
Yoanelis América es risueña, relajada y cariñosa. Es una hermosa morena, de invariable cabello largo, siempre lo tiene bien arreglado y luciendo tonos castaños. Su delgadez es envidiable ya que tiene muy buen cuerpo para lo mucho que le gusta comer. Se identifica con los tonos lila y rosa. ¿Por qué te nombraron así? “Creo que Yoanelis fue por mi tía Nena quién lo sugirió como una combinación, América por mi tía y mi abuela que se llaman así”. Le gusta su nombre aunque América antes no le gustaba tanto. “En el liceo me echaban broma, me decían América Latina, del Norte o del Sur” cuenta entre risas. Es la hija mayor de Ana y Yovanys. De niña quería ser bailarina y actriz. A sus 26 años asume la vida con tranquilidad, ama a su familia y le gustan las celebraciones. Es amante de la playa y del helado, principalmente de ron con pasas y de parchita. Asegura que la alegría es un estado de ánimo que le gusta asumir diariamente.
Jura que le encanta el café negro aunque a veces lo toma con leche, el hecho es que podría tomar café todo el día. Testifica un gusto culinario sencillo: la pasta con caraota y queso es de sus platos favoritos, además del pasticho y el arroz chino. El viernes es su día preferido “es cómo que sabes que llega el fin de semana y vas a descansar”. Es de oír todo tipo de música y entre los cantantes le gusta Luis Fonsi y Daddy Yankee. “Las baladas, el reguetón, la salsa, las rancheras, el vallenato y hasta las cristianas, me las sé todas. Paso todo el día escuchando música”. Le consulto su gusto para la vestimenta y contesta: “no sé, es normal, un pantalón y una camisa, me gusta la ropa deportiva, también los vestidos. De lunes a miércoles me visto muy básico, más como deportiva y el resto de los días me arregló más, cosas como ponerme unas botas o unas zapatillas”.
Le dan miedo los animales, hasta los perros y los gatos, a las cucarachas les teme demasiado, así que en general los prefiere de lejitos. Cocina por cocinar, pues no le gusta, aunque si se trata de repostería cambia la cosa, hacer tortas, ponquecitos y postres le simpatiza. Le agrada el 10 por ser el día de su cumpleaños. El calor le desespera por eso antepone el frío. De las películas, siempre le ha gustado Titanic y Matilda. Se acuerda que cuando era niña le gustaba ver Vivan los niños por RCTV y de ahora La Casa de Papel. Admite que llora hasta porque le digan “a” pues se define como alguien muy sensible. Lo primero que hace al despertarse es ver cómo está durmiendo Sebas y enseguida a colar café. ¿Alguna rutina para dormir? “Cuando voy a dormir hablo con Daniel, si está dormido ya, reviso un poco el teléfono y a dormir. A veces Sebas se pasa a dormir a con nosotros”. En cuanto al deporte, es seguidora del béisbol y fanática de los Leones del Caracas. “Hago ejercicios, yo tengo una aplicación en mi teléfono para hacer ejercicios que si una hora o media hora y me pongo a hacer de vez en cuando”.
De niña vivió numerosos momentos alegres, en eso recuerda que pasábamos mucho tiempo juntos, se quedaba en la casa con nosotros, pintábamos, jugábamos, hacíamos cualquier cosa, permanentemente nos divertíamos. También cuenta que compartía con su hermano y sus primitos, especialmente con Gabriel a quien cuidaba. Expresa su gran afecto por la familia y las memorias compartidas, en cuanto a sus padres afirma sentir inmensamente amor, respeto y admiración. Recuerda que su papá y su mamá los llevaban a pasear a los parques o a comer en Mc Donalds. Una memoria especial es que iban a la Plaza Maternidad, allí alquilaban unos carritos eléctricos y ella habitualmente escogía uno rosadito de Barbie. “Siempre salíamos a y mi mamá nos decía cómo comer bien con los cubiertos y mi papá respondía que nos dejara comer con las manos si queríamos (risas). Siempre me ha gustado agarrarles las orejas a mis allegados, es una maña que tengo, me agrada que las tengan frías y así se las caliento, de pequeña quise pedirle al niño Jesús una orejita y mi mamá me dijo que eso no se podía, me acuerdo y me da risa”.
Entre tantas cosas compartidas, una vez fue con su papá a Tucupita. “Me encantó cuando me llevó, era como un pueblo y fuimos a una iglesia. Pasamos un 31 de diciembre, estuvimos en casa de mi abuela, había mucha gente, parranda, música y fuegos artificiales. Mi papá siempre estuvo muy pendiente de nosotros, él nunca ha sido de regañarme, ni me dice nada, lo que sí es que no le gusta el desorden y lo que me decía continuamente era que le hiciera caso a mi mamá. Fue quien me enseñó a nadar en una piscina. Es cariñoso, alegre y le gusta compartir con las personas”. Yovanys su papá, recuerda que una vez fue con ella y su hermano a Villa del Río, ganaron una competencia de natación y les dieron un premio a cada uno, pues cada cual ganó en su categoría. Yoa siempre triunfaba en la competencia de niñas y Yoe en la de niños. Lo celebraron con una piña colada aunque ellos no tomaban, ese día les dio permiso. Siempre les compraba arroz chino y a Yoa le encantaba. Casi todos los fines de semana los llevaba a comer pollo frito al KFC de Artigas, también al Mc Donalds o el Arturo´s de El Paraíso y allí se divertían mucho. Siempre ha estado muy pendiente de su amada hija.
De las historias con su mamá, rememora un viaje a Margarita. “Súper lindo todo y me encantó. Fuimos a Playa El Yaque, paseamos, y fuimos al fortín. Fue un viaje muy bonito. A mi mamá la defino como una persona muy responsable, es cariñosa y gruñona, digamos que un 50-50. De ella, bueno ¿qué no he aprendido? Yo siempre he sido rochelera tú sabes, me ha enseñado a tener disciplina, siempre me ha dicho que vaya derechito por la vida, aunque a veces me descarrilo está ahí para mí, diciéndome las cosas como son”. Ana, su madre me comparte sus sentimientos hacia su primogénita: “Yoa nació en la Maternidad Concepción Palacios, a las 7 de la mañana del 10 de junio de 1994. Se llama Yoanelys por mí, por su papá y por su abuela. De niña lloraba mucho por su chupón, nunca le gustó la leche, ni el tetero. Lo que si saboreaba bastante era el arroz chino y los aguacates, ha sido muy comelona. Siempre fue una niña adorable y muy tranquila, ahora es muy rumbera y súper relajada. No se da mala vida por nada. A veces siento que es un poco inexperta para ciertas cosas pero es buena persona y espero que cumpla su propio proceso. Es muy respetuosa, no me contesta nunca cuando le llamo la atención por algo. Es mi hija bella, mi tormento y mi alegría. La amo mucho y lo es todo para mí. Sigue siendo una niña, así la veo. Sigue siendo mi niña amada”.
Yoanelis recuerda que siempre peleaba con su hermano y su mamá los regañaba, entonces se escondían para que no les pegaran. “Siempre íbamos y volvíamos juntos del colegio, nunca regresaba uno sin el otro. Todo el tiempo hemos estado juntos y jugábamos metra, ludo y dominó. A veces mi mamá no me dejaba salir pero si él iba podía ir yo también. Siempre ha estado pendiente de mí y me ha cuidado, a pesar de que no demuestra tanto su cariño somos muy unidos. Por él siento mucho amor y todo el cariño. ¡Lo extraño demasiado! Siempre hablamos por videollamada con él y mi Amelia, quiero conocerla, abrazarla, besarla, bañarla, hacerle cariño, agarrarle las orejitas y todo con mi gordita. ¡Quiero verlos muy pronto!”.
Yoenny su hermano menor, expresa que tienen muchos recuerdos juntos. “Una de las cosas que no olvido es que a mí me gustaba mucho el béisbol y a ella otros juegos, entonces para que jugara béisbol conmigo primero jugábamos lo que a ella le gustaba un buen rato. Después yo le decía ahora nos toca jugar béisbol, ella me pichaba y yo bateaba, me lanzaba como 2 o 3 veces la pelota y ya no quería seguir más, eso siempre me molestaba porque yo quería continuar. Otra cosa que recuerdo es que es amante del dulce y nunca le ha gustado la avena ni el jugo de lechosa, si no le gustaba una comida la escondía y la botaba. También tratábamos de adivinar los comerciales en la televisión, el que más rápido dijera cuál venía a continuación, era de nuestros juegos favoritos. Te puedo decir que estoy feliz de que todos los paseos y viajes que nos hacían los compartí con ella. Me gusta su carácter, lo que piensa lo dice y no se deja llevar por los demás, siempre ha sido de ella misma tomar sus decisiones. La amo y estoy agradecido de que sea mi hermana, no la cambiaría por nada, todo lo que hago es con el motivo de volver a estar, en un tiempo no muy lejano, cerca de ellos y compartir como siempre lo hacíamos”.
Yoanelis América estudió primaria cerca de su casa, en la Escuela Miguel Villavicencio de Artigas. De ese tiempo recuerda que le encantaba desayunarse una empanada y una malta en la cantina y cuando salía comprarse un ponche bien sabroso con leche condensada, de esos que vendían unos señores en la salida de los colegios en Caracas. Se gradúa de bachiller en el Liceo 25 de Julio en Capuchinos. Dice que la mejor profesora que allí tuvo fue Aurora Linares, impartía la asignatura de Castellano y Literatura, quien fue madrina de su promoción. De allí todavía conserva una buena amistad con sus compañeras de estudio Kelly, Oriana y Génesis. Después estudió en el INCE y también inició un curso de inglés. Posteriormente inicia estudios en Contaduría en el Instituto Universitario Alberto Adriani. Siempre ha estado pendiente de instruirse para ser mejor en lo que hace y como persona, tiene pendiente culminar su carrera en contabilidad y apenas pueda la retomará.
Más adelante la maternidad llega a su vida y ha significado un gran compromiso. “Aunque no me lo esperaba es muy bonito, es algo que uno tiene que vivir, tiene sus pro y sus contra pero es lo mejor que te puede pasar. A veces uno puede pensar que tener un niño joven es un error, pero no es un error. Igual la vida continúa, te puedes demorar un poco más para hacer las cosas pero igual tú puedes lograr todo lo que quieres hacer y seguir adelante. ¿Qué no he aprendido yo con este muchacho? Cambió mi vida, mi tiempo y mi forma de pensar. He tenido que ser más responsable, más cariñosa, jugar, cuando estoy estudiando con él recuerdo cosas que yo vi que ni me acordaba. Ahora sé lo que se siente cuando uno le hacía regalos a su mamá el día de las madres, eso me encanta. Siempre estoy con él, si salgo a compartir me lo llevo, voy con él a todos lados. Cuando fui a dar a luz tenía bastante miedo pero gracias a Dios que estuvo conmigo todo salió bien. Me acuerdo que estaba con mi mamá, mi tío papito y mi hermano. Cuando vi a Sebas por primera vez sentí un amor bonito, me puse súper feliz y agradecida con Dios. Sebas es lo más lindo que me pudo pasar y es mi amor para toda la vida”.
Yoanelis conceptualiza al amor como un sentimiento bonito hacia las demás personas, dice que Sebastián es su amor más puro, junto a sus padres y su hermano son sus grandes amores. También manifiesta que el amor se expresa de varias maneras, resalta en su vida el amor que mantiene con Daniel hace ya 4 años y dice que es su bombón negro. “Él es una persona amorosa, atenta, amable, nos ha apoyado en todo momento y nunca nos ha dejado solos. Si nosotros estamos bien él está bien, así es él. Muy serio y a veces un poquito amargadito, aunque siempre se anda riendo, se mete con las personas y las hace reír todo el tiempo. Inventa tantas cosas que me dan risa, siempre ha buscado de sacarme una sonrisa, si yo estoy molesta con él me sale con algo y me hace reír. De verdad que es una persona súper especial. Estoy agradecida con él porque siempre está para nosotros, le doy gracias a Dios por haberlo colocado en nuestro camino y nos quiera de la manera en que lo hace. Sebas y el son súper pegados. Sebastián quiere más a su papá que a mí”.
Daniel me cuenta sobre ella: Bueno, ¿Qué te puedo decir de Yoa que no conozcas? Es un extraordinario ser humano, una excelente madre y esposa. Siempre en la vida somos buenos para unos y malos para otros, eso depende del punto de vista donde se vea, para mí Yoa con sus mil desperfectos es perfecta. En lo personal me enamoré de una mujer atenta, carismática, y echada pa’ lante. Cuando la conocí vivía con su tía Nena y tenía algunos problemas, yo no tenía toda la información sobre el tema, pero con lo poco que sabía veía cómo resolvía su día a día a pesar de todo, la vi digamos que resiliente. Buscó siempre la manera de sacarle lo mejor al problema, y eso es algo que gusta de cualquier persona, esas ganas con la que daba todo por su hijo. Yoa es una persona con un corazón muy noble, tanto así que ha tenido personas que se aprovechan. Pero me gusta que sea así, amo eso de ella. Es muy dramática, según ella sería actriz, muy ocurrente y divertida. Mi día a día con Yoanelys es diferente, a pesar de que siempre haya equis discusión como pasa en toda relación, si me tocara la escogería de nuevo”.
