
Todo el mundo la conoce como América, quienes la queremos mucho le decimos Mecala, su papá la apodó mina, mi papá le dice Ameriquita y yo le digo mamá. Le gusta su nombre, al parecer lo lleva porque al momento de nacer, la primera dama era Menca de Leoni, quien se llamaba así. Nació el 7 de marzo del 63, ya cuenta 57 años y no los niega, ni se los quita cómo cualquier mujer regularmente haría. Es bellísima, de ojos claros, sonrisa fácil y corazón noble. Tiene las manos más suaves de este mundo, es delgada, come mucho pero no engorda. El pan le queda riquísimo, también el arroz con zanahoria y el perico, bien menudito y jugoso. Le gusta coser, hornear, hace cualquier oficio sin protestar y siempre está atenta a todo. Va a su ritmo, tiene un manejo peculiar del tiempo, eso me lo heredó, siempre creemos que alcanza para más. De ella he escrito mucho a lo largo de mi vida, en su cumpleaños, día de la madre y a veces, porque sí. Esta vez no contaré recuerdo alguno, aunque en mi mente residen por montón, toda voz será de ella, hasta el final. Es pura magia, total divinidad, mi heroína. Yo que la habité por dentro se los puedo jurar, es la más extraordinaria que se puedan imaginar.
El domingo le simpatiza porque va a la iglesia y puede salir a pasear. Gusta de escuchar música instrumental y melodías alegres. El rojo es su color favorito, siente que resalta su piel, “hay colores que te hacen ver como pálido.” Para vestir opta por la comodidad “No hay como uno andar cómodo” Antes usaba tacones, pero después de tener a sus muchachas no, solo usa si lo amerita la ocasión.
“Lo que más leo es la Biblia. Ahora estoy leyendo Hogar, Dulce, Hogar habla de la intimidad de la relación con Dios en nuestras vidas y hogares” apunta. No es de leer mucho, cuando lee le da sueño. Prefiere los audiolibros, siempre escucha alguno mientras lleva los quehaceres. Prefiere el frío que el calor y le gusta la playa. Lo que más disfruta es un helado de ron con pasas además de la pasta al dente con una buena salsa italiana “¡Sabrosa!” ¿Café o té? Dice que café y de inmediato se pone a cantar: Café, café, café con leche café, chocolate con empanada le gusta a usted, le gusta a usted. “Un cafecito es sabroso por la mañana, así como tomarse un chocolate caliente con pan cuando hace frío” acota.
Su número favorito es el 8, cada vez que rifaba algo, siempre lo elegía. “Cuando había gente que se daba cuenta, porque sabían que me gustaba el 8, entonces cambiaba el número para que no adivinaran tan rápido” cuenta riendo. No tiene cantante favorito, pero le gusta mucho la canción Tiempo de Vals de Chayanne. “Me gustaría bailarla, pero no sé bailar. La pepa de los ojos sí” dice riéndose y moviéndome los ojos de aquí para allá. Mira muchas películas con su esposo, “lo que pasa es que no me acuerdo de los nombres, pero me gusta La Cabaña, tiene una linda enseñanza sobre la relación con Dios” apunta. Le gustan las series policíacas como Chicago PD, también Chicago Med y Chicago Fire, siempre las ve en familia.
“Me gusta tomarme un tecito, que si manzanillita, avenita, maicinita, un fororito. En estos días he tomado té de jengibre antes de dormir, pero ese es muy picante, lo prefiero frío porque entre lo caliente del té y el sabor intenso, me da mucho calor” detalla su rutina antes de dormir. La verdad es que siempre decimos que tiene la consciencia tranquila, se duerme rapidito y donde sea. Lo primero que hace al despertarse es agradecer a Dios, después va a lavarse la cara, cepillarse y luego a tomar su cafecito.
Se autodefine como una mujer con mucha confianza en sí misma. “¡Yo no veo imposibles! Cuando me propongo algo lo logro, buscando la manera de vencer los obstáculos. Creo que si Dios está conmigo puedo conquistar todo, clamo a Él y en medio de los problemas siempre me ayuda. Soy amorosa, paciente, emprendedora, constante y optimista. Considero que soy una persona servicial, me gusta ayudar a los demás.” Dice que no llora con facilidad “Creo que no, a veces sí y a veces no. Cuando uno siente la presencia de Dios, llora con facilidad. Me hace llorar si me hacen algo que no es correcto.” La he visto llorar pero no demasiado, ya sabemos que una madre no se quiebra fácilmente para mantenerte fuerte. Comenta que le da demasiada risa que le hagan cosquillas, nada más de imaginárselo suelta una carcajada.
Recuerda que de chiquita disfrutaba manejar bicicleta y jugar futbol con sus hermanos, más que todo con Joseíto y Roberto. “Una vez pasamos un susto porque andábamos jugando en la calle, y se llevaron por el medio a “Papito, el más pequeño. Un muchacho que siempre andaba “soplao” en su moto, se llamaba Manolo, lo atropeyó. No recuerdo muy bien que sucedió pero al final no fue nada grave. Salimos corriendo, antes si le pasaba algo a los más pequeños, los mayores tenían que responder” recordó. Roberto y ella se parecen mucho “cuando eramos pequeños la gente pensaba que éramos morochos, se ponía mi ropa y salía corriendo a hacer travesuras para que pensaran que era yo. Cuando mi papá lo iba a regañar se metía debajo de la cama” agrega.
Vivían en la Esquina San Pedro, por Capuchinos, había mucho negocios, entre esos una cartonera: “Nos gustaba meternos ahí a escondidas, era un negocio de dos españoles, corríamos sobre las cajas, si se daban cuenta nos echaban agua con la manguera o nos metían en la aplanadora, fingiendo que nos iban a aplastar, empezábamos a gritar, nos asustaba y a la vez nos divertía mucho, sabíamos que no nos iban a lastimar.” También jugaban en la camburera, se metían disimuladamente, aprovechaban de comer cambur, el carburo que usaban para madurarlos, les gustaba echarlo al agua, hacía burbujas y echaba como un humito.
El colegio católico donde estudió, era muy bueno y grande, con dos patios uno externo y otro interno para el recreo cuando llovía. Fue una época bonita, todas las maestras eran buenas hasta 5to grado, pero en 6to grado la maestra era más estricta, Sor Cecilia, les parecía muy amargada. “Yo si estudié con ella, pero otras se cambiaron de colegio nada más para que no les diera clases. Me acuerdo que una vez me mandaron a pintar un cuadro en un disco, de esos de antes, lo tuve que buscar donde mi abuela, porque en la casa no había. Agarré unas latas de pintura que tenía mi mamá y como pude lo pinté. En la mañana lo envolví en periódico para llevármelo, no se había secado bien porque era pintura de aceite, se le pegó todo y se arruinó. Preferí decirle que no había hecho la tarea y me regañó muy fuerte.” La afectó mucho, su papá había muerto recientemente, de hecho terminó el año escolar porque él ya lo había pagado completamente. “Ese año fue complicado nos desalojaron de esa casa, y nos fuimos a vivir donde mi abuela en Las Adjuntas. Había un autobús que iba de Kennedy a Quinta Crespo y me tocaba caminar el otro tramo a Capuchinos, si se me hacía tarde no me dejaban entrar. Antes yo llevaba todo lo que me pedían, pero después que no estaba mi papá me costaba, esa profe no preguntaba por qué no lo llevabas, te ponía mala nota y ya” habla.
A su padre lo recuerda, era alto, blanco, de ojos azules y usaba lentes. “Mi relación con Nano, era muy buena, me consentía mucho, me hacía cariño, tomábamos la siesta, de hecho dormimos juntos hasta que el murió, el 12 de marzo y yo el 7 acababa de cumplir 12 años.” Siempre estaba pendiente de todo, le arreglaba el uniforme y la peinaba para ir a la escuela. ¡Nunca me pegó! Hubo un diciembre le compró para estrenar un pantalón verde, una blusita de pinticas verde manzana y unas sandalias blancas con flores doradas, esa combinación le gustaba mucho. Una vez quería regalarle algo por el día del padre “Le dije Nano dame plata para comprarte unas medias, me la dio pero me dijo que no le dijera a mis hermanos. Esas medias le quedaron pequeñas y cada vez que se las ponía le hacían una marca porque le apretaban mucho.” Era un hombre productivo, contador, tenía carros trabajando de taxi y se encargaba de un estacionamiento. En ese aparcamiento había un columpio, esos que hacen con un caucho y un mecate; “Yo aprovechaba y me daba colita. Me daba gusto. La gente se sorprendía que me columpiaba bien alto, me divertía mucho. También era músico, tocaba el cornetín en una orquesta, una vez quería ir a un concierto, así que me monté en el carro a escondidas, cuando calculé que habían rodado lo suficiente como para no devolverme, salté y lo abracé gritando: ¡Aquí estoy!” cuenta entusiasta.
Luego de su muerte se les hizo difícil, eran niños en su mayoría y su madre muy inexperta, no pudieron acceder al patrimonio que podía heredarles. Ellos no estaban casados, y antes era más complicado el tema de los apellidos, así que después de su fallecimiento perdieron todo rastro de sus bienes. Cree que algún contador o abogado se ocupó de eso, pero no supieron a ciencia cierta lo ocurrido. La vida les cambió por completo, tuvieron que irse a vivir un barrio en una casa precaria, después de habitar un espacio amplio y cómodo. Les costó pero con empeño, dedicación y trabajo consiguieron salir adelante.
Define la felicidad como disfrutar el momento, lo que haces, las personas con las que estás, lo que comes y saber valorar lo que tenemos. “Para mí la felicidad es ahora, no es la que se espera. Hay gente que está esperando ser feliz cuando tenga esto o cuando logre lo otro, la felicidad es hoy porque a veces estás esperando algo mejor para mañana, y resulta que lo que tienes hoy es mejor. También es feliz quien tiene a Dios en el corazón, eso es lo más importante, no es que se te acaben los problemas pero tienes la seguridad de clamarle y Él responde, nos dice que le dejemos toda nuestra ansiedad porque tiene cuidado de nosotros.” Le pregunto que si es feliz y me dice que sí. Asume como su mayor virtud la fe y la constancia, también admite que necesita dejar de dar tantas vueltas porque se demora mucho para salir siempre.
Desde el día en que se hicieron novios hasta la fecha, tiene 39 años junto a su esposo Carlos, con quien tuvo dos hijas. Hubo mucha resistencia cuando se iban a casar, por parte de ambas suegras, pero con los años aprendieron a amarlos como se ama al propio hijo. Su luna de miel fue en Mérida, era la primera vez que iba y le pareció muy linda, el páramo, el paisaje, el clima, le evocan un lugar de ensueño. Dice que Mérida es el lugar más bonito en el que ha estado “Uno podía caminar tranquilo por sus calles, su gente tan educada y agradable se ganó mi corazón. Nos gustaba que ustedes crecieran en una ciudad tan bonita.” allí vivieron y estuvieron pastoreando una iglesia.
Siempre hacían trabajo social y daba clases a los niños del sector, le tocó hasta disfrazarse de payasita. “No quería que me reconocieran, además del disfraz trataba de cambiar la voz, y creo que lo logré, excepto por un niño que se me acercó y me dijo: ¡Yo sé quién eres tú! ¡Eres mi maestra! Recuerda sonreída. Se acuerda especialmente de Chuchu y Bamban unos niños que llegaban siempre a la iglesia, trató de ayudarlos lo mejor que pudo, estaban siempre solitos en la calle, aunque eran muy pequeños.
Tuvo la oportunidad de trabajar en los círculos culturales de la ULA, con niños hiperactivos, a quienes sus madres y maestras no podían controlar según decían. Eran acusados de violentos y nadie quería atenderlos. “Eran difíciles, estaban de moda los Powers Rangers y ellos los imitaban dando patadas. Fue un gran aprendizaje y una experiencia bonita, pudimos cultivar una relación con ellos mediante diferentes actividades.” También dejó lindas amistades, sus compañeros de ese proyecto: Cheo, Marina y Milagros.
Una vez fueron a un parque en Bailadores, había unas cascadas muy bonitas pero era montaña arriba y el camino era difícil. Aun con las niñas se aventuraron en su búsqueda, cada uno cargó a una y a caminar. Llegaron a la primera, se entusiasmaron y siguieron a la segunda. La tercera resultó imposible de alcanzar pues ameritaba bordear un riesgoso peñasco, así que decidieron descender. En la vuelta se perdieron, era un camino de tierra con barrancos, hubo un momento que llegaron al borde del precipicio, menos mal que se percataron a tiempo. “Si no, no estaría contándote esta historia” sentenció.
