
Osiris Maigualida mejor conocida como “Nena” por ser la más pequeña de los hermanos Carrasquel, cumple 44 años el próximo 2 de junio y escribo de ella como un obsequio de amor a la distancia. Es mi tía, retrato de una mujer emprendedora y constante, que cocina divinamente, lo mismo el salado que el dulce. Es morena y guapa, de rasgos firmes, su cara transmite su resolución. La verdad es que no carece de frenesí cuando quiere expresar su opinión, pero también es de reírse y tomarse las cosas con calma. Antes más alborotada y ahora más relajada, el tiempo le ha otorgado eso tan ininteligible que llamamos entereza.
Dice que Osiris lo eligieron su hermana América y su papá. Maigualida se lo puso una enfermera en la Maternidad Concepción Palacios. “Según mi mamá me iba a poner Osiris Onelys, pero me dejó el Maigualida, a mí no me gusta pero el Osiris sí.” Admira a su madre, Úrsula. “A pesar de lo poco que tuvo, nos aconsejó: sea honrada, nunca agarre lo que no es suyo y sea fundamentosa. Si alguno se ha desviado en el camino fue porque le dio la gana, no fue falta de ella, nos enseñó lo primordial: hacer lo bueno y respetar.”
De su padre, Isidro Pineda, conserva una foto. “Se fue cuando yo tenía 6 años, dijo que se iba de viaje, cómo siempre y no volvió. Mi mamá me comentó que siempre le pidió que no me enseñara a ser egoísta. Duré un tiempo llorando en las noches porque lo extrañaba.” Se acuerda que siempre llegaba con juguetes y regalos para todos, aunque solo ella era su hija, el papá de sus hermanos había fallecido. Hace años lo buscó en el Seguro Social y aparecía como cesante, supuso que había fallecido, pero exactamente no sabe cuándo y si fue por eso que nunca volvió.
Es dedicada para decorar en Navidad, nunca falta el arbolito blanco, simulando estar nevado y en el pie de árbol un tren mecánico que lo bordea. Hace unas tremendas hallacas, por sabor y por tamaño, las vende baratas y salen mucho. Es tradición que su casa huela a guiso toda la temporada decembrina pues la atiborran de pedidos.
“Yo empecé a hacerlas cuando estaba embarazada de Edinson, entusiasmada por mis primeras hallacas pero me quedaron saladísimas, le puse alcaparras de adorno y de paso varias, como no sabía pues. El único que se las comió fue mi hermano Papito, ese come de todo y me dijo dame acá. La segunda vez me fue mejor, lavé las alcaparras y las piqué chiquitico, hasta ahora lo hago así. De ahí en adelante me decían que tenía buena sazón y me empezaron a encargar. Todos los diciembres hago, una vez duré haciendo hasta Semana Santa de tanto que me pedían, ¡Imagínate!”
Esas hallacas tan buenas las aprendió a hacer con la señora Domitila. “Yo me la pasaba en su casa y veía como las preparaba. Desde pequeña siempre me gustó la cocina, veía el programa de Dino y me ponía a anotar las recetas. Ahora me encanta ver los reality shows de gastronomía. Me gusta cocinar y hago de todo un poco: paella, arroz chino y shawarmas. Siempre compraba, probé hacerlos y me quedaron bien sabrosos.” En eso recordamos que hace una crema de garbanzos exquisita y le pido la receta: “los sancochas, si son enlatados van directo a la licuadora, aderezas con ajo, limón y comino, vas licuando y probando hasta que agarre la consistencia y el sabor a tu gusto.” Además hace sopa, le gusta cocinarla a leña al igual que las hallacas; menos mal tiene una terraza en casa, se ha vuelto el tradicional espacio para hacer sancochos y parrillas familiares.