También me comparte recuerdos juntos: “Fíjate, el primer cumpleaños que me tocó pasar con ella fue en el 2016. Ambos cumplimos en junio ella el 10 y yo el 24, bueno desde el cumpleaños de ella empezamos a planear un viaje a Choroni con la familia, los de la idea más que todo eran mi tío y Antonio, un amigo, casi hermano. Bueno resulta que un par de días antes de mi cumpleaños, me sale mi tío con que no debíamos ir y Antonio con que se iba a Puerto La Cruz con su hermano. Quedé como novia de pueblo, vestido y alborotado, triste o molesto no sé. Yoa lo notó, comenzó a decirme cosas para levantarme el ánimos y eso, entonces dije bueno ¿qué más? si es no, es no. Yo trabajaba con Antonio en ese tiempo, manejaba su carro y se lo pedí para ir el día de mi cumpleaños a «La Guaira». Resulta que Yoa comenzó a echarnos cuentos de los viajes que había hecho a Chichiriviche, hasta tal punto que me convenció de ir. El día de mi cumpleaños me levanté bien temprano, los levanté a ella y a Sebas y les dije: ¡nos vamos a Chichiriviche! Primero, pensaba que era mentira, después se fue a buscar a mis hermanos (risas) Me dijo: ¡no los podemos dejar! en fin fue una aventura perfecta. Siempre me acuerdo de eso, creo que mejor no la pude pasar y todo gracias a ella”.
Yoa manifiesta que ama mucho a su familia. “Siempre he tenido mucha afinidad con mi abuela Úrsula, mi tía Nena y mi tío Roberto, siempre están pendientes de mí. Mi tía Eva siempre me escribe que mis tíos se acordaron de mí y de Sebastián. Siempre están conmigo cuando los necesito. Deseo que siempre estén unidos, se respeten, que no haya diferencias y que nunca me falten. Admiro a mi abuela Úrsula porque supo resolver y salir adelante con hijos, aunque fue prácticamente ella sola y en ese tiempo era difícil. También admiro a mi mamá porque es fuerte, valiente, luchadora, va por lo que quiere y siempre se encamina hacia adelante”. Expone que la alegría es tratar tener una sonrisa siempre. “Mi alegría es Sebastián cuando inventa unas cosas, que me asombra y me pregunto ¿De dónde este niño saca tantas cosas? Su risa me encanta y me hace sonreír”.
Se concibe esencialmente como una persona amorosa y cariñosa. “Siempre ando contenta y feliz. Soy honesta, bondadosa, responsable y trato de ser impecable en las cosas que hago. Obro bien y busco la manera de ayudar a las personas, siempre trato de ser buena persona. Soy feliz porque tengo vida, salud, familia, tengo a Dios, sin él no creo que nadie sea feliz. Uno tiene que sonreírle a la vida, dar gracias, perdonar y amar”. Dice que le agrada compartir con su familia, además de comer y dormir que también son cosas que disfruta. Le desagradan las mentiras. Se vincula con la amistad, la honestidad y el amor. La muerte le da temor y no le gusta pensar en eso. Quiere permanecer en la memoria de quienes la aman como una persona alegre, honesta, cariñosa y buena gente. De sus pendientes con la vida sería estudiar más y está tratando de mejorar el cumplimiento de los horarios para ser más puntual. “Siempre he querido ir a Paris y espero ir algún día, algunos días. Quiero también conocer Estados Unidos. Me gustaría viajar por todo el mundo. Hay momentos de mi vida que no es que me arrepienta, aunque quisiera haber hecho las cosas mejor pero lo que ya pasó, pasó y queda como un aprendizaje. Hay que aprender a valorar a las personas que realmente merecen que las valores y uno nunca debe dejar de ser quien es por lo que digan los demás”.
Le decimos mayormente Yoa y cariñosamente la llamamos negra, negrita, mi negra bella o mi negrita hermosa. Es la hija mayor de mi tía Ana a quien he sido sumamente apegada a lo largo de mis días, quererla me es natural y compartimos más que primas como hermanas toda la vida. Me acuerdo cuando era chiquita gordita con sus cabellos alborotados, ahora es delgada, esbelta y siempre carga ese cabello hermoso, largo y suelto. Recuerdo que de pequeña ella y su hermano Yoe, decían con tu papá y con tu mamá, cuando en realidad se referían a su papá y a su mamá. Era muy cómico que decían Micupita en lugar de Tucupita. Los dos son parte de mi vida, mis afectos y estoy muy orgullosa de ellos.
