Andrea del Valle es jovial, bella y afable. Se declara en evolución constante. “Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora” se lee en su biografía de Instagram. Andrea por su madre, Fabiola, a quien le gustaba muchísimo ese nombre por un personaje muy especial de una serie que veía. Andrea es un denominativo de origen griego, empleado en algunos países para hombres, mientras que en Latinoamérica es más común para mujeres, uno de sus significados es fuerza vital. Elacio, su padre, quiso nombrarla del Valle, siendo un nominal que refiere santidad. Nació en el Hospital Universitario de Los Andes de Mérida, era martes y cree que fue a eso de las 2:30 de la tarde. De niña ansiaba celebrar su cumpleaños en el colegio, pero nunca pudo porque cumple años el 5 de enero y retornaban de vacaciones navideñas después del 6, Día de Reyes. De los números, tiene afinidad con el 5 por su natalicio, el 7 siempre le ha gustado y casualmente Gretel, su hija, cumple el día 27 del mes 7. Cuando estaba en 6to grado, regresaban a clases justamente un 7 de enero y les dijo a todos sus compañeros que cumplía años ese día para festejarlo con ellos. “Yo fingía que creía que cumplía el 7 pero mi mamá me dijo que debía decir la verdad y me disculpé”. Es una mujer capaz y esforzada, tiene 27 años y hace 4 que reside en Buenos Aires.
Le agradan el verde y la fragancia del sándalo. En cuanto a comida, distingue la pizza, el sushi y los patacones, que son su delirio. De las frutas, al kiwi y la banana les dice sí. De los vegetales, al pak choi le dice no. Asegura que tiene buena sazón aunque no le encante cocinar. “Cocino porque hay que hacerlo, entre tantas cosas, el trabajo y la casa, a veces me resulta tedioso, no soy a apasionada de cocinar pero cuando me dispongo me queda muy rica la comida”. El café se hace 100% presente en sus días. “El té también tiene buena vibra y me gusta pero como buena merideña prefiero el café. Me paro, religiosamente hago café y preparo el desayuno. Después, nos arreglamos y empezamos las actividades diarias”. Asegura que su rutina antes de dormir es un poco aburrida pues ya está cansada del trajín del día: “limpiar la casa, dejar todo organizado para el día siguiente. Siempre es acostarme con Gretel y ver algo juntas antes de dormir”. Los domingos le resultan simpáticos. “Es un día de levantarse tarde, compartir en familia y descansar, aunque ahora todo eso, solo está en mi imaginación, creo que algún día lo haré”. Su gusto musical privilegia al rock clásico, el reggae, la electrónica, el indie funk y de vez en cuando escucha salsa y una que otra melodía romántica. Ama el frío y las comedias románticas con un poco de drama.
Sabe nadar aunque no demasiado y su vínculo con el deporte ha sido constante. “No me ahogo, voy hasta lo hondo y me quedo flotando ahí un rato. Siempre he tenido una relación con el deporte, digamos que no me he dedicado 100% a ello, pero me gusta, sobre todo correr. Me encanta hacer crossfit o cualquier entrenamiento de alta intensidad, de esos que te retan a superar tus límites, en realidad es eso para mí, superarme. En Mérida hacía trekking, como estaba cerquita de la montaña. El entrenamiento era subir hasta cierto punto en el menor tiempo posible tratando de no parar demasiado. Es una forma de entrenar, al aire libre, con la montaña que tiene de todo, sus caminos y cuestas te climatizan, encima estás en plena conexión con la naturaleza que para mí es algo fundamental”.
De chiquita decía que sería actriz y cantante. “Ahora canto en el baño y canto todo el tiempo en casa” expresa humorísticamente. Cree que su primer trabajo fue vender muñequitos de fieltro. “Tenía como 10 u 11 años, yo misma los hacía, eran con imanes para pegar en la nevera. Mi mamá insistió en que los vendiéramos, a mí me daba un poco de vergüenza pero me los compraban en las tiendas. Ahora que soy mamá me doy cuenta, es importante generar esa iniciativa de trabajo en los niños desde pequeños, aunque también lo es, priorizar los estudios y enfocar su energía en formarse. Siempre me generaron esa idea de trabajar, lo agradezco muchísimo, creo que gracias a eso tengo la capacidad de ser emprendedora y resolutiva. Como madre trato de enseñarlo pero poniendo más énfasis en el estudio que en el trabajo. Cuando estaba en 4to año tuve mi primer negocio, era vender mondongos para llevar. Con la ayuda de mi mamá, mi abuela y mi hermana se amplió un poco más, los sábados vendíamos pastichos y los domingos mondongo, pusimos mesas y sillas para atender a los clientes. Lo mantuve por mucho tiempo, iba compraba, contraté personal para que me ayudaran con la labor y fue una experiencia para mí. Gracias a eso pude viajar después”.
