Carol es un nombre inglés que significa alegría. Evangelina proviene del griego y se traduce como portadora de buenas noticias. Una mujer hermosa y de bendición, siempre atenta y cordial. Ama a Dios y a su familia. Hija de Roberto y Elsa, hermana menor de Christian. Esposa de Gabriel y madre de Solci, Tobi y Martu. En casa tienen a Cooper, un Bichón frise que ahora en septiembre cumple 6 años. Carol Evangelina nació en Clorinda, la linda, en Formosa, la hermosa, palabras textuales de ella. De allí son sus primeros recuerdos de infancia, luego la familia se mudó a Buenos Aires, en donde vive desde los 6 años. Desde pequeña quería ser maestra y soñaba casarse con un pastor. Creció en el evangelio. Es pastora y es docente, ejerce con pasión y dedicación su ministerio y su profesión. Le fascinan los lilium y pintarse los labios de rojo. Su color preferido es el negro, le parece elegante y que va con todo. Su fortaleza es el orden, siempre la ha caracterizado, es sumamente previsiva y le gusta tener todo bajo control, confiesa que por eso puede parecer un poco mandona. Trabaja en su manejo del tiempo pues siempre se confía en que le alcanza para hacer más y por eso mismo a veces se demora. Le gusta ver películas con su esposo, salir a pasear, viajar y disfrutar las vacaciones junto a sus hijos. Le encanta una buena picada y un rico asadito aunque se asume dulcera, sus postres favoritos son el tiramisú y el brownie con crema americana. En la noche, después de cenar, tomar algún tecito y un chocolatito no le pueden faltar. Admite, entre risas, que el chocolate es su debilidad y los esconde para que no se los coman. Es del team verano, no le gusta el invierno para nada, ama el solcito y el calorcito. Un pasaje de la Biblia que nos comparte: “…no dejen de confiar en Dios, porque sólo así recibirán un gran premio. Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar en él cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido.” Hebreos 10:35-36. 10 preguntas dan cuenta de su vida extraordinaria que celebramos hoy y nos responde a continuación:
1. ¿Cómo recuerda su infancia? Si nos puede compartir el primer recuerdo de vida, que cree, alberga en su memoria y corazón.
“Los recuerdos que tengo de mi infancia son de la ciudad donde nací, de Clorinda, la linda, Formosa, la hermosa, provincia de Argentina. Allí disfruté mis primeros 6 años de vida. Recuerdo con mucha nostalgia y amor el patio de mi casa donde jugaba con mi hermano, mis juguetes, mis mascotas: mi perro Pilo, mis gatitos, el gallinero, los pollitos, el horno de barro, el mono de mi vecino que le encantaba venir al gallinero a comerse los huevos. El piano de mi mamá, sus clases de piano con sus alumnos, cuando mi mamá me sentaba en el piano y me enseñaba a tocarlo. Los domingo eran de compartir el almuerzo, con la familia y amigos, al volver de la iglesia. Los preparativos de las fiestas navideñas, esperar ansiosa a los reyes magos. La casa de mis abuelos, la publicidad de mi papá, los festivales, el carnaval, las bombitas de agua, la espuma, la bici de mi papá con la cual yo intentaba aprender a andar. Los viajes en familia junto con el coro de la iglesia, por las presentaciones corales que tenía mi mamá. Los días sábados ver a mi madre que era tan coqueta ponerse los ruleros, pintarse las uñas y quedar linda para irnos a la reunión de mujeres en la iglesia o a visitar a las mujeres de la iglesia que estaban enfermas, con un calor de 45 grados, caminando por los barrios bajo una sombrilla. De Doña Ruperta, la señora que venía a limpiar la casa y a lavar la ropa, era tan buena y tanto me quería. Los juegos con mis amiguitos de la iglesia, la escuela bíblica, mi maestra Julita, me gustaban sus uñas largas y pintadas de rojo. La casa de mi mejor tía, la tía Julia que tanto me mimaba y los cumpleaños de mis amiguitos con el infaltable chocolate caliente. Podría seguir enumerando más cosas lindas que recuerdo de mi infancia pero no los quiero aburrir (risas)”.
