Arminda: el amor cubre multitud de pecados, cuando hay amor uno perdona todas las cosas

        Arminda, mujer quien posee un estupendo y único nominativo, cuyo grandioso significado parece no ameritar un acompañante. Arminda, nombre de pila predominantemente femenino, cuya variante masculina sería Armando, según su origen germánico podría interpretarse como «guerrera». También se le adjudica origen canario, siendo que los aborígenes guanches lo distinguieron como “princesa guerrera”. Ella cuenta que su papá le decía que su nombre completo era Arminda del Carmen, pero en su identificación figura únicamente Arminda. Tiene 78 años y es preciosa. Podría decirse que está hermosa como siempre pero también como nunca, irradia belleza, energía, disposición y dinamismo. Sus padres: Diógenes y Corina, es la cuarta de las hijas de un total de 13 hermanos, a quienes refiere frecuentemente en su vida y les profesa mucho amor. Es madre y abuela, amada y muy consentida por sus hijos y nietos. Nació en La Azulita un 28 de agosto de 1942. Es muy diestra en el uso de su celular y la tecnología en general, dice que aprendió rápido y eso le gusta porque se mantiene comunicada con sus seres queridos. Es largo el trecho que ha recorrido y bastante lo que ha visto, dice que vive su vida sabiendo que cada día, es un día más y un día menos. Se aferra a su fe en Dios para seguir adelante en este tiempo, aunque sabe que no es un momento fácil para el mundo ni para su nación, mantiene la esperanza que en Cristo siempre tendrá la victoria.

            Refiere a sus progenitores. “Mi mamá era de La Azulita y mi papá de Jají, se encontraron, y se casaron, primero vivieron en La Azulita y después en Jají, nos quedamos allá. Mis padres fueron demasiado queridos con nosotros, nos quisieron mucho, nos aconsejaban, ¿qué no nos decía mi papá? A veces nos regañaba, nos decía esto está bien o está mal, hagan para acá o para allá. Fueron muy tranquilos y muy cristianos, todos sus consejos eran cristianamente, todo lo que tenemos se lo debemos a Dios y a ellos, nos dieron la palabra y nos enseñaron a ser cristianos. En aquel entonces no había muchas iglesias y nos reuníamos era escondidos, que no supiera el cura que éramos cristianos. De papá recuerdo tantas cosas hermosas, lo recuerdo todos los días, me hace falta, yo no sé por qué me hace tanta falta, cuando lo tuve, sabes cómo a veces pasa en las familias, el padre lo regaña a uno y le hace ver las cosas, uno se molesta, no sabiendo que es por el bien de uno. Cuando uno no lo tiene es fuerte, que falta hace mamita, me hace mucha falta. Así también mi mamá, fue una excelente madre, tú sabes bien como fue ella, la conociste tan bien y sabes del corazón que ella tenía, tan bello y tan hermoso. Eso llegaba uno, los hijos y los nietos y nos recibía a brazos abiertos, cuando uno no iba para allá le decía: ay no ha venido. Decía llámeme a Arminda porque no ha venido y no sé cómo estará ella. Mi mamá era increíble, tanto así que cuando murió fue algo triste primeramente, expiró al lado de todos los hijos de ella que estábamos ahí en ese momento, a la orilla de su cama. Mira nos dio un apretón de manos como para despedirse, a Elodia le dio una mirada que bueno pues, casi le hablo con la mirada, como despidiéndose de ella, Elodia fue clase aparte para ella y la quiso muchísimo, tú sabes cómo es querida Elodia. A pesar de todo fue algo bello,  está el recuerdo, todos los días dispongo mi corazón para recordarlos a los dos, sueño con ellos, es algo tremendo. Pero bueno la vida tiene que continuar hasta que también nosotros partamos con el Señor porque esa es una ley de vida, aunque la biblia dice: el que cree en Jesucristo aunque esté muerto vivirá, entonces ellos están vivos porque aceptaron a Cristo como su único y suficiente salvador, que papá fue primero sí y mamá después. Mamá fue muy católica, pero con toda la religiosidad que tenía en ese entonces también le daba palabra de Dios a uno y después cuando se convirtió imagínate, lo buena cristiana que era. Son buenos los recuerdos que tengo con ellos y los sigo recordando”.         