En plena etapa de descubrimiento personal logra un maravilloso viaje a Europa, se queda grabado así como algo sobresaliente en su experiencia vital. “Trabajaba mucho, tenía mis ahorros, una tía iba a viajar a España y le dije que quería ir con ella. Allá me encontré con una prima, terminé yéndome a Francia con una amiga de ella. ¡Fue una gran experiencia! Era como estar en otro mundo, totalmente diferente a lo que conocía, todo más grande y lleno de cultura. En Francia hicimos un recorrido en auto por el sur que estuvo muy lindo. Estuvimos en diferentes lugares, pueblitos y ciudades muy hermosos. Lo máximo fue estar en la Torre Eiffel. Con ese viaje me di cuenta que no me quería quedar viviendo en El Vigía”.
De su infancia recuerda el preescolar. “Me encantaba, pintaba, dibujaba muchos paisajes, era mi momento favorito estar ahí. En primaria siempre fui buena alumna y estudiaba sola. Cursé de 1ro a 5to grado en una escuela pública, después me cambiaron a una privada donde estudié hasta 5to año. Ahí salí como Bachiller en Ciencias. En la infancia siempre me gustaba salir de vacaciones con la familia. Mi abuelita materna siempre planificaba paseos. Solíamos tener viajes familiares al páramo, San Cristóbal y Valera, íbamos en su carro. En realidad crecí mucho con mi familia materna porque mi papá falleció muy temprano. Me gustaba mucho estar en casa de mi abuela Nelly, siempre fue muy amorosa y consentidora. Se compró una cama gigante para cuando íbamos sus nietos a dormir con ella. También viajamos a Margarita, fui con mi abuela, mi tía Liliana, mi madrina, mis hermanos y mi primo”. Les agradece a todos por los bonitos momentos compartidos y comunica un amor especial por ellos y su madre. “Mi mamá era cariñosa pero a veces nos regañaba. Contar con mi mamá a medida que Gretel fue creciendo ha sido importante, el vínculo que mantienen entre ellas es muy bonito. Valoro mucho que esté aquí, que podamos contar con ella y su compañía ha sido fundamental en este tiempo”.
Fabiola, su madre, relata que Andrea es producto de una reconciliación real entre ella y su papá. Habían pensado divorciarse pero justo en la última fase decidieron echar para atrás todo el proceso y darse una nueva oportunidad. Al salir se fueron de paseo a Mérida, volvieron a convivir como esposos y decidieron encargar a Andrea. Asegura que fue una niña muy bonita, fina, elegante y delgada. Añade que era muy dulce y educada, siempre fue de buen comer pero igual se ha cuidado mucho la figura. En la escuela fue muy aplicada y en bachillerato se destacó por ser muy buena compañera. Para ella, desde entonces ha sido muy capaz y responsable, demostrando gran madurez y compromiso con todo lo que hace.
En su propia voz así la describe: “admirable en ella es que manejó un negocio familiar de venta gastronómica, implicaba preparar todo, tener una logística, buscar personal y atender a la clientela. Fue capaz y lo hizo de manera óptima, yo la llamaba mi pequeña empresaria. Generó ingresos y con su propio esfuerzo pudo viajar a España con su tía, siendo muy joven. Siempre mostró estar muy centrada, para mí ha sido una mujer, hermana y amiga muy solidaria. Es una mamá comprometida totalmente, es como esos videos donde aparecen los animales feroces resguardando a sus crías, así es Andrea, se transforma para proteger a su niña contra viento y marea. Lo ha hecho muy bien, como todas las mamás, no nacimos aprendidas, nos vamos haciendo mamá en el camino y eso significa que algunas veces cometemos errores, pero con el tiempo lo vamos haciendo mejor, siempre desde el amor. Es una hija amable y considerada, con mucho amor ha estado ahí. La observo como una mujer impecable, de progreso, visionaria y siempre busca surgir tanto en lo espiritual como en lo económico. ¡Me encanta como es! Cualquier persona que sea cercana a ella puede darse por muy bien servida porque es ética, sincera y leal. La amo inmensamente y la bendigo, como digo yo, cuenta con mi aprobación para hacerlo no mejor ni peor que cómo lo hice yo, sino diferente, en la forma que ella elija vivir.”
Andrea conserva gratas memorias de su padre y sus allegados. “Adoraba cuando me llevaban de vacaciones a casa de mi familia paterna. Íbamos a donde la tía Elvina y la tía Pepa. Aunque papi no estuviese, estaban sus familiares, los Vielma, somos muchos, somos muy familiares y siempre tuvimos buen recibimiento. De esa forma pude fortalecer el vínculo con la familia de mi papá y algo que me encantaba es que tenía muchos primos de la misma edad. Desde pequeña me gustaba Mérida, estar allá, eso de ser una familia grande y a pesar de todas las diferencias compartir siempre. Siento que de una u otra manera, nos acogieron muchos por ser las hijas de Elacio, sobre todo los hermanos más apegados a él. Si bien no podían reemplazar a mi papá con nosotros, creo que nos representaban en él y eso se sentía bien. Cuando pienso en mi papá, lo recuerdo como una persona alegre, amorosa y muy consentidora. No compartimos tanto, no tengo muchos recuerdos con él porque cuando murió yo tenía aproximadamente 7 años y ya mis padres se habían separado. Cuando le pedía dinero me cantaba la canción no tengo dinero ni nada que dar (risas). Él nos buscaba los fines de semana y nos llevaba a pasear, me gustaba cuando visitábamos la finca de la abuela en Jají”.
Andrea tiene admiración por 3 mujeres cercanas a su corazón. “Admiro a mi hermana Angélica, también la capacidad que tiene mi mamá para lograr las cosas, creo que eso lo heredé de ella y admiro a mi hija Gretel”. Tiene una bonita relación y un cariño especial por sus hermanos. “Considero que en cada fase de mi vida he tenido apego con mis hermanos, con todos en su momento, he mantenido un vínculo especial. Mi hermana Angélica con quien crecí, tenemos un vínculo más fuerte. Cuando me fui a Mérida, compartí mucho con Enrique, principalmente cuando tuvo a los morochos. Con Elacio y Anthony cuando vivimos juntos en Mérida y ahora que estamos acá. Siento que todos son mis amigos, hemos compartido momentos familiares, han sido mi apoyo y yo he sido apoyo para ellos. Atesoro el hecho de haber cultivado con cada uno un vínculo de amor.”
Angélica, su hermana mayor, cuenta que de pequeñas comían caramelos lokiños, sus papelitos se podían estirar y hacían pulseras. Un recuerdo chistoso de su infancia es que una vez compraron una bolsa entera solamente por los papelitos que traían, luego hacían competencia de meterse un puñado de caramelos e intentar masticarlos todos al mismo tiempo. Andrea tuvo una moto chiquita, parecida a la Vespa, cuyo motor no tenía mucha fuerza. Por el negocio de los pastichos iban a hacer las compras al Junior Mall, todo bien de ida, pero de regreso había una subida un tanto empinada, como de 5 cuadras, entonces la moto no subía con ellas 2 más las compras. Así que la más grande, o sea Angélica, tenía que caminar con las bolsas y Andrea seguía en la moto tranquilamente hasta la casa, narra risueñamente.
Resumo lo que me compartió en varios audios colmados de emotividad y afecto: “siempre nos hemos llevado muy bien, somos muy cercanas de edad, así que no ha existido mucha distinción entre quién es la mayor y quién es la menor. Andrea toda la vida ha sido la más madura entre las 2, más responsable y ahorrativa. Es muy buena trabajadora y se esfuerza para estar bien. A ambas nos gusta trabajar, pero ella siempre fue mejor en el manejo de la economía, era la que tenía más churupos guardados (risas). De niña fue muy inexpresiva pero muy sincera en sus sentimientos, no era habitual escucharla decir hermana te amo, pero cuando se acercaba y me lo decía era la sensación más importante de la vida. Sabía que realmente lo sentía. La maternidad la hizo más dulce, tierna y amorosa, empezó a mostrar más sus sentimientos. Es una madre increíble, de hecho es mi ejemplo de maternidad más importante. Siempre ha estado ahí con su hija, la ama y enseña, saca lo mejor de sí para darle a ella. Cualquier decisión que voy a tomar con mi hijo pienso qué haría yo si fuese mi hermana, porque es un buen ejemplo para seguir”.
“Nuestra vivencia más reciente fue hace casi 2 años cuando fui a Argentina, la vi y volví a sentir lo que he sentido toda mi vida por ella, ese amor, esa cercanía, ese cariño tan especial. Nos sentamos en la terraza a tomarnos un café, fue como si nunca hubiesen pasado tantos años de lejanía que teníamos, hemos estado separadas físicamente por mucho tiempo pero siempre estamos conectadas. Es eso, sentarnos a tomar un café y hablar como si nada, como si no viviéramos dos mundos completamente distintos. Para mí fue súper importante. Lo mismo ocurrió cuando nos vimos por primera vez en Argentina, yo tenía mucho tiempo de haberme ido de Venezuela, cuando ellas llegaron estaba bastante nerviosa, no sabía cómo iba a encontrar internamente mis sentimientos con respecto a mi hermana y cómo me iba a recibir mi sobrina. La cosa más increíble que me sucedió fue que cuando las vi, era como si nunca nos hubiésemos separado, como si el tiempo se hubiera detenido. Ahí es cuando te das cuenta que los hermanos son esenciales. El cariño tan especial que Gretel demuestra hacia a mí, me da a entender el amor que mi hermana siente por mí y que siembra en mi sobrina. Diría que ahora nuestra relación es mejor, unidas con más madurez, estamos en una etapa muy similar, nos podemos entender en las cosas que estamos viviendo. Es mi mejor amiga, mi confidente y la primera persona a quien recurro. En el mundo no hay otro ser humano que pueda reemplazar esa confidencia, ese amor y ese respaldo de tener una hermana tan cercana como ella”.
Su hermano menor, Anthony me refiere en breves pero sinceras y amorosas palabras su apreciación de Andrea: “Para mí es una mujer determinada y con metas, es una guerrera. No se da por vencida siempre sale para delante por más difícil que sea la situación. Tiene un gran corazón y me ha brindado apoyo incondicional”.
Elacio, su otro hermano, menor también, nos comparte sobre ella y su sobrina. “Mi hermana es una amiga sincera, una mujer con fortaleza y decisión. Nuestra relación es muy buena, como todos hemos pasado altibajos. Compartir con mi sobrina ha sido muy especial, se ha venido adentrando en nuestras vidas, han pasado 8 años desde que la conocimos y ha creado muchos cambios en nosotros. En mi caso tener una personita así como ella, con tanto cariño, inocencia y amor, hizo que en mí renaciera eso mismo. Yo me he preguntado cómo es posible que pueda quererla tanto, teniendo en cuanta que somos 5 hermanos, pero yo fui el único en mi casa y siempre representaba la figura de ser el niño. En este caso hay una niña, que es la niña de la casa y eso es muy especial. Defino la relación entre nosotros 3 como un árbol de fuerte raíz y digo que cuando la raíz es fuerte no hay sequía que dañe la flora”.
Para evocar la risa de Andrea se hace presente Gretel con sus ocurrencias. El llanto también llega en ocasiones, como toda mujer el ciclo menstrual incide en su sensibilidad y hay días que parecen más explosivos que otros. Algo que le causa tristeza es ver gente en situación de calle, sobre todo los niños y los ancianos. “El otro día estaba un chico tirado en la calle, durmiendo ahí en la salida de una estación del tren. De pronto se levanta y dice: salió el poncho de los pobres y me le quedé viendo y me dijo sí, el sol es el poncho de los pobres. Me llamó la atención eso que dijo y se me quedó grabado. Últimamente he visto mucha necesidad en la calle, cada vez lo veo más frecuente y varias veces en un mismo día”. Le interrogo cómo cree que la perciben otros y cuál sería su rasgo más característico. “Las personas generalmente me definen como emprendedora, luchadora y optimista. Siempre me dicen que tengo mucho ímpetu. Yo tengo una percepción similar, concibo que soy muy seria, honesta responsable, un poco reservada, pero al entrar en confianza soy bastante amistosa. Cuando me determino a hacer algo hago todo lo posible para concretarlo. Soy muy optimista, creo mucho en la evolución constante como ser humano y en la transformación interior del ser. Tengo un deseo constante por superarme, es lo que me lleva a hacer las cosas, a no estancarme”.