2. Podría contarnos sobre sus padres, ¿cómo son? ¿cuál sería el aprendizaje más valioso que le heredaron?
“Mis padres son dos personas hermosas a quienes amo con todo mi corazón. Mi papá, Roberto Fischer, hoy de 82 años, un hombre que en primer lugar siempre fue muy guapo, muy prolijo en su manera de vestirse, muy coqueto, muy culto y estudioso, fue y es un ejemplo para mí. Le gusta mucho leer, siempre te mandaba al mataburro, que era el diccionario, para que aprendiéramos, habláramos con propiedad y usáramos las palabras correctas. Desde muy chico tuvo que ir a trabajar, no pudo terminar el secundario en su adolescencia, pero su deseo de progresar y capacitarse, lo impulsó a seguir sus estudios de grande, cuando yo tenía 11 años, tuve el honor de entregarle su diploma. Como ama la radio, comenzó la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, el estudio lo apasionaba, muy sacrificado, se levantaba a las 5 am para irse a trabajar a su fábrica de pie de micrófonos, volvía a las 16, se bañaba rapidísimo, merendaba y se iba la facultad que le quedaba bastante lejos. Recuerdo el sacrificio que hacía día a día, cómo no tenía mucho tiempo para estudiar grababa sus clases y las volvía a escuchar, yo le ayudaba a transcribirlas para que tuviera sus apuntes. Pasaron los años y el desgaste llegó por el cansancio, sumado a los problemas cotidianos y la economía del país que no ayudaba, su sueño de terminar su estudios universitarios murieron en el intento, pero sé que aprendió un montón y aunque abandonar la carrera que amaba le dolió en el alma, nunca dejó de instruirse. Le gusta la política, las noticias, estar informado, siempre fue muy trabajador, honesto, generoso, podría decir de carácter fuerte, pero tenaz”.
“Mi mami, Elsa Enciso, de 77 años de edad. También la recuerdo siempre muy coqueta con sus trajecitos hechos a medida, delgada y elegante. Profesora de piano, durante mi infancia siempre tuvo sus alumnos particulares en casa, rechazó cargos en colegios importantes, dejando de lado su carrera profesional para cuidarnos a mi hermano y a mí. Una mujer que se bancó muchas situaciones difíciles, sufrimientos, injusticias, siempre perdonando y esperando en Dios. Pasó momentos críticos de enfermedad, con 34 años la vaciaron, pero también experimentó un milagro de sanidad, fue sanada del Chaga y el Señor la llevó a ser una mujer de oración, de fe, siempre a su servicio. Evangelizadora nata, hasta el día de hoy, sin temor ni vergüenza siempre le habla del Señor a toda persona que Dios pone delante de ella. Es un ejemplo a seguir”.
“El aprendizaje más valioso que heredé de papá fue la honestidad, la determinación, la perseverancia y la generosidad. De mi mamá el crecer en los caminos del Señor, el ser esa mujer de fe, ser perseverante, que no baja los brazos nunca, que no se cansa de doblar sus rodillas orando sin cesar por sus hijos y nietos”.
3. De su hermano quisiéramos saber ¿qué cosas jugaban de niños y cómo es su relación ahora?
“Tengo un hermano mayor, a quien amo con todo mi corazón, Christian Robert Fischer, de 50 años. Cuando niños, éramos tremendos y traviesos, no parábamos de hacer lío, jugábamos al fútbol y cuando la pelota se iba al patio del vecino, él me mandaba a buscarla porque tenía miedo. Jugábamos a que era mi bebé y yo era la mamá, a que éramos gimnastas rusos, a karate kid y a la lucha, por supuesto de todos estos juegos siempre yo salía llorando (risas). De adolescentes, en la terraza hacíamos parkour, que es una disciplina física cuya finalidad es desplazarse de un punto a otro superando todo tipo de dificultades y obstáculos. Así saltábamos de un tanque de agua a otro, a una altura de 10 pisos, el Señor realmente fue bueno con nosotros, siempre nos cuidó, Dentro del departamento jugábamos a la pelota, al voley, rompiendo todo lo que estaba al alcance nuestro. Éramos curiosos, los medicamentos de mi papá los abríamos y los vacíabamos, era nuestra diversión. Nos peleábamos mucho de chicos. Mi relación con mi hermano es excelente, podemos tener puntos de vista diferentes pero nuestro amor nunca cambia. Él siempre fue mi ejemplo, como un guerrero de oración y también un evangelista nato, hasta a las piedras les habla del Señor. Es muy generoso con los más necesitados y con un corazón que vale oro. ¡Lo amo con todo mi ser!”.
4. ¿Cómo recuerda su adolescencia y qué le gustaba hacer? ¿Alguna anécdota divertida?
“De mi adolescencia también tengo lindos recuerdos. Juntarme con mis amigas del edificio, en las tardes de verano ir a patinar en la plaza, comer helado, tomar sol, hacer bizcochuelos, ir a merendar en la casa de mis amigas o a la inversa venían ellas, maquillarnos como pank y sacarnos fotos haciéndonos las modelos (risas). Disfrutaba de las reuniones de jóvenes, aunque era la más chiquita, me encantaba estar en medio de los más grandes. Una anécdota que no olvidamos de nuestra adolescencia, es cuando tuve varios pretendientes, y casi hay una guerra como David y Goliat (risas). Había uno de ellos, Esteban, que era muy alto, le sacaba dos cabezas a Gaby, él estaba enojado porque decía que Esteban no me quería que solo decía que gustaba de mí para molestarlo, tenía varias amigovias y eso lo enfurecía a Gaby. Entonces un día muy enojado lo invitó a ir al patio de la iglesia y agarró una botella porque su intención era romperle la cabeza, porque no lo aguantaba más, Gaby se sentía David al lado de Goliat pero gracias a Dios que justo llegó la esposa del pastor, Cristina, y el tío Walter y lo frenaron, siempre que nos acordamos de eso nos reímos, como hubiese terminado si no aparecía nadie”.
5. El amor llega a su vida, con el pastor Gabriel, si nos puede contar ¿cómo fue el flechazo? ¿cómo mantienen esa bonita relación a lo largo de tantos años?
“La nuestra es una historia de amor para escribir un libro (risas). Tenía seis años y medio cuando vinimos a vivir a Buenos Aires. Luego de visitar varias iglesias, con mi hermano, le pedimos por favor a mis papás que nos quedáramos en esta Iglesia de Palermo. Dios utilizó a Walter a quien le digo tío, porque me conoció a los dos años en una visita que hizo a Formosa. Y fue ahí en Palermo donde lo vi por primera vez, a mi príncipe azul, donde fue mi primer flechazo (risas). Como él tenía nueve años me veía como una nenita, recién a partir de mis doce años comenzó a flecharse conmigo, a verme con otros ojos, era tan alta que parecía de 15 años, aunque yo tenía varios pretendientes, pacientemente esperó a que me decidiera por él. Me enamoró con su vida espiritual, su pasión por Jesús, por predicar, por servir, por supuesto que era lindo y tenía mis rivales que me lo querían arrebatar (risas). Dios me premió con el mejor candidato. Luego de haber estado orando y esperando 4 años, era muy chica y mis papás no me dejaban tener novio y cuando sentimos que era el tiempo de la confirmación de Dios, nos pusimos de novios. Hoy llevamos 26 años casados, no todo es color de rosa, Dios ha estado en medio nuestro, sosteniéndonos en cada etapa de nuestro matrimonio, de recién casados los primeros cimbronazos, la llegada de nuestros hijos, nos ha ayudado a salir victoriosos de cada tormenta y a disfrutar de cada alegría que nos permite vivir. Su propósito es que permanezcamos juntos, porque Él escribió esta historia de antemano, por el amor que nos tenemos el uno al otro y para que seamos de bendición para nuestros hijos”.
6. Su testimonio de fe y el llamado al ministerio pastoral sin duda nos va a emocionar, si nos lo puede compartir será de mucha bendición.