            Relata su niñez. “Mi nacimiento fue un poquito fuerte, en aquel entonces había demasiada pobreza, no como ahorita, hay mucha tecnología, antes no había, ni teléfonos ni nada, solamente un radiecito, era donde se oía la música, más nada. Así crecí y me formé, estudié hasta 6to grado nada más, porque no habían los recursos para uno estudiar completo. Aunque solo estudié hasta 6to creo que la inteligencia me la da es el Señor, por medio de la inteligencia que el señor me dio, comencé a hacer mi vida, con altas y bajas pero siempre buscando la presencia de Dios y ahí vamos, cada día uno va entendiendo más y más la vida. Cuando y niña era muy tímida, casi no salía del cuarto porque no sé, sentía temor. A veces me despertaba en la noche y comenzaba a llorar por miedo, a veces me dolían mucho las piernas y eso era una lloradera, al otro día no me paraba de la cama, a veces me estaba hasta las 12 del día acostada. Recuerdo que me enfermaba mucho, una vez que me dio paperas y como asma también. Pero eso se me fue pasando poco a poco, conforme fui creciendo, fui perdiendo la tristeza y el miedo, porque era un poco angustiosa yo. Hacía muñecas con trapos, me gustaba mucho sí, me fascinaba escribir y coser, cosía mucho con aguja porque no había máquina, le hacía vestidos a las muñecas y así pasaba el tiempo en mi niñez. Era muy pegada a mamá, lloraba cuando se iba y me dejaba, siempre íbamos que si a buscar leña o cambures, a amarrar los becerros u ordeñar las vacas, siempre detrás de ella. Pero doy gloria a Dios, porque el día que acepté a Jesucristo como mi único y suficiente salvador, fue el más feliz de mi vida. Eso fue una cosa tan bella que superé todos los traumas que yo tuve en mi niñez, mi juventud y mi vida adulta, y tengo muchas cosas en que gozarme con él, siempre lo que está en mi mente y en mi corazón es la palabra de Dios porque él llenó mi vida y me sacó de todo lo malo”.

            “De mi infancia recuerdo mucho que éramos bastantes hermanas y nos tocaba ser semaneras, había que cocinar para toda la familia. Mi mamá tuvo 13 hijos y todos estábamos en la casa, había que preparar comida para todos. Bueno así que cada uno lo hacía una semana y después le tocaba a otra. Trabajando mucho mi amor, la vida en ese tiempo era puro trabajo, a uno no le quedaba tiempo para más nada sino puro trabajar. Allá teníamos vacas, cochinos y gallinas, había que recoger el maíz y las caraotas. ¡Eso era todo un trabajo! Había que prepararles la comida a los obreros y llevarles el almuerzo lejísimos. Fuimos una familia grande, unida como una cadena sin reventar. De la juventud era casi siempre en la casa, éramos muy sometidas y en aquel entonces se respetaba mucho a los padres. Me recuerdo que nos escapábamos de la casa a veces y mi papá iba nos buscaba bravísimo. Con mis hermanos nos la llevábamos muy bien, trabajábamos con mucho amor y mucho ánimo. No éramos sino nosotros solos, los mismos hermanos, no teníamos más amistades, cuando estábamos en la casa cantábamos canciones, nos gozábamos, pasábamos así un rato agradable. Nos sentábamos en la esquina de un patio grandote que tenía mi papá y ahí nos estábamos hasta las 9, que era lo más tardar que uno se acostaba en la casa.  Todo el tiempo fue la vida de uno así, después fue que cada uno comenzó a hacer su vida”.

            Asegura que inició su propio camino a los 18 años. “Comencé a tener mis hijos y la familia que tengo. Bueno eso ha sido batallando, luchando y gracias al Señor que todos se hicieron bien. Todos están hechos y derechos, cada uno a su forma, no salieron malos ni de malos sentimientos ni nada de eso, yo les inculqué la palabra de Dios. Así fue como vivimos nosotros, casi que como vivieron tu papá y tus tíos fue la vida de los hijos míos también.