Afirma que Gretel desde su nacimiento la ha invitado a ser una mejor persona. “Es mi fuente de inspiración y me motiva a cultivarme para transmitirle todo lo bueno a ella. Fue un embarazo saludable, después de los 6 meses creció un montón y tenía una barriga muy grande. Deseaba tenerla por parto natural, pero cuando me hice la pelvimetría me dijeron que me iba a costar pues ella era grande, así que opté por la cesárea, de la cual me recuperé excelentemente. Al principio del embarazo dormía con la abuela Corina, recuerdo haber llorado mucho y estar muy sensible. Nunca me detuve, seguí yendo a la universidad, dos días antes de que naciera fui a presentar un examen. Tuve a Gretel en un contexto particular al ser tan joven pero creo que eso me fortaleció mucho, en el hecho de no quedarme resumida solo a la maternidad y poder disfrutar la vida con ella. Me determiné a no quedarme encerrada en casa, me dispuse a hacer todo con ella y siempre lo hice. Mi tía Liliana me apoyó mucho durante los últimos meses de embarazo, me acompañó y me ayudó muchísimo después de su nacimiento”.
“Si quieres ser una mejor madre, tienes que pensar en ser una mejor persona primero. Uno puede tener sus momentos de debilidad pero hay que organizarse y proyectar sus metas, si tienes un hijo hay que asumirlo con amor no como una obligación. Es un ser que está aprendiendo de ti, sigue tus pasos, ellos son lo que uno es. Yo quiero que mi hija sea una mejor persona, que sea enfocada, logre sus metas y para eso tengo que ser una mejor persona yo. Pase lo que pase, voy a hacer lo mejor posible para estar siempre con ella. Hoy en día que soy mamá, entiendo que si tu madre está presente, es algo que no se va a romper nunca en tu vida y Gretel es lo más extraordinario de mi vida”.
Gretel su linda y tierna hijita expresa: “mi mami es hermosa, amorosa y trabajadora. Trabaja con su bici, la amo mucho, veo que a medida que uno va creciendo todo va cambiando porque antes jugábamos pero ahora vemos series juntas. Cuando vivíamos en Venezuela todas las mañanas comíamos arepa con quesito, huevo y jamón. Recuerdo que ella me tomaba fotos siempre, un día cuando yo picaba el perejil o el apio y se me ponían los ojos rojos como de llorar me tomó unas fotos que están en su Facebook, eso es de cuando vivíamos en la casita al lado de la abuelita Corina. Casi siempre me llevaba a la montaña, escalábamos pero no acampábamos aunque yo quería. Esos son los mejores recuerdos. La amo mucho y ella es la única mejor mamá del mundo”.
Uno de los cambios importantes en la historia de Andrea fue mudarse a Argentina en el 2016. “El hecho de hacerlo lo tomo como una etapa de crecimiento en mi vida y si bien no ha sido fácil, me siento profundamente agradecida con todo y me ha ido muy bien. Extraño mi ciudad natal pero estoy contenta con todo lo que he podido cultivar acá. Uno de mis sueños es volver a Mérida, estar con la familia, ir al páramo, tomar chocolatito caliente ¡ay que rico! y conectarme con las viejas amistades. A veces trato de no pensarlo mucho pues se genera un sentimiento de vacío y añoranza, me he enfocado en ser agradecida con todo lo que tengo aquí para seguir adelante y poder avanzar. De acá me encantan los parques, compartir los fines de semana con la familia, me gusta que se toman muy en serio el hecho de disfrutar los momentos importantes, estar en familia y compartir con los amigos. Disfruto salir al parque, acostarse en una plaza y me gustan mucho las empanadas argentinas.”