“Nací en un hogar cristiano, desde chiquita vi a mis papás servir en la iglesia. Amé y sigo amando la Iglesia Bautista de Clorinda. A los 9 años en un campamento de niños acepté al Señor, ese día lloré tanto, había terminado la reunión y seguía llorando, no entendía por qué y con los años comprendí que había sido tocada profundamente por el Espíritu Santo. A los 11 años me bauticé, a los 12 años ya comencé a servir siendo maestra de niños en la Escuela Bíblica. Así fui creciendo y sirviendo en otras áreas, con los jóvenes, en adoración, en evangelismo y en educación cristiana. Siempre soñé con casarme con un pastor y volver a la Iglesia de Clorinda. Gaby sabía, este deseo que tenía en mi corazón, cuando sintió el llamado a ser pastor, no éramos novios todavía pero ya me decía que me iba a casar con él y que estaba dispuesto a irse conmigo a servir en la iglesia de Clorinda y eso me emocionaba. Cuando decidimos casarnos después de 7 años de novios, habíamos pactado que hasta no comprar nuestro departamento no nos casaríamos, gracias a Dios lo logramos. En esos primeros años, comencé a ponerle como quien dice palos en la rueda, no quería que Gaby estudiara en el seminario ni que fuese pastor, no estaba dispuesta a formar una familia donde iba a tener que dejar muchas cosas de lado por servir con una responsabilidad mayor. No tenía, ni sentía el llamado a ser pastora, no estaba en mi mente y ya se me había esfumado ese sueño de ir con mi esposo pastor, a servir en la iglesia de Clorinda. Seguimos sirviendo con mucho amor y responsabilidad en todo lo que podíamos, pero me aterraba la idea de ser pastores de una iglesia, había visto sufrir a muchos pastores por el servicio. El enemigo puso la duda en mi corazón hasta que Dios me confrontó para sacar lo mejor de mí y comenzamos a estudiar el profesorado de Filosofía y Teología en el Seminario Teológico Bautista. Había sido un gran paso pero en mi corazón seguía la inseguridad, hasta que lo ordenan a Gaby como pastor, pero yo sólo era la esposa del pastor, que servía en las áreas donde él Señor me había puesto. Nacieron nuestros hijos y después de la llegada de Martu, es cuando Dios vuelve a llamarme de una manera especial, no pude negarme y terminé rendida por completo a sus pies, pidiendo perdón por querer escaparme. En cada llamado me sentía como Moisés, diciendo: ¡Señor no sé hablar! ¿Cómo lo voy hacer? ¡Pero su paciencia, misericordia y amor fue más fuerte, me hizo vencer toda inseguridad y temor! De a poco fui aceptando que me llamaran pastora, aunque me daba vergüenza, sentía que era un título muy grande, que no lo merecía. Pero el Señor hace cosas que te sorprenden y hoy me siento privilegiada, Él me escogió cómo su hija amada, su sierva, para ayudar, consolar, aconsejar, ministrar, llevar su palabra, escuchar y bendecir”.
7. Ser madre de 3 es una aventura, ¿cómo describe a sus retoños? y si puede contarnos lo que representan cada uno en su vida.
“Ser madre de tres es una linda aventura, pero me hubiera gustado tener más hijos ¡Mi propio jardín de infantes! (risas). Siempre soñamos con tener cuatro, y entre ellos mellizos, hasta mis 45 años quise un cuarto hijo y Gaby me decía yo quiero un cuarto más grande (risas)”.
“Mi primogénita Solcito de 23 años, la amo, es tan linda por dentro y por fuera, con mucho carácter, determinada, audaz, arriesgada, corajuda, lo que se propone lo logra, inteligente, estudiosa, trabajadora, responsable, autónoma, súper metódica, previsora, detallista, sensible, leal, honesta, muy pero muy bromista, le encanta hacer bromas pesadas. Es cariñosa pero le cuesta demostrarlo, amante de la buena cocina, le encanta viajar y disfruta de la amistad de sus amigos. Ella representa la alegría que trajo a nuestro hogar y familia por ser la primera hija, primera nieta, primera sobrina. Ella nos hizo estrenar los títulos de Papá, Mamá, Abuelos, Tíos. Fue y sigue siendo la felicidad de todos. Solci me llena de mucho orgullo”.
“Tobías, de 21 años, nuestro Chicho, nuestro futuro arquitecto, mi Tobi, fue el mamero, llorón, lo disfrute de bebé, muchísimo, era un bebote, que te lo querías comer. Súper familiero, recién a los 9 años se quedó a dormir por primera vez en la casa de un amigo, a pesar de tener la misma escuela de crianza sigue siendo muy mañoso para comer (risas), es híper sensible, muy cariñoso. Es el de los abrazos que te deja sin aire (risas), muy inteligente, ingenioso, creativo como su papá, desde chiquito le encantaba armar los rompecabezas más difíciles, también romper juguetes e intentar arreglarlos. Es híper responsable, honesto, trabajador, estudioso, le encanta hacer gimnasia y jugar al fútbol. Tobi se convirtió en un jóven que ama a Dios por sobre todas las cosas, verlo servir y adorar, me llena de alegría, orgullo y amor. ¡Lo amo!”.