También es experta en postres: helados, tortas, ponquecitos y brownies. Las marquesas de chocolate son las más cotizadas de sus dulces creaciones. “Yo las hago porque era mi postre preferido de un restaurante cerca del trabajo. Igual que empecé a hacer la 3 leches fue por ti, te las encargaba. Después decidí hacerlas yo misma, me quedaron buenas y las puse en mi menú. Cuando hice mi primera torta, me la criticaron porque me quedó chiclosa, Yo no le paré, me propuse aprender hasta que me salieran bien, saqué lo positivo de lo negativo, así hago siempre. Ahora me buscan bastante para hacerles las tortas.”
A los 17 ya trabajaba, si le gustaba una receta, compraba los ingredientes y la preparaba. “Cocinar lo veía como un hobby, lo hacía en mi tiempo libre, después se convirtió en un ingreso extra. Me ayuda mucho, de la cocina he sacado para todo.” Hace años que sus creaciones culinarias la han hecho popular entre sus vecinos. “Cuando yo vivía en El Valle, los niñitos me esperaban y hacían cola. Uno me dijo una vez: yo la esperé para comprarme un helado de los suyos, porque son muy buenos. Se vendían tanto que me alcanzaba hasta para el alquiler.” Ahora vive en Artigas, justo al lado de la casa donde nació y creció, a cada rato suena esa puerta: un helado, una marquesa y pare usted de contar. “Está casa la levanté con mi trabajo, aquí también vendo y mucho, lo dulce y lo salado, ahorita más que todo los postres.”
“Cuando estoy en la cocina, yo me apodero, me gusta hacer las cosas a mi manera. Como ya tengo la experiencia, me agrada que la gente aprenda a hacer las cosas bien. Aunque la cocina es como la vida, a veces uno cree que se las sabe todas, pero siempre hay una receta nueva que se puede aprender también. Hay nuevas formas de hacer las cosas y uno las puede probar. Lo que sí, es que si alguien me va a ayudar tiene que lavarse las manos y enjuagárselas bien, lo mismo con los platos para que no tengan olor a jabón y se le pegue a la comida. Imagínate que la comida quede sabrosa pero sabiendo a Ace” alega.
Una vez participó en un concurso gastronómico, para servir el catering de un evento en la Universidad Simón Rodriguez. Había que cocinar durante 3 días para 75 personas pero la remuneración era buena y servía de plataforma para darse a conocer. “El 1er día hice macarrón con pollo, el 2do asado negro y el 3ero paella. Llevé los platos de muestra y gané la licitación. Eva, fue la que me ayudó, yo le decía como hacerlo y ella me asistía.” Su hermana Eva recuerda que de pequeñas peleaban mucho, típico de los hermanos. Osiris, admite que fastidiaba a las demás, les hacía travesuras y era tremenda. “Conforme crecimos nos llevamos mejor, compartimos bastante y nos ayudamos. Con la crisis del país, nos apoyamos cuando lo necesitamos y en esta cuarentena nos distraemos hablando” me cuenta.
El blanco y el rosado le agradan. Los domingos le resultan relajados. Disfruta la salsa y las canciones de Vico C. Le encanta la montaña por el paisaje que brinda, ir a la Colonia Tovar por ese friíto que hace. ¿Café o té? “Café por supuesto, pero el té con leche es sabroso.” Simpatiza con el número 21. Le gusta la guanábana y el coco. Es de ver comedias románticas, como La Propuesta y Son Como Niños, y también comiquitas como Tom y Jerry.
Generalmente tiene el cabello alisado y teñido de negro, a veces lo deja castaño, su tono natural. Nunca ha sido de maquillarse pero le fascinan la ropa y los zapatos. “Para vestir ahora soy normal, antes me ponía tacones, ahorita no puedo estar inventando. Me visto casual y me arreglo cuando lo amerita la ocasión. Me encantan más que todo los zapatos, además del perfume y la ropa. Comprármelos es desestresarme y antes era mi hobby, ahora con esta carestía es más complicado.”
Hablando de estilo trae a colación a una profesora que le enseñó: “uno siempre tiene que dar buena impresión y la primera es la que más vale. También me instruyó que nunca discutiera por sexo, política o religión, siempre se caldean los ánimos. Ella nos dio un curso y llegó a probar mi comida, recuerdo que me dijo que estaba perdiendo el tiempo trabajando administrativamente, que me dedicara por completo a la cocina y sería millonaria. No sé si millonaria pero sé que con mi sazón atraería bastante clientela.”