Acota que su mayor deleite es vivir. “Vivir y ser agradecido creo que es lo fundamental para ser feliz en realidad, poder compartir y ayudar a otras personas, eso es muy significativo”. Le desagradan las mentiras y el desorden. La honestidad, la responsabilidad y el compromiso son valores que aprecia. Considera que su espíritu de búsqueda es su mayor virtud. “Creo que todo parte de uno, es muy importante cultivarse, la espiritualidad, el ser, no quedarme dependiendo de lo exterior y buscar dentro de mí mismo dónde puedo mejorar, dónde puedo ser yo el cambio que se vea reflejado en el exterior. Eso me lleva a expandir mi vida ayudando a otras personas. Todo lo externo es un reflejo de lo que uno es por dentro, es no quedarse en lo ordinario sino ir por lo extraordinario. En la medida en que soy más agradecido más cosas puedo mejorar, cuando se nos presentan inconvenientes con otras personas tenemos la oportunidad de ver como eso nos ayuda a mejorar algo en nosotros mismos”. Intenta superar sus desaciertos para progresar. “Hay algo con lo que lucho siempre y es tratar de ser un poco más constante con las cosas que me propongo, como que me cuesta crear hábitos, trabajo en eso, buenos hábitos quiero decir porque los malos se crean facilísimo, pero deseo alcanzar buenos hábitos no solo para mí, sino para Gretel también”.
“Siempre pienso que la primera lucha que tenemos en realidad es con uno mismo y el propósito está en no dejarse vencer, es así que uno logra concretar victorias. A través del cambio que uno pueda tener puede alentar a otras personas, eso es un aliento para mí en momentos complejos. No se debe confrontar desde la ira, hay que actuar desde un estado positivo para generar cambios en uno, que se puedan traducir en la otra persona. De lo contrario, en vez de sumar estás restando. Cuando algo me está haciendo sufrir, yo soy quien tengo que cambiarlo, no te puedes quedar esperando que cambie el otro, porque puede que no pase y te frustras.” Le pregunto algún arrepentimiento o pendiente con la vida, contesta: “tal vez no haberme enfocado más en los estudios, cuando estaba en la universidad, comencé a estudiar Artes Visuales pero no tenía mucha conexión y me fui desvinculando, luego vino el embarazo. No lo retomé pero estoy a tiempo todavía, he pensado en comenzar una nueva carrera. Tengo pendiente desarrollarme profesionalmente, en algún momento, en nutrición. Uno no se da cuenta pero tortura al cuerpo con las cosas que come, la gente anda por la vida llena de gases, con mal humor, sin darse cuenta que al no alimentarse bien gasta más dinero y se hace daño. Creo que si entendiéramos eso viviéramos más saludables, con menos enfermedades y es algo en lo que me gustaría trabajar.”
Se asume feliz. “Tengo vida, salud, me considero una persona afortunada, con muchas capacidades de proyección y para salir adelante. Cuento con mi familia, siempre están para apoyarme y eso es muy importante. Tienes que tener la capacidad de cultivarte como ser humano, no perder el rumbo, no olvidarte de quien eres, como persona. Más allá de ser mamá, pareja, hija o lo que sea, eres un ser humano, tienes que cultivarte, hacer lo que te gusta, proyectarte, si te olvidas de ti caes en frustración.” Se siente afortunada de contar con la compañía cotidiana de un compañero y amigo que las ama a ella y a Gretel, pues es gratificante y maravilloso tener la oportunidad de dar y recibir amor. Su definición personal del amor: “respetar al otro, dignificar la vida de uno en principio y valorar la dignidad de las demás personas. Es ayudar, compartir, querer y cuidar. El amor es esencial en la vida, sin él es difícil llevar un ambiente en armonía. Pienso que si sintiéramos más amor hacia las cosas, hacia la misma vida, todo sería un poco más fácil”. Cuando ya no esté quiere que se hable sobre ella como una persona siempre alegre, llena de energía, fortaleza, coraje y amor compasivo.