“Y nuestro tercer retoño, nuestra frutilla más dulce del postre, Martina, de 16 años, mi Martu, tan buena, tan sensible, desde muy pequeña, a la voz de Dios, con un corazón puro, genuina, amorosa, cariñosa y dulce. De chiquita le decía que ella era 100% cariñosa y 100% caprichosa, ella me decía qué yo era 100% amorosa y 100% enojona, esto nos quedó como anécdota para el resto de nuestras vidas. Muy habilidosa dibujando, le encanta diseñar vestidos de fiesta, es creativa, servicial, aprendió a ser responsable, es nuestra bella modelo, ingeniosa de los maquillajes artísticos, de los make up casual, noche y fiestas, diseñadora de uñas gelificadas y le encantaría ser una top model. ¡La amo! Martu representa algo muy especial en mi vida espiritual, el Señor la trajo en un momento clave de mi vida y Dios utilizó la vida de Martu para que mi fe creciera, para que yo saliera del letargo donde me encontraba”.
“Es una bendición tener a cada uno de mis hijos, con cada uno de ellos el Señor me enseñó muchísimo. Aún tengo mucho más por aprender, con ellos y con mis futuros nietos. ¡Los amo con todo mi ser! ¡Doy gracias a Dios por el privilegio de haberme permitido ser su mamá!”.
8. Cuéntenos por favor de sus estudios y trayectoria profesional
“Fue una lucha con mi papá porque no quería que estudiara el profesorado, sino que ingresara directamente a la universidad, pero como cuando se me mete algo en la cabeza no paro hasta lograrlo. Ingresé al profesorado y al mismo tiempo el secretariado ejecutivo. Cuando me recibí de ambos, comencé la facultad en la UBA, para seguir la carrera de Psicología, pero como en ese entonces ya estaba trabajando en una empresa multinacional, era agotador trabajar y llevar el ritmo universitario, con mucho dolor tuve que dejar. Ahí cargué mi primera mochila de frustración. Después ya casada junto con mi esposo, iniciamos en el seminario los estudios teológicos, pero con los niños era imposible, otra vez lo dejamos, nuevamente la frustración en puerta. Pasaron los años y cuando ya estaban más grandecitos, tuvimos la oportunidad de retomar, en el último año de estar terminando nuestra carrera de Orientador en Teología, comencé la Licenciatura en Administración fue un desafío porque era a distancia, los nenes chicos, el trabajo, la casa y la iglesia, pero Dios fue quien me sostuvo y renovó mis fuerzas, año tras año, para llegar a la meta. Luego de estar trabajando durante muchos años como Ejecutiva de Cuenta, la empresa quiebra y me dediqué más al servicio en la iglesia, comencé a trabajar medio tiempo como docente. Así que hoy estoy feliz con lo que hago, el tiempo que puedo tener para seguir sirviendo y tengo nuevos desafíos de estudios. ¡Le doy infinitas gracias a Dios porque hasta aquí me ha ayudado!”.
9. ¿Cómo ha sido ejercer un ministerio pastoral en conjunto con la vida matrimonial, familiar y pastoral? ¿Cuáles lecciones les ha dejado que nos quisiera compartir?
“Al principio me rehusé, no quería saber nada, porque quería priorizar mi familia pero a medida que el Señor fue moldeando, transformando, cambiando, rompiendo estructuras en mi vida, me hizo entender que al aceptar estaba obedeciendo a su llamado y me zambullí en la pileta, sabiendo que si me ahogaba el Señor iba a ser mi salvavidas. Tuvimos luchas desde lo matrimonial para ponernos de acuerdo, luchas con nuestros hijos porque no existía un domingo para poder ir al club o quedarnos durmiendo hasta tarde. Siempre hicimos tiempo para la vida familiar con nuestros hijos, paseos, cumpleaños, salidas, viajes, hubo tiempo de disfrutar con ellos desde chiquitos y a medida que fueron creciendo entendieron nuestro llamado. El Señor nos ayudó a acomodar nuestros tiempos con el servicio y con nuestra vida familiar. La lección más valiosa de esta decisión, fue aprender a ser obediente a Dios y poder descubrir su propósito para mi vida, rindiéndome por completo a Él y siendo un canal de bendición para otros.