Trabaja en Inmerca, como asistente administrativo desde el 24 de agosto de 1999. “Voy para 21 años ahí. Fui a hacer las pasantías de un curso de formación profesional, me dejaron como servicio prestado, luego hice suplencias, después salí un mes, pero me volvieron a llamar y quedé fija hasta el sol de hoy. He aprendido bastante, he tenido buenos compañeros y los aprecio. “Un carnaval, yo compré pistolitas de agua y les vendí, nos pusimos a jugar mojándonos, nos agarraron con las manos en la masa me acuerdo. Después nos reíamos, así como echábamos broma también trabajábamos, era un ambiente agradable. Ahora han cambiado muchas cosas, yo como tengo una complicación en la cervical estoy en lista para jubilación especial, por mi condición de salud.”
Casi siempre laboró en la oficina de Coche y ahora está en La Veguita. En el Mercado Municipal de Catia, estuvo como dos años y medio, llegó a ser la Administradora. Fue mucho trabajo y excesivo estrés, ni se quiere acordar. “Es una historia que ni contarla. Cuando tienes tanta responsabilidad es demasiada presión. Fue un aprendizaje para mí, de lo que no sabía y cosas que ya sabía, las puse en práctica. Pude ayudar a otras personas, en un momento de escasez y eso me hace sentir bien. Creo que por eso he durado tanto en esto, siempre me fue bien y tuve muchas oportunidades, he conocido cualquier cantidad de gente y eso es bueno.”
Siempre ha vendido de todo un poco, se iba cargada al trabajo con su mercancía perfumes y relojes, entre otras cosas, además de la comida. “Siempre me encargan la cena navideña, hago las hallacas, el pernil, el asado negro y la ensalada. ¡La gente queda encantada!” Dice que le queda pendiente abrir su propio negocio gastronómico, lo que ya hace, pero formalizarlo. “Emprender, tener un local y si llega a ser un restaurante mejor” me explica.
¿Qué te hace reír? “algo chistoso pues, hay gente que no se ríe ni con los chistes, hay que reír.” Con eso se acuerda que una vez estaba en una cama litera con Ana y Eva viendo televisión. “Yo acostada en la parte de abajo, boca arriba y con las piernas levantadas, de pronto estiro los pies y Ana salió mandada hacia un escaparate que tenía en frente, nos dio mucha risa y con el escandalo llegó Joseíto a regañarnos. Cuando nos iba a pegar me escondía detrás de mis hermanas, y lloraba como si me estaba dando a mí también. Cuando se iba me empezaba a reír, les decía que a mí no me pegaba que yo solo simulaba. Uno de muchacho tiene unas cosas.”
Se describe como esforzada y admite que es mandona. “Soy imperfecta como todos los seres humanos. Soy terca como una mula. Cuando digo algo es porque tengo la certeza de eso. Tampoco voy a inventar lo que no es. Me gusta hacer lo correcto, o lo que más se parece a lo correcto, a veces uno se desvía en el camino y hace las cosas como no son. Lo que sea lo hago bien, para que los demás queden conformes y yo también, eso me satisface. Me esmero, si las hago es para que me salgan bien, para hacerlas mal, mejor no hago nada. Soy muy dura para decir las cosas, soy directa. Sé que uno tiene que buscar la manera de decirlas para que no caiga mal, pero a veces lo suelto y ya. Como dice mi mamá, digo la verdad en la cara y sin que me quede nada por dentro. Le pido a Dios, soy muy impulsiva y mi carácter no es nada fácil, estoy tratando y muchas veces me abstengo, para evitar conflictos.”
