dios quien los ha depositado en su mente y corazón. Josefina es diminutivo de Josefa y su significado es “Dios Acrecienta”, el cual le sienta oportunamente a una mujer de Dios, quien anhela servirle y se prepara para hacerlo, es un bonito recordatorio de que Él la hará crecer en sabiduría y bendición para ella y su familia. Con Judith coincidí en la iglesia, especialmente por un evento que sería su despedida de Argentina, pero como los planes de Dios son grandiosos, hoy seguimos disfrutando de su presencia entre nosotros. Me gusta cuando llego a la Escuela Dominical y encuentro una silla disponible junto a ella, cuando trabajamos juntas en el equipo 2 de Encuentro Acción. Valoro esas charlas amables y enriquecedoras que me comparte. También me agrada que frecuentemente me envía mensajitos de buenos días, buenas noches y versículos, siempre resulta un bonito aporte en mi día. Le agradezco por la coincidencia, la amistad y el cariño por ser parte de este proyecto, por contar esta historia, que empezó hace un par de años ya y que hoy me llena de alegría poder compartirles en Extraordinario Soy.

Me agrada que encuentro en ella mucha esperanza, incluso en mayor proporción a mucha gente joven que conozco, demuestra ganas de vivir, de ser y de hacer y eso me resulta extraordinario. Actualmente está iniciando un diplomado como consultor psicológico cristiano y está terminando un curso de psicología para niños y jóvenes.  Tiene un boceto de dos libros esperando el momento oportuno para su edición y publicación, así como unas tarjetitas con mensajes cristiano que desea producir. “Precisamente estoy  estudiando mucho la Biblia, siempre he querido escribir, y creo que sería hermoso escribir de Jesús, es algo que quiero hacer más adelante, todo lo que se relacione con el evangelio lo quiero estudiar, quiero estudiar todo lo que me quede de vida. Lo más bonito que me ha pasado es enseñar a otras personas me gustaría seguir enseñando a otros,  pero ya no solo académicamente sino enseñar cómo enfrentar la vida, a veces creemos que somos los únicos que pasamos por malas circunstancias, pero todos atravesamos muchas cosas y cuando ya hemos pasado por situaciones difíciles podemos aprender a apoyar a otros, apoyarnos entre todos, pero no siempre es a través de un amigo con quien lo vamos a solucionar, es con la fe, con la calma, con la oración y entendiendo que todo pasa, que todo es transitorio, sería enseñar cómo vivir, es una gran lección y para eso me afianzo en mi Señor y Dios”.