Andrea es hija de mi tío Elacio, hermano menor de mi querida abuela Isabel. Mi padre trabajó un tiempo con él, su tío, cuando yo era muy niña, de hecho vivimos un año en El Vigia. En ese entonces compartimos mucho, mi hermanita Rosmery, ella y sus hermanos Enrique y Angélica. Andrea era muy pequeña para recordarlo, pero yo si rememoro con claridad que su papá, todos los fines de semana, nos rentaba películas en VHS o Betamax y las veíamos juntos. Las películas tenían que ser rebobinadas para verlas nuevamente y mi tío tenía un carrito rojo y muy llamativo para hacerlo. Me acuerdo que nos gustaba usarlo como si fuese un juguete y que vimos juntos películas como La Dama y el Vagabundo y Bernardo y Bianca. Recuerdo que era muy linda al igual que Angélica, siempre me resultaron muy cercanas por la relación de nuestros padres. Además, en cierto modo, ellas me recuerdan a Rosme y a mí, ese lazo de amor ineludible entre dos niñas que crecen juntas siendo hermanas y entrañables amigas. Amé una fotografía donde aparecían juntas y vestidas de navidad, era muy hermosa y siempre me simpatizó verla cuando visitaba la casa de la abuelita Corina.
En el tiempo que viví en Mérida coincidimos frecuentemente en encuentros familiares, luego cuando residida en Caracas, también nos veíamos en vacaciones por los paseos de los Vielma. Esas salidas en familia a las fincas en Jají, piscina, un buen hervido, parilla y bastante café, con nosotros nunca falta, fueron inolvidables. Fuimos cómplices en muchas ocasiones organizando los cumpleaños de Mamá Corina o alguna comida navideña. Siempre ha sido amistosa, relajada y muy dada. Como buenas primas compartimos salidas, ropa y maquillaje. En una ocasión nos visitó en Caracas, nos llevó a Rosme y a mí un detallito especial. Eran unos collarcitos muy lindos cuyo dije era un envase de cristal que contenía diferentes elementos comestibles, había uno con donuts pero yo elegí el que contenía café. No sé si sabe, pero todavía lo conservo conmigo, la próxima vez que nos veamos me lo pondré para que pueda certificarlo.
Un día bendito, llegó la princesita Gretel y nos trajo tanto regocijo como unión, profeso que esa niña tan tierna y maravillosa es una alianza de amor indisoluble entre nosotras. La veo tan tierna, tiene tanto de su mamita y me enorgullece el rol maternal de Andrea, siempre allí para su nena, luchando y saliendo adelante por ella. En mi opinión, la ha enseñado excelentemente, es feliz, una niña en toda su expresión, transmite toda la dulzura que le ha heredado, así como los valores que se empeña en reforzarle. Para mí, son dos muñecas preciosas y luminosas, me hace muy feliz coincidir con ellas tantas veces como ahora, en este espacio, nos da la oportunidad de compartir y querernos más. Verlas me evoca lo bonito de nuestro terruño y llena mis días de dicha. En Andrea encuentro una amiga, cariño, fortaleza y compromiso. Le agradezco lo que es y lo que me da, también esas conversaciones profundas, llenas de buena energía y simpatía. Me agrada infinitamente reseñarla por acá y así visibilizar que es grandiosa. ¡Te quiero con profundo amor del corazón Andrea! ¡Gracias por estar aquí y ahora!
Muy bueno conocer facetas de la prima Andrea. Gracias Roys por los detalles
Gracias por siempre pasar por aquí a leerme. Y sin duda todos tenemos diferentes facetas que vale la pena conocer. ¡Abrazo!
Querida prima Roys. El relato retrata textualmente la esencia de lo que es mi amada hermana. Me causó mucha curiosidad ver como todos los que aportamos nuestra visión de ella conversemos en los mismos puntos de su personalidad.
Ahora recuerdo con exactitud el carrito rojo de mi papi con el que se rebobinaban los VHS jajajaja, lo había olvidado, gracias por revivirme esos lindos momentos.
Muy lindo escrito, muy buena redacción.
Gracias por esto.
Abrazos y cariños.
Gracias a ti por el cariño y por tu aporte para construir su historia. Sin duda es muy valioso y sí, efectivamente lo que piensen los demás también cuenta mucho de nosotros y me encanta que todos coincidan en ese amor tan bonito. El recuerdo del carrito rojo es tan hermoso, como tantos otros de nuestra niñez, para mí son un tesoro. ¡Más abrazos y cariños para ti, preciosa!
Aunque conoces a los protagonistas, lees historias que te sorprenden y que entiendes su forma de ser. Gracias por regalarnos estos relatos.