Dice que es cuidadosa en sus relaciones. “Escucho y veo, me doy cuenta de cómo es alguien, percibo rápidamente si es sincero. No soy muy confiada, eso previene muchas cosas. Si doy confianza es hasta cierto límite.” Para ella el amor es algo lindo y hay que saberlo dar. A veces dicen que te aman pero no, y otras damos amor a personas que no lo valoran. De sus amigas resalta el cariño por Rosita, Zoraida y Francia. “Ahora admito que realmente no termino de ser feliz, con tantas bromas y tantas trabas. Cuando niña piensas que la felicidad es una cosa, cuando asumes responsabilidades entiendes la vida, hay cosas que uno no puede controlar. Me gustaría mejorar como persona, mis relaciones y mi familia. La cocina me alegra, me entusiasma cuando lo que yo cocino agrada a los demás. A nivel espiritual, Dios es el único que me hace feliz, conoce todo de mí. Estar en paz es no tener ninguna cuenta pendiente, cuesta pero se logra al sentirme bien con Dios, mis hijos, mi mamá y mi familia.”
Yoa, su sobrina me cuenta: “son tantas cosas que he vivido con Osiris y tengo mucho que agradecerle. Si necesitas de ella, con seguridad estará allí, no es persona egoísta, todo lo contrario. Es cariñosa, atenta y colaboradora. Dicen que de chiquita ella era quien me peinaba y me hacía mis moñitos. Siempre me decía: te traje algo rico mi negrita, era pan de guayaba o arequipe. ¡Soy su sobrina consentida y yo la amo con mi vida! Me encanta todos sus postres, hace las marquesas más divinas del mundo y los helados de oreo no se quedan atrás. Siempre ha sido valiente y luchadora. También una de las más tremendas de Úrsula (risas). Para mí ella es una de las mejores tías del mundo.”
Nena se reconoce extraordinaria en la cocina, para relacionarse con los demás y con sus hijos. “Me gusta saludar, dar cariño y ser amistosa. Tomar en cuenta a todo el mundo y no creerse más que otro. Uno tiene que tratar bien desde el más bajito hasta el más pintado. La vida da muchas vueltas, el mundo cambia, hoy puedes estar arriba y después abajo. El nacimiento de mis niños fue extraordinario, ellos son mi orgullo, con sus defectos y virtudes, son mis hijos y los amo mucho. “Recuerdo que Edinson, era muy tremendo y brincón, su abuelo decía que su nieto parecía Spiderman, cuando te dabas cuenta lo tenías encima. Me pegaba unos gritos: ¡Mamá! ¡Mamá! Y yo a veces estresada le decía: ¿Qué quieres muchacho? y me gritaba otra vez: ¡Te amo! Said hace lo mismo, son muy cariñosos conmigo. A veces pasas por cosas duras, pero son experiencia y se aprende. Siento mucho amor por ellos, son los amores de mi vida.”
Said, su hijo de 9 años, todavía duerme con ella. A ambos les da miedo la oscuridad y siempre dejan al menos una luz prendida. Si él se levanta al baño en medio de la noche, se va cantando a todo gañote alguna canción cristiana. Es muy apegado a ella, un catire guapísimo y de alegres ojos ámbar, quien me dice: “Mi mamá es muy cariñosa y muy amable. No es egoísta y ella me cuida. Yo la quiero mucho.”
De niña era tremenda por ser la más pequeña. “Si mi mamá me iba a pegar me le escapaba al piso de arriba, hasta que se le pasara. Me mandaba a hacer la ropa, unas faldas acampanadas bellísimas y me compraba las sandalias Tutti-Frutti. Me acuerdo una vez que me acosté con el uniforme puesto de la fiebre que tenía por ir temprano a la escuela. Yo dormía con Ana y me oriné. Iba a empezar primer grado cuando eso. Mi mamá hacía madre camión de arepa, parecía una cachapa, la rellenaba con queso y huevo, la metía en la bolsa de harina pan y me daba una frescolita, ese era mi desayuno. Me gustaba jugar con los varones trompo, papagayo y rayito, un juego con metras y puyas, el que sacaba las puyas se las ganaba, con eso te comprabas algo en la bodega. Me acuerdo que iba donde el Sr. Reyes y el Sr. Ángel a comprar polvorosas y catalina blanca. Si hacía algo yo misma iba y le decía a mi mamá. Jugábamos con tierra y pantano, quedaba toda sucia, entraba directo a bañarme con mis cholas, que llamaban petroleras” cuenta riendo.