Le consulto cuál considera es su rango más visible para otros, me dice que los demás la reconocen como servicial, colaboradora, y a veces comentan que de entrada no habla mucho. “Siempre me catalogan de buena, a veces me parece que ese buena es tirando a pendeja, pero yo pendeja no soy.” Siempre creen que mi papá es más bravo, pero más brava es ella se los puedo asegurar. Los valores que determinan su personalidad, son el amor, la paciencia y la perseverancia. “Me gusta expresarle a las personas lo que siento por ellas, abrazarlas, apretarlas y pellizcarlas” me aclara mientras se ríe. “La fe en Dios, es algo que me caracteriza, sin Dios mi vida no tendría sentido, es mi punto de partida” puntualiza.
En su vida diaria cocina, arregla, le gusta tener todo ordenado. Se ocupa en formarse y formar a otros para ser excelentes en el trabajo que hacen para Dios. Semanalmente se reúne en grupos de estudio, los fines de semana va a la iglesia. Está pendiente de llamar a su gente, dedica tiempo para orar. Lo que más le agrada es enseñar y ayudar a otros, lo que más le disgusta es vivir de apariencias y la hipocresía, eso no tiene sentido para ella.
“Lo más extraordinario de mi vida no lo he hecho yo, lo hizo Dios por mí. Estoy agradecida por mi esposo y mis hijas me volvería a casar con él y tendría las mismas hijas, están hechos perfectos para mí y doy gracias a Dios. También por mi madre y por haber tenido muchos hermanos y hermanas a quienes amo ¡Eso me encanta! Mi madre a pesar de su escasa preparación, me enseñó y me preparó para la vida. Doy gracias por todos mis hermanos, especialmente los mayores, con ellos jugué y me divertí mucho en mi infancia. Cuando Nano faltó, cuidaron de todos a pesar de tener 15 años Roberto y José 17, se merecen mi amor, respeto y valoración, recuerdo que Roberto siempre en diciembre me decía para ir con él a comprar los estrenos de todas, y éramos 5 chicas, yo ayudaba a escoger las tallas y el pagaba” expresa.
Después de Mérida, vivieron en Portuguesa, y fue una vivencia llena de cosas bonitas, a través de la iglesia y de una fundación pudieron ayudar a la gente de Agua Blanca. Recuerda que siempre iban en familia a Los Arroyos, un pozo profundo de agua fría y cristalina, era una diversión en ese momento. También llevaban a los niños de la iglesia, porque continuaba su trabajo con niños en ese lugar, siempre dando clases, su mayor pasión. Conserva buenas relaciones con muchos de ellos, quienes pudieron surgir a pesar de la pobreza y carencias del lugar, siente que la labor y la semilla sembrada surgió efecto.
Admira a su esposo. También a Úrsula, su mamá, a la hermana Ovidia y a la hermana Burguillos, mujeres de Dios. Igualmente a su tía Algimira, quién siempre los visitaba, les predicó a todos de Jesús y por ella conocieron la palabra de Dios. Ya todas nos dejaron, sirva esto como un homenaje póstumo lleno de amor por llevar vidas virtuosas e inspiradoras. De ellas aprendió su fe en Dios desde muy joven y a ser luchadora y constante. Siempre fue de vender, productos; por catálogo, comida; hacía helados, tortas, quesillos, gelatinas, al igual que manualidades; manteles, sábanas, y pañitos de cocina. Siempre trabajó desde casa, tal vez postergó su deseo de profesionalizarse, lo importante es que lo concretó a su tiempo, en su ritmo, pero lo logró.
Se graduó de Profesora en Educación Comercial en la UPEL, aunque nunca le gustó demasiado la contabilidad. A los 17 años estudiaba 4to año en el liceo Razetti, era muy conflictivo, desorganizado y tuvo problemas para obtener sus calificaciones y seguir cursando. La situación familiar era económicamente apremiante, su mamá y sus hermanos mayores trataban de impulsar a la familia. Todo aquello le impidió culminar su bachillerato en ese momento. Hizo cursos de secretariado, de corte y costura, entre otros pero siempre añoró terminar de estudiar. Más adelante cuando sus hijas ya estaban en el liceo, dice que se puso las pilas y obtuvo sus notas certificadas por el Ministerio de Educación, y se inscribió en un sistema de educación para adultos de Fe y Alegría. Combinaba sus estudios con el ministerio de la iglesia, con la casa, las muchachas y las ventas y se pudo graduar como Técnico Medio Contable porque era lo que ofrecía la institución, entendió que aunque tenía muchos años sin estudiar y le parecía que sería más difícil, lo pudo alcanzar y siguió con sus aspiraciones académicas, motivada por sí misma, su esposo y sus hijas.