10. ¿Cuál es la visión que Dios les ha dado en este momento para Encuentro Iglesia?
“La visión que tenemos en Encuentro Iglesia es: Ser una iglesia que refleje en la Tierra, la Casa del Padre. Una casa del encuentro de los unos con los otros y todos juntos con Dios. El ámbito para el desarrollo integral de cada persona. Ser herramientas de bendición, impulso y proyección de cada cristiano. Nuestro objetivo es modelar el amor como una prioridad de la vida, tal como Jesús nos lo ha demostrado. Esto impulsa nuestra pasión por las personas y nos mantiene unidos en el propósito. Nuestros valores, se basan en lo que la Biblia, la palabra de Dios; abriéndonos las puertas a las oportunidades que Dios provee y, combinados con su poder, los resultados suceden de forma sobrenatural. Nuestros valores son generosidad, humildad, gracia, integridad y excelencia”.
Su familia quiere aprovechar la ocasión especial de su cumpleaños, para describirla y relatarla, compartir recuerdos lindos y manifestarle todo su amor y sus buenos deseos.
En primer lugar, sus papitos, nos cuentan: “Carol es inteligente, emprendedora y audaz. Hasta que logre lo que quiere, no lo dejará. Es una gran sierva de Dios; como mujer, como esposa, cómo madre y como sierva”. Su mamá cuenta que cuando era chiquita e iban a la iglesia le decía “cansada está la nena, no quiere caminar” siempre que se acuerda de eso, sonríe. “Otra vez volvíamos a casa y ella con 6 años estaba con un vestido, pañuelo y mis suecos limpiando la casa. Un día que llegamos a las 9 de la noche, del trabajo, bajo la lluvia y el frío, ella, que tenía 9 años, estaba con una amiguita y me dice: “mami acá con Marcela ya hicimos la cena”. La abracé tan fuerte que me hizo llorar, habían hecho una sopita con huevo y tortillitas”. Su papá recuerda cuando ella estaba en 2do o 3er grado y le decía “tómame la lección papá” entonces él le preguntaba “¿De qué color es el caballo blanco de San Martín?”. “Nos acordamos de muchas cosas hermosas y cuesta poder describirlo en pocas palabras, pero son recuerdos muy emotivos desde que era chiquita, hasta cuando nos contaron que se habían comprado el primer departamento y cuando nació nuestra primera nieta. Muchos recuerdos lindos. Por tu cumpleaños te deseamos mucha felicidad, que Dios te bendiga y haga cumplir en vos todos los deseos de tu corazón. A pesar de la distancia estamos con vos ahí, a través de nuestro amor de padres, a pesar que ya sos una mujer grande, casi los 50, pero para nosotros seguís siendo nuestra nena. Esperamos que la pases muy bien, muy feliz con toda la familia y seres queridos que te aman y rodean, para nosotros sos nuestra princesa”.
Su esposo, el pastor Gabriel expresa: “Hermosa, espiritual, enérgica, sincera, frontal, responsable, trabajadora, ordenada, limpia, buena amiga y fiel, así es. De ella me enamoró su hermosura, su dedicación a Dios desde muy adolescente, su amor a la obra de Dios, su prolijidad e higiene, su respeto a sus padres. Bichito sos la mujer que soñé, tu fuerza personal fue, en muchas oportunidades, mi fuerza. Sos esforzada, sos presente, no te desentendés de nada y menos de tu familia. Te amo y te bendigo con paz, fortaleza, salud y amor. ¡Feliz, feliz cumple!”.