De adolescente, con sus hermanas y vecinas cantaban en el balcón, las canciones de Karina, ponían el casete en un reproductor a todo volumen. “Sé cómo duele comprender, como duele sonreír, gritábamos como locas.” Estudio en el liceo Eduardo Crema de El Paraíso y al salir de clases se iban a pasear y hablar un rato en la Plaza Washington.
Ella es de dormir y levantarse temprano. Se para, riega las plantas, toma café y hace el desayuno. “Doy muchas vueltas y siempre salgo tarde.” Le consulto si se arrepiente de algo y me dice que sí: “cuando dejé la iglesia y no fui más. Dios te da la capacidad de lograr tantas cosas, pero uno se limita mentalmente. Si quieres lo puedes lograr, yo nunca me imaginé estar a cargo de un mercado tan grande como el de Catia, pero Dios me puso ahí y me ayudó. El límite se lo pone uno mismo. He aprendido que si doy mi palabra tengo cumplirla, así me demore lo hago, porque puse mi palabra y no la empeño en vano. Me gusta ayudar a otros si los necesitan, no lo hago para recibir nada a cambio, sino que me sale y si tengo se lo doy.”
Nena es dadivosa, siempre llega con comida a las reuniones familiares, si vas a su casa la fija es que te ofrezca algo para comer. Yo desbordo de alegría cuando la oferta es un chocolate caliente, espesito y en su punto, cuya cumbre se engalana con pedacitos de queso. Señores ese quesito se calienta, lo salado y el dulzor se fusionan en una explosión de sabor que provoca la segunda taza. Sus tortas de vainilla son, en lo que en mi opinión respecta, perfectas. La primera vez que hice hallacas, le consulté su receta y me quedaron deliciosas.
Últimamente las fallas de Internet en Venezuela nos complican la comunicación, pero esta vez hablamos largo y tendido. Yo le indico que de niña me parecía muy fastidioso que me obligara a dormir por la tarde, me responde: “debe ser porque me encanta tomar la siesta después de almorzar, ese es el sueño de la belleza.” Me recuerda cuando me la pasaba cantando La Flor de Zaraza. De inmediato vino a mi mente aquella melodía compuesta por Simón Díaz y entonada por Rummy Olivo (leáse cantando) “Yo soy la Flor de Zaraza, yo soy la que da calor, soy el color de mi raza y del río el temblador. Yo soy el aceite e’ coco revuelto con querosén, que afloja un tornillo loco, si quiere y si no, también” me la aprendí para un concurso escolar. Se la canté otra vez en honor a los viejos tiempos, esos que nos afloran tantos recuerdos. Como que a mí también me gusta mandar, igual amo cocinar y que sea a mi manera, que compartimos el don de hacer tortas deliciosas. Entonces la miro y me reflejo en ella, diestra en la gastronomía, versátil en la productividad, turcas pues, y con un liderazgo potencializado que seguimos aprendiendo a llevar. Es un hibrido de ímpetu y sosiego que no siempre he sabido llevar, hemos tenido nuestros impases, pero ya están superados. La amo, admiro, respeto y la considero mi amiga. ¡Le agradezco por ser extraordinaria y por siempre compartirme de su exquisita comida
Esa es la nena con sus cosas de vida Dios la bendiga
La Nena, cuantos recuerdos de cuando era niña… linda morena traviesa y risueña, siempre debajo del brazo de su mamá ?
La nena como no recordarlas es mi hermana
La nena como no recordarlas si es mi hermana
Siempre es bueno leer sobre alguien que ha luchado para salir adelante. Las historias que publicas son únicas. Gracias
Gracias a ti por leernos constantemente y por el cariño. ¡Abrazo!
Gracias mami Dios te bendiga siempre, te quiero mucho. Yo la más tremenda de 10 hermanos por ser la más pequeña.
Gracias a ti por la inspiración. ¡Un abrazo con amor!