            Es la mamá orgullosa de sus 7 hijos. “Ser madre es un privilegio muy bello y hermoso, los hijos se quieren muchísimo, los quiero extremadamente a varones y hembras todos por igual. He sido muy privilegiada con los muchachos, me han ayudado muchísimo, todo el tiempo. Tuve un papá para ellos que fue muy malo, empedernido, no fue un hombre que nos valorara. De alguna manera siento que me sometió, todos los años tenía un hijo, esperando que el cambiara, que se acomodara, resulta ser que al final tuvimos tantos hijos y nunca pude ver felicidad con él. Igual agradezco a Dios que me fortaleció y me dio la victoria y pude levantar a los hijos a mi manera, él no tuvo esa autoridad pero yo sí, los enseñé a trabajar igual así como yo era. Han sido muy amorosos conmigo todos. A las muchachas las cuidaba mucho, no las soltaba a la calle, en aquel entonces la mujer era muy estimada por los padres. Es como ese refrán que decía hombre es hombre, aunque la mujer le pegue. Era el hombre el quien tenía que ir a la calle y tenía que traer, la mujer tenía que estar en la casa, lavando los platos y la ropa. Ellas me ayudaban a hacer las cosas de la casa y a atender a los hermanos. Ellos se criaron entre hermanos, el padre estaba ahí, pero era como si no estuviera, como tratando de llenar algo que no existía. Luego yo me separé de él cuando Carlos que es el mayor, tenía 14 años. Amo mucho a mis hijos y ellos están muy pendientes de mí siempre”.  

            Sus hijos dan cuenta de cómo es ella y la relación que mantiene con cada uno:

Carlos Manuel: ¿cómo describir a mi madre? una mujer guerrera, amorosa, muy trabajadora y ama a sus hijos. Es luchadora, una mujer cristiana con un corazón muy noble y sobretodo una persona honesta, sincera y siempre habla con la verdad. Son muchas las cualidades que si llego a enumerarlas todas no terminaría nunca. De recuerdos hermosos de ella, me viene a la mente lo luchadora que fue para sacar adelante a 8 hijos, uno de los recuerdo más bonitos de ella fue cuando me enseñó a leer y a contar con pepitas de maíz. El nombre de la posada es en honor a ella porque fue la fundadora junto con el tío Ricardo, para consolidar ese proyecto emprendido, tuvo esfuerzos maratónicos por lo costoso y difícil de ejecutar, al final se logró consolidar. Es por eso que también mi segunda hija con Noira, mi actual pareja lleva el nombre de Arminda Carliany Vielma Rivas. Mi sentimiento hacia mi madre es inmenso porque a ella le debo todo lo que soy hoy en día, es mi amor verdadero y puro que siempre está pendiente de mí, en las buenas y en las malas”.

Alberto: “de mi mamá te cuento que la anécdota para mí más maravillosa y que nunca olvidaré es cuando yo estudiaba en la primaria, era cerca de donde vivíamos. Entonces ella siempre estaba pendiente cerca de la hora del recreo y me mandaba una arepa que la llamaba rueda de camión, era una arepa que me hacía bueno, gigante. Cuando me llevaban esa arepa yo compartía con algunos compañeros porque era mucho para mí solo. Mi mamá siempre pendiente de mí y de mi arepa en el receso, siempre me llegaba calentita porque la hacía llegar justamente a esa hora con alguna de mis hermanas. Esa es una anécdota muy linda que tengo de ella. Lo otro que te puedo decir es que estoy muy pendiente de ella, me da mucha nostalgia estar lejos, que ya casi todos sus hijos se han ido de Mérida y de Venezuela, menos mal tiene a Sergio cerca que siempre está pendiente de ella. Me encanta que se haga esta biografía de mi mamá”.

Cleida: “conservo un recuerdo con ella, cuando me hacía dos colitas para ir a la escuela, a mí no me gustaban y me las quitaba cuando llegaba a la puerta del colegio (risas). Mi mamá me enseñó a ser una buena  madre, trabajadora y luchadora. La amo con todo mi corazón, ella es mi amiga y mi confidente. La admiro por ser una mujer muy luchadora, es fuerte, nunca la he visto derrumbarse ante las situaciones y todavía, a sus 78años sigue luchando para estar bien”.

Coromoto: “ella siempre nos enseñó a tener temor a mi Dios. Siempre nos leía la palabra de Dios. Recuerdo que de niña ella siempre nos reunía para hacer cultos y estaba ahí con nosotros leyéndonos la Biblia. Me enseñó a ser guerrera, luchadora y trabajadora. Desde pequeña me enseñó a valerme por mi misma. Siempre fue de  carácter fuerte, nos trataba con carácter y quizás, en esos momentos  no me daba cuenta o no entendía cuál era la idea, pero ya de adulta eso me ayudó mucho a ser líder y tener ese valor de seguir adelante. Siento por ella en estos momento un amor inmenso y le pido a mi Dios que me le de vida y salud.  ¡La amo!”.

Nelson: “de mi madre te puedo decir muchas cosas, en esta aventura de ser su hijo. Una mujer extraordinaria, fuerte, sobreviviente, de carácter templado, futurista, nos enseñó a ser aspirantes, nos dio las primeras enseñanzas bíblicas presentándonos a Cristo como nuestro Salvador. Me ayudó mucho con mi familia al darme la oportunidad de trabajar en su negocio por casi veinte años. Vivimos muchas aventuras juntos, viajamos por varias partes de Venezuela comprando mercancía para el negocio de Jají. Le gusta mucho comer, hubo un tiempo que nos íbamos al centro de Mérida a comer en un restaurante chino que está por la Av. 2, más abajo del registro principal y pedía mucha comida, el mesonero ya la conocía porque comía mucho. Ella quiere mucho a mi esposa, el primer día que llevé a Adelaida para que la conociera  la puso a pintar toda la casa. Es muy cariñosa con los nietos pero con carácter. Es un ejemplo como persona. Nos faltaría tiempo para contarte lo vivido con ella, la amo y la admiro mucho”.

Sergio: “estudiando primer año, era aproximadamente enero o febrero, mamá tenía que viajar a Caracas y Margarita, me iba a dejar con mi hermano Nelson. Faltando una hora para ir a La Azulita, ya que el bus salía de ese lugar, le dije que me llevara y empecé a llorar y rogar para que irme con ella. Me dijo que armara las maletas. Perdí clases, estuve un mes en Caracas y Margarita. Siempre me complacía. De pequeño me enviaba a la iglesia, aunque me escapaba para ir a jugar a la cancha. El mejor regalo fueron esos principios cristianos que han formado mi manera de ser para la vida. Otra cosa importante, ella siempre dice un refrán de papá Diógenes, “todo sirve no botándolo”. Siempre acomodando algo, le digo “mamá bota eso…”, pero ella lo guarda, y siempre en algún momento después lo utiliza, recordando el refrán del abuelo. Es una mujer con principios cristianos muy arraigados, nunca falta a la iglesia, siempre está en oración y leyendo la biblia, con su canal de Enlace y ahora con las nuevas tecnologías usa la biblia en el celular y escucha los himnos cristianos por YouTube.  Ahorrativa desde siempre, al momento de ganar un dinero gasta una parte y ahorra la otra, siempre recalca que el ahorro es muy importante, me sorprende a veces que cuando pienso que ya no hay dinero saca un cofre metálico que le llama “la chapalita” y me dice “aquí tengo el extra ahorrado para que compres”; todavía lo hace y en dólares, es muy comerciante le gusta hacer los cobres. Emprendedora, la crisis del país no escapó de su hogar, no hace unos 6 meses me llama para que le probara unas paledonias que había hecho, a las semanas me dice que se las lleve a vender en la bodega de Tía Elodia, al mes teníamos ya como 10 bodegas repartiendo semanalmente las paledonias. Con eso se ayudó económicamente. Inteligente, un ejemplo hace más de un año mis hermanos Coromoto y Alberto le compraron un celular inteligente y empezó aprender a usar Whatsapp, a los días ya lo manejaba, posteaba, hacia vídeos llamadas sola, empezó a decir que ese celular no le servía porque se le metió un virus y no la dejaba manejarlo bien. Al tiempo Alberto le envió un celular de Estados Unidos  con mayor tecnología,  un día estaba copiando unos versículos de la biblia a un grupo cristiano  de Whatsapp de la iglesia, pero era muy extenso el texto y se complicó copiándolo, tardaba de una a dos horas copiándolo, en ese momento estoy llegando y le digo “¿mamá qué haces? Me dijo cuando termine de copiar te atiendo, puse cuidado y le digo, “mamá en el celular puedes descargar la biblia y desde allí pasas el mensaje al perfil y a los grupos”, y me pregunto ¿Cómo? la enseñé y de una vez ya estaba publicando; hasta ahora ha mejorado y todo lo hace con el uso de la tecnología, incluso lleva la biblia digital a la iglesia y la lee muy bien. También aprendió a usar el banco virtual para ver cuánto le depositan. Allí aprendí que mi mamá es muy inteligente. Siento por ella infinito amor, agradecimiento, los principios que tengo son gracias a sus enseñanzas, agradecimiento porque me sacó adelante sola y soy profesional gracias a su empuje y constancia. No me alcanzara la vida para agradecerle y expresarle todo mi amor y admiración”.