Sol, su hija mayor, escribe:»Mi mamá es una persona muy dedicada, graciosa, súper esforzada, divertida, compañera, alegre, compinche, amorosa y más. Ella es una muestra de sacrificio constante, siempre dando todo, no solo por nosotros sino también por los demás. Siempre nos cuida, ama e inspira a ser mejores, a amar a Dios y servirle. Aunque la paciencia no es lo suyo, la generosidad constante y el amor siempre están. Hay dos recuerdos, que creo, la describen por completo. Cuando era chica e iba al colegio, antes de algún examen siempre se sentaba conmigo a repasar en la cocina aunque de inglés no entendía nada. Se convertía en experta en matemática, lengua, sociales, naturales o incluso inglés, su peor enemigo (risas). No solo eso, sino que el día del examen, cuando llegaba al colegio y abría mi mochila o cartuchera, siempre encontraba una notita de aliento y amor junto con una golosina. Detalles que me hacían feliz y hasta el día de hoy me acuerdo y sonrío porque me alegraba el día. Otro recuerdo es cuando estaba en la facultad, me quedaba hasta altas horas de la madrugada estudiando o leyendo, se quedaba limpiando, ordenando o simplemente se sentaba con su computadora para que no me quedara sola. Además que siempre la compañía venía con un cafecito o chocolatito y lo hacía más llevadero. Estos recuerdos me hacen dar cuenta lo buena, presente, dedicada, compañera y amorosa que siempre fue. No solo cuando era chica y realmente necesitaba su ayuda y explicación, sino cuando ya tal vez no la necesitaba pero ahí estaba firme, aunque a veces se dormía sentada con la computadora. ¡Feliz cumple ma! Espero que todo lo que deseas se te cumpla. Que Dios te regale un día hermoso con papá, Martu, Tobi y Cooper; aunque no estoy ahí para festejar otro año, quiero que sepas que te extraño mucho y te amo. Gracias por todo lo que hiciste durante años y seguís haciendo por nosotros, a pesar de trabajar un montón y sumarle toda la responsabilidad de la iglesia, siempre estuviste presente en cada momento, cada acto del colegio, cada muestra de comedia, cada fogón y cada detalle. Gracias y perdón por tantas peleas. ¡Te Amo!”.
Tobias, el segundo hijo y único varón: “Es hermosa, sensible, cariñosa, amable, generosa y altruista. No podría elegir un solo recuerdo con ella. Todos los días tiene gestos conmigo, los cuales hacen que pequeños detalles sean especiales. Desde salir a pasear juntos hasta que se levante más temprano solo para saludarme antes de que me vaya a trabajar. ¡Feliz cumple ma! Gracias por todo lo que hacés no solo por mí, sino por cada persona que se relaciona con vos. En mucho de lo que hacés a diario sos un ejemplo para mí. ¡Te admiro y te amo!”.
Martina, la más chiquita: “Mi mamá es fuerte, enojona y está llena de amor. Uno de los recuerdos más lindos, es que cuando era más chica la acompañaba a la oficina y yo hacía de asistente, era muy divertido. Bueno ma, hoy en tu día quería desearte lo mejor, sos y siempre fuiste mi ejemplo a seguir, sos una persona muy fuerte y valiente con un corazón hermoso, sos 100% cariñosa y 100% enojona, (risas) estoy muy agradecida de poder decir que vos sos mi mamá. ¡Te amo mucho ma!”.
Para cerrar, les cuento que con la pastora Carol tuve simpatía desde el 1er día que asistí a Encuentro Iglesia, ella subió al altar a orar por las ofrendas, recuerdo que me resultó muy agradable su forma de hablar y su acento, en ese momento me pareció que era de otra nacionalidad y no argentina, después ella me confirmó que siempre le dicen que tiene una tonada como centroamericana. Desde un principio me contactó y fuimos a merendar juntas, se mostró atenta e interesada por saber de mí, de nosotros, eso fue de gran bendición. Aunque desde niña he estado vinculada al pastorado, por ser el rol de mis padres y mi abuela Isabel, podría decir que Carol es la primera pastora que tengo que no es parte de mi familia sanguínea y con quien mantengo una profunda conexión espiritual, es una mujer extraordinaria con ella me siento gratamente identificada, respaldada y querida. Es hermosa, gentil, diligente y sonriente. Tengo gratitud con Dios por encontrarnos, ha sido de bendición y motivación. A ella le agradezco por concederme su tiempo, sus palabras y el relato de su vida, que da cuenta de la extraordinaria mujer que es. Hoy es su cumpleaños y espero que este escrito constituya oportunamente un gesto de amor y gratitud por todo lo que es, lo que hace y representa en nuestras vidas, familia e iglesia. Dios la bendice con salud, alegría, paz y longevidad. ¡La amamos y la bendecimos!
Muy linda historia y conexión con Dios. Bendiciones
Gracias Roysbel por tus palabras y el trabajo de compaginar cada parte!.. un gran abrazo!