Juan Carlos fue así nombrado en honor a sus dos tíos paternos y le hereda ese nominativo a su único hijo varón. Llanero, de Portuguesa, nacido en el J. M. Casal Ramos, hospital de Araure el 25 de marzo del 1971. Su padre Gonzalo Agüero, ya falleció y su madre Nancy Rojas, conocida popularmente como la Negra Rojas, es el menor de sus 3 hijos. El humor es constante en sus expresiones pero admite que sus chistes pueden ser malos. Lo mismo que bromea con sus hijas en plena calle, sin pena alguna, lo hace con los vendedores de cualquier tienda. Esposo amoroso y padre consentidor, así es definido por su entorno cercano. En sus palabras Juan Carlos Agüero es una persona jovial y responsable, toda la vida se ha caracterizado por ser comprometido con todo lo que hace. Afirma que siempre está echando broma y rara vez la gente lo ha visto bravo aunque tiene sus momentos. Su apodo familiar de infancia era miguita e´leche. Sus favoritos: en los colores, el azul y en la gastronomía el pabellón. Le gusta tener zapatos deportivos nuevos. Sueña con dejar un legado a sus hijos y reunificar a su familia.
Conmemora su infancia. “Según recuerdo mis padres se amaban mucho, en parte de mi niñez fui testigo de eso. Luego, por algunas decisiones erradas, se separaron y me dolió mucho pero seguimos adelante con mamá poniéndole el pecho a la vida y dando lo mejor que podía. Soy el menor de tres hermanos, Gonzalo y Robert, a pesar de las circunstancias, crecimos muy unidos, los respeto y amo mucho. Años después nació una hermanita, Julietta, fruto de la unión de mamá con Julio Rivero, a quien llamamos Yuyo, un hombre que nos terminó de criar, formándonos con valores familiares y con quien estoy muy agradecido, nos ve como sus hijos e incluso a nuestros hijos los consiente de una manera muy especial. Mi madre es una mujer luchadora, sincera, hermosa y muy echadora de broma, tal vez por ahí viene eso de mis chistes malos (risas). A muy temprana edad y sin motivo alguno como tal, quise vivir con mi abuela, creo que fue porque allá estaba más cerca de mis primos, además mi abuela Estela me trataba muy bien. Un tiempo después viví en casa de mi tía Marlene y mi tío Arnoldo, esa parte de mi vida la recuerdo con mucho cariño, mi tía es muy especial conmigo y de mi tío tomé esa firmeza y responsabilidad para el trabajo, la verdad fueron un gran ejemplo”.
Argumenta que su niñez fue muy bonita y llena de familiaridad. “Éramos muchos primos y nos la pasábamos jugando. Íbamos mucho a la playa y a los ríos. Alquilábamos una casa, 30 o 40 personas y ahí nos quedábamos todos. Generalmente salíamos a la calle, yo vivía en la calle 4 de Araure y todas las tardes jugábamos futbolito, los tíos se integraban y eran los árbitros. Siempre íbamos a jugar basquetbol en las canchas de la urbanización Pedro Rodas. Cuando llegaba diciembre salir a patinar en la plaza era una tradición. La comida siempre fue la caraota con arroz y suero. También la arepita con mantequilla y leche, trituras la arepa y le pones mantequilla, después que está trituradita, le agregas un poquito de queso y luego leche tibia y uno se come eso, es una ricura. Me encantaba, de hecho en mi familia me decían miguita e´ leche por eso”.
Se forma académicamente en varias intituciones, en el Palacio Fajardo, desde el preescolar hasta 5t0 grado y en Nuestra Señora del Pilar cursa 6to grado. Estudia todo el bachillerato en el liceo Hilarión López. Después se gradúa en Administración de Empresas en el Tecnológico Eustacio Guevara y finalmente en la UNELLEZ se licencia en la carrera de Derecho. En cuanto al ejercicio laboral, acota que ha trabajado desde muy corta edad. “Mi primer trabajo formal fue en una carpintería mientras cursaba bachillerato, eso lo hacía en los tiempos libres entre semana, todo el sábado y a veces los domingos. Con lo que obtenía le daba 100 Bs. a mi abuela para la comida, 100 a mi mamá, 100 a mi papá, y ahorraba como 150, los otros cincuenta era para el cine y chucherías. Luego trabajé en una distribuidora de cemento donde comencé como cajero y terminé siendo el administrador. Después en Coposa como obrero durante dos años y algo. En ese trabajo gané muy buen dinero, pude comprar un terreno y construir la casa que hoy día, es de mis hijas de mi primer matrimonio.
“Al salir de Coposa trabajé en Brahma durante un año como vendedor de Araure allí logré levantar las ventas de la zona de tal manera que me dieron varios premios. Cuando cerró la distribuidora, inicié en arroz Cristal, comencé como ayudante de archivos hasta ascender a vendedor de una zona muