
Por aquí en el hemisferio
sur se nos vino el invierno. En Argentina específicamente inicia el 21 de junio
y se queda hasta el 20 de septiembre. Particularmente amo el frío, aunque nunca
antes había lidiado con uno tan extremo como este, no hay duda que lo prefiero
mil veces antes que al calor.
Leyendo sobre la temporada invernal me topé con que el 20 de
junio se celebra el Yellow Day, según es el día más feliz del año. Fanática
empedernida de la alegría, como soy, me dispuse a investigar las razones para
festejarlo, aunque para ser felices el hecho de estar vivos ya es motivo
suficiente. Resulta que una investigación desarrollada por expertos en
meteorología y psicología, determinó que factores como el arribo del verano, la
elevación de las temperaturas, el aumento de la cantidad de horas/luz por día y
la proximidad de las vacaciones conllevan a que esa jornada transcurra entusiastamente.
Evidentemente es un estudio adherido a las condiciones
estacionarias del hemisferio norte, uno que habita en el sur podría pensar que
justamente supone todo lo contrario, ¿estaríamos en presencia del día más
infeliz del año? Me entero entonces que por allá arriba denominan Blue Monday
al día más triste del año, que sería el 3er miércoles de enero, teniendo en
cuenta el retorno a la rutina luego de las vacaciones navideñas, el frío y las
pocas horas de luz en los días de invierno. Lo que me resulta interesante de
todo esto, es como los seres humanos nos ajustamos anímicamente a condiciones externas:
ambientales y climatológicas. Eso puede ser muy efectivo y al mismo tiempo no
tanto.
Evidentemente nuestro entorno incide mucho en cómo nos
sentimos, pero quien puede determinar realmente su propio SOY, es uno mismo.
Fíjense, con el invierno arribando y la pandemia que ahora mismo aqueja nuestra
salud, economía y sociedad, por aquí al sur deberíamos estar muy tristes, es
normal y está bien. Pero el caso es que independientemente del día o estación
del año siempre
podemos apostar por la felicidad. Hay que deleitarse con cada etapa de la vida,
disfrutarla como a cada estación del año, con lo que nos agrada y lo que no. Cada
faceta tiene sus altibajos, con el enfoque en lo que suma seremos mucho más
alegres y productivos. Tengamos presente que invierno, primavera, verano y
otoño vienen y van, mas nuestras etapas de vida una vez que se termina no
regresan, las tenemos como una única oportunidad por eso hay que vivirlas al
máximo y ser muy felices. ¡Que a eso vinimos!
¡Que te lo digo yo!
así es que te lo digo yo, debemos animarnos todo esto pasará y será solo eso, un recuerdo y cosas para contar a nuestros nietos un abrazo mi Roys
A veces, la estación se lleva por dentro!!