Estudió educación porque siempre le gustó la enseñanza, la especialidad en comercial más bien la encontró en el camino. La pedagogía siempre formó parte de su vida, y quiso perfeccionarla. Estaba feliz cuando fue admitida en el Pedagógico de Caracas y estudió fascinada todas las materias que mejoraban el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se le dificultó más cursar las asignaturas de comercial, recuerda que su amigo Miguel David la apoyó y le explicó, siempre se lo agradecerá mucho. Fue una etapa bonita, de crecimiento, conocer gente agradable, fue como ver la teoría de lo que había hecho toda su vida. La gratifica siempre ejercer su vocación en la iglesia y después en el ámbito educativo, en institutos de educación superior.
Nosotras hablamos a diario, por chat, notas de voz y videollamada pero es la primera vez que nos sentamos para hacerle una entrevista formal. Durante la charla, mantiene una actitud amable y alegre, suele repetir las preguntas que le hago como ganando tiempo para responder, mira hacia arriba y sonríe. Ya sé que les conté ya, que es de sonrisa fácil, pero olvidé mencionar que su risa es recurrente, una enfática pero etérea carcajada que le enrojece prontamente el rostro. Mi madre me ha evocado siempre a una niñita feliz y esta vez no es diferente. Creo que no recordaba que tenemos el 8 como número favorito, seguramente yo me lo copié. Ríe casi por todo y por casi nada, vislumbro así una lección de vida. Mi mamá no es de enojarse, no se molesta con facilidad, incluso en aprietos se ríe. Estoy convencida que el optimismo lo heredé de ella. Me encanta redescubrirla desde este momento de mi vida, centrarme en ella. Pienso que no fui consciente de muchas cosas suyas que hasta ahora puedo leer en mí misma, principalmente porque toda la vida llevo colgado un letrero de “eres igualita a tu papá.” Creo que religiosamente todos los hijos concebimos a nuestra madre como una fuente inagotable de escucha, pero me invité a retornarle esa audiencia que nunca debí negarle. Ser la vehemente espectadora de una charla que pareció más bien monólogo de una diva, una reina, una actriz plena sobre las tablas, mi mamá, casi nada. ¡Fue apoteósico! Mi ovación de amor eterna para ella. Te amo Carmen América.
❤️ Que hermosa mujer, ejemplo a seguir!
¡Gracias por el cariño y por leernos!
Mis grandes respectivos para tu mamá una mujer muy dedicada a su familia y a su esposo , buen trabajo Roy’s Por cierto mi número favorito es el 8 también!! Jaja un abrazo fuerte
Que bonita coincidencia ¡Abrazos!
Muy buena historia. Todos tenemos algo que contar.
¡Gracias!
Excelente descripción de mí querida amiga y hermana
Excelente descripción de mí querida hermana y amiga
¡Gracias y un abrazo!
Mamita de mi corazón.. Una mujer maravillosa y ejemplo de amor y constancia. Una hermosa forma de plasmar la existencia de Carmen América
¡Gracias con mucho amor para ti!
Que historia más bonita Roys la de tu mami América, la leí y recordé a mi mamá, ella también estudio en Fe y Alegría, cuando mis hermanos y yo estabamos en el liceo, el ayudar a los demás y el amor a Dios, son cosas que tienen en común. Tu historia la siento genuina, graciosa, hermosa y real ¡me encantó!.
Gracias mi querida amiga. No tengo duda de que tu mami sea tan genial como la mía, porque tú eres maravillosa. ¡Te mando un abrazo con cariño!
Dios es maravilloso al darnos la vida y una familia para compartir y vivir cada momento intensamente. Nos dio habilidades y destrezas para ejecutar su propósito en la Tierra; no dijo que no existirían problemas pero nos capacitó para enfrentarlos y resolverlos.Gracias a él hoy tengo una familia hermosa. Me dio un esposo maravilloso y dos hijas bellas e inteligentes, una de las cuales escribió este hermoso texto. Por eso somos EXTRAORDINARIOS
¡Gracias! Es extraordinario saberte mi madre y tu amor en mi vida. ¡Te amo!