Skarly: “en un momento de mi vida de adolescente entre mi cambio hormonal y mi búsqueda de independizarme tuve algunos desencuentros con mi madre querida. Fue en un febrero del 2006 cuando en un día de la semana comencé a trabajar en un establecimiento comercial encargada de una tienda de zapatos, tal día luego de finiquitar y llegar a la casa, me recibió como toda una amiga compañera y sobre todo confidente esperando que le contara mis horas de trabajo, me sentí tan emocionada que al cobrar mi primera quincena quise comprarle algo que nunca olvidara.  Fueron tantas enseñanzas que tengo y que pongo en práctica día a día con mis hijos, gracias a ella. Aprendí a tener carácter como madre, colocar orden y paciencia en el hogar. Es una mujer de alto perfil, para mí de la que más puedo tener como ejemplo de vida, luchadora, trabajadora, emprendedora, elocuente, fiel practicante de la biblia, amorosa, atenta y con facultades de comprensión que como ella nadie puede tener. Siento por ella el más grande cariño que puedo expresar de hija a madre, más que madre mi árbol fundamental, soporte en todas mis decisiones de vida, significa constancia y sabiduría, para tener ese vigor de salud y vida. Te amooo inmensamente”.

            Es una abuela muy querida y nos habla con amor sobre los nietos. “Todos los días oro por ellos, los bendigo y le pido al Señor que les dé un corazón contrito y humillado delante de Él, que busquen de Dios que es lo más importante para todos nosotros. Buscar la presencia de Dios sobrepasa todo entendimiento, es llegar al conocimiento, no del hombre sino por la palabra de Dios que nos enseña, encamina, nos guía hasta la eternidad, eso se los digo todos los días a ellos. Los bendigo, les mando sus mensajes porque hay varios que están en Perú y otros en Estados Unidos, ellos se gozan, cuando me responden me dicen gracias abuela por esas palabras que usted nos dice nos llega al corazón. Eso es muy bueno, pero para eso uno tiene que estar preparado en la presencia de Dios, hay que buscar al Señor todos los días desde que se levanta hasta que se acuesta, pedirle que le de sabiduría y entendimiento de las palabras que uno tiene que darle a otro para llenarlos de gozo y alegría. A mis nietos los amo mucho y quiero que lleguen al conocimiento de Dios y de la verdad”.

            Arminda se describe a sí misma, enumera sus gustos y preferencia. “La vida mía ha sido puro trabajo, me ha tocado hasta ayudar a construir la casa de los hijos, yo pegaba bloques y batía cemento, aunque se supone que las mujeres estamos para otras cosas, pero me ha tocado eso. Me gusta hacer de todo en la casa, tener aseado todo, me gusta coser y cocinar, me gusta mucho la pasta hecha por mí, con carne desmechada eso me encanta, así como el cochino y los huevos. El color que me gusta más es el negro, ese es mi preferido. Amo estar pendiente de las cosas del Señor. Leer la palabra, orar y escuchar música cristiana, en eso paso mi vida, eso es lo que me gusta.  Lo más feliz para mí fue cuando me bauticé, me gozo mucho cuando me acuerdo. Lo más triste que he vivido es la muerte de mis padres y la de mi nieto. Eso fue muy triste para mí,  han venido luchas y he perdido seres queridos pero la partida de mi nieto fue muy fuerte porque fue muy repentina. Pero voy adelante siempre, la biblia nos dice esfuérzate y se valiente, no desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo, así es todos los días. Tenemos que ser fuertes, valientes y guerreros, peleando la buena batalla. Así estaré hasta que partamos con el Señor o cuando él venga a buscarnos”.