Desde la distancia tratamos de mantener el contacto, nos hablamos y saludamos. No puede ser diferente, es demasiado lo que hemos compartido invariablemente. Una vez me la llevé a Acarigua por unas vacaciones. Nos pusimos a jugar y sin querer partió un cuadro, se sintió tan mal que hizo que su papá la fuese a buscar de inmediato. Me recuerda que fue en ese viaje que se perforó las orejas para usar zarcillos, tuvimos que ir dos veces porque la primera vez le dio miedo pero la animé y en la segunda ocasión sí se atrevió. Quiero que sepa que en mí, siempre encontrará ese aliento a ser valiente. Fuimos a llevar una ropa para la iglesia de Agua Blanca, en esa zona hay muchos sembradíos de caña de azúcar, y recuerda que comimos, me apunta que nunca había comido caña así y que desde esa vez no ha vuelto a comerla. Esos recuerdos para mí son tan dulces como esa sabrosa caña.
Una vez fuimos a un festival de música urbana que hicieron en el estadio olímpico. A ella siempre le ha gustado Daddy Yankee y él era quien cerraba, me recordó que rompió su alcancía y yo le completé la entrada, había olvidado que le compré una franela y una bandana alusivas al evento. Lo que si no olvidó es que yo tenía 18 y ella 10, era muy pequeña aún y no lograba ver bien, así que me la tuve que montar en el cuello durante todo el concierto, al día siguiente me dolía todo el cuerpo pero hoy estoy segura que valió el esfuerzo por esa cara de alegría. Me gusta haber sido para ella algo que yo misma habría querido, una prima mayor amiga y bochinchera que convenciera a mi mamá de dejarme ir a ver a mi artista favorito. Como ese, tenemos infinitos recuerdos felices juntas.
Yoanelis siempre me dice prima o prima bella, se ríe de todo, es tranquila y bromista. Le pregunté cuál fue su primer trabajo y me indica que fue en el banco BOD. De pronto se acuerda de una vez que hicimos encuestas y también cuando salimos a vender tortas. Yo recuerdo con una sonrisa que ambas siempre hemos sido voluntariosas y echadas para adelante cuando se trata de producir. Me hace feliz recordar eso y asumirnos guerreras de la vida. Me acuerdo de nuestras conversaciones, algunas más relajadas y otras más tensas por las complejas situaciones de la vida, pero siempre hemos estado ahí al pendiente. Cuando hacía tortas me pedía el envase donde la batía y se comía lo que quedaba de la mezcla luego de ponerla a hornear. Pasaba mucho tiempo en su casa y echábamos broma, una vez hicimos tremendo desorden jugando carnaval. A veces no la entiendo, supongo que a ella le pasa igual conmigo porque somos muy diferentes pero así es el amor, no necesita explicación. Yo siempre le echó broma que mi tía me quiere más a mí que a ella, porque hemos sido unidas toda la vida, pero la verdad es que seguro fui yo de niña quien celó que llegara esa muchachita a compartirme el amor de mi Anita.
Mi madre, ella y yo compartimos el segundo nombre: América, vocablo de raíz germánica que significa princesa heroica además de referir a este grandioso continente. Yo las veo a ambas muy similares en el habla y en la apacible forma de admitir la vida. Yo, soy muy diferente tal vez por eso en algún momento no hemos tenido la misma opinión en ciertas cosas, pero ella sabe que la amo y siempre deseo que le pase todo lo bueno. Yoa nos ha dado una de las alegrías más bonitas de la vida a la familia y a mí, nuestro amado Sebastián que siempre ha sido un personaje y vino a traernos amor. Yo me quedo con eso de que es una princesa, para mí siempre será un tierno amor en mi vida, esa primita a quien cuidar y enseñar, también regañar y sobre todo a quien querer mucho. Sé que las palabras no alcanzan pero espero que las que aquí plasmo reflejen en gran manera todo el amor que alberga mi alma hacía la suya. ¡Te amo mi negra bella!
Leí está historia con unas pocas interrupciones, pero se me hizo fácil volver al punto donde lo dejé. Es una historia tiene sus toques de amor y relajación como la protagonista. Gracias por regalarnos estas historias tan especiales.
¡Gracias por siempre leernos!
Que lindo ????????????????????
Hermoso. ¡Gracias por leernos!
Jajajaj me encantó. Amo a mi familia. Estoy agradecida de ser parte de ustedes. Sonreír a la vida es lo mejor!!!!
A mi también me encantó tenerte por aquí. ¡A sonreírle a la vida! Abrazos.