            Arminda vivió 17 años en Caracas pero la mayoría de su vida ha transcurrido en su Mérida natal. “Luchando, trabajando y levantando a mi familia, enseñando a mis hijos a trabajar. Bueno muchísimas cosas viví, pasé unos días muy bonitos allá, porque pude recuperarme mucho a como estaba cuando llegué, mis hijos fueron creciendo y recibí mucha ayuda de ellos, gracias a Dios. Carlos mi hijo mayor fue un guerrero, fue como un padre para los menores, Alberto también y Nelson, todos me ayudaron. Para Sergio fue más fácil, cuando él nació ya había pasado un poco nuestra tormenta, vivimos muchas cosas, pobreza o que no había ciertas cosas, eso era fuerte. Dígame la historia de mi mamá, que eso fue tremendo, ella nos contaba sus historias, casi que más fuerte que la de nosotros, porque cuando nosotros tuvimos a nuestros hijos ya había otro modelo, había más maneras de comerse uno una comida buena o ponerse un vestido bueno y así muchas cosas. Luego regresé a Mérida a favorecer a mi papá, había que cuidarlo, tenía esa enfermedad tan triste y dolorosa. Me vine a cuidarlo y me quedé aquí con mi familia, fue fuerte, no crea usted que fue fácil, pero también tuvimos mucha fortaleza y ánimo para trabajar gracias a Dios. Tenía aquella fuerza y esa ilusión para sacar adelante a los hijos, al final de tanto trabajo valió la pena, fue algo bello haber podido salir vencedores.  Hasta que entramos en esta crisis tan fuerte que vivimos ahora, peor somos más que vencedores, creo que así como salimos de tantas otras saldremos de esta”.

            Una dama siempre emprendedora y proyectada, laboró por muchos años en su propia posada que además funcionaba como restaurante y tienda de artesanías. “La posada es muy hermosa, los turistas llegaban y eso los atendíamos de maravillas, muy bien atendidos y se me llenaba la posada, el restaurante y el negocio, mucho, mucho, fue todo muy bonito, un tiempo muy agradable, no se me olvida nunca porque era muy divertido. Atender a la gente, eso es muy bello, nos hacían cola para entrar a comprar recuerdos ¡A la molleja! Nos hacían cola en la acera, eso era largo, dele y dele hasta atrás. Raquel, la sobrina de Elvina que era quien atendía, ya no se daba abasto, cantidades  escribiendo esos recuerdos que tanto se vendían, pero eran cantidades, cajas y cajas, pero eso se acabó todo mamita, todo se acabó. Desde hace veintitantos años que nos cortaron las alas a todos los venezolanos, pero ahí vamos, poco a poco, levantándonos.

            “El tiempo de antes era muy sano, había mucha sanidad en la humanidad, todavía había amor. El amor cubre multitud de pecados, cuando hay amor uno perdona todas las cosas. Ahorita la crisis es demasiado fuerte porque no hay amor, la palabra de Dios nos dice que por haberse multiplicado la maldad el amor de muchos se enfriará. Hay mucha frialdad, personas que hacen el mal por falta de amor. El amor es muy importante, Jesucristo fue a la cruz del calvario, por obediencia al padre, a cumplir la misión que le mandó a hacer aquí en la tierra, fue crucificado para salvar al pecador. El Señor perdona, siempre y cuando uno lo acepta como su salvador y no vuelve atrás. En este tiempo que vivimos el amor se ha desvanecido. Cómo se puede creer en el amor en la situación que estamos en Venezuela, un país tan prospero, pasando una crisis, no hay gas, no hay gasolina, no hay luz, entonces no hay Internet, no hay señal, cuesta para hacer una llamada, ¿cómo hace uno en una emergencia. Es difícil, más que todo para nosotros los mayores, porque la juventud supera muchas crisis, pero uno que necesita medicinas y no hay, cuenta con esto o aquello y no hay, es tremendo. Antes no había tantas epidemias y tantas cosas que pasan ahora. Yo no estoy de acuerdo con lo que pasa aquí, primero porque no nos dejan congregarnos y la palabra dice que no hay que dejar de congregarse como muchos tienen por costumbre, y segundo porque el Señor dice que las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas, y esto es solo un retroceso, como quedarnos en el pasado. Igual en todas estas cosas creo que somos más que vencedores en el nombre de Jesús”.

            Ante la pregunta de cómo desea ser recordada responde: “me gustaría que me recordaran tal como soy, porque no oculto nada yo soy lo que soy, lo que les he dicho eso es lo que soy. Que rememoren como cristiana, que busco la presencia de Dios todos los días, me gustaría que ellos tuvieran ese recuerdo siempre en su corazón sobre mi persona”.

            Tía Arminda, así le he dicho siempre, tía de mi papá, por ende mi tía abuela, su figura ha sido reiterada en mi vida por haber vivido un tiempo en Mérida y porque mi papá y su hijo mayor, tocayos además, Carlos Alberto y Carlos Manuel siempre han sido muy unidos. Dese hace un tiempo hemos mantenido contacto por Whatsapp y me resulta agradable y tierno hablar con ella. Es muy linda, cariñosa, entendida y diestra con el manejo de la tecnología, hablamos perfectamente por llamadas, mensajes y notas de voz, no solo en ocasión de este encuentro para relatarla sino constantemente, eso me llena de orgullo. Es muy inteligente, capaz y amigable, siempre que le escribo me responde y me saluda con amor. Sus hijos son mis primos segundos, referentes en mi vida, a Alberto le agradezco conocer con claridad el rigen de mi nombre, lo conversamos hace años una vez que los visité en Margarita. A Nelson siempre lo recuerdo como buen cristiano, amigo de mis padres y muy cercano a mi abuelita. Mi tío Carlos Manuel, primo y buen amigo de mi papá, ha sido un tío cariñoso y siempre me ha tratado con gran amor. A mi tía Arminda la elogio, cuando me manda una selección de fotos para acompañar este relato, le digo lo bella que está y me responde pues sí chama me tienen muy guapa, me cuidan mucho. No hay discusión, la veo y me parece que está en su mejor momento. Ha sido enriquecedor, aleccionador y muy gratificante hablar con ella, caí en cuenta cuando me contaba de papá Diógenes quien fue 1ra generación, ella 2da y yo, la 4ta ya de cristianos en la familia. Dios ha sido bueno y misericordioso con todos nosotros, no hay duda.

            Oyéndola, a ratos rememoro las conversas con mamita Corina, son parecidas físicamente y en el modo de hablar. Su tono de voz y su forma de hablar me refieren a mi abuela Isabel, su hermana. Le pedí que me contará de su relación con mi abuela Isabel: “bueno ella y yo éramos muy unidas, apenas me llevaba como año y medio, mi mamá a nosotros nos tenía muy seguido. De niñas ella me peleaba mucho, me quitaba las cosas y me acusaba mucho con mi papá, yo era más pequeña (risas). Después cuando crecimos y tuvimos hijos, fuimos unidas, mucho, mucho. Zulay le puede contar a usted todas las cosas que vivimos, los muchachos, Carlos Manuel y Carlos Alberto, Nelson, todos compartían, se iban para allá, comían, eso era la casa mía con la casa de Isabel como una sola casa. Ella me contaba sus tristezas a mí, y yo le contaba las tristezas a ella también. Esa relación fue muy bonita entre las dos, tanto así que hice un sacrificio muy grande tratando de verla, pero me estuve 3 días de camino para poder llegar y despedirme, ya eran sus últimos días. No pude despedirme, cuando llegué yo, ella estaba ya en la urna. Fue muy linda, siempre la recuerdo mucho, tengo una almohada que era con la que dormía ella allá, le dije a Zulay que me la diera, me la traje y con esa duermo, es un recuerdo muy bello de ella. Tengo la esperanza que pronto nos veremos allá”. Mi tía no sabe pero me desbordé en lágrimas cuando la escuché hablarme de mi abuela, me dio nostalgia pero también me regocijé por ese amor de hermanas, que permanece, más allá del tiempo, la distancia y de la muerte misma. Le agradezco la buena conversa, el tiempo y la paciencia, A ella por dejarme contar su historia y a sus hijos por ayudarme a contarla. Cuando terminamos de hablar me dijo: ¡Dios la bendiga y le de muchas cosas buenas y bonitas! Tía, yo te respondo: ¡amén! eres una gran mujer de Dios, ejemplo e inspiración, te amo con todo mi corazón.

7 comentarios en “Arminda: el amor cubre multitud de pecados, cuando hay amor uno perdona todas las cosas”

  1. I just finished An Unfinished Story, and absolutely loved it! I am not beginning on your other books, and plan to read them all. Also look forward to reading everything you publish in the future. So glad I found you, Boo!!! Maye Rudolfo Ankney

Los comentarios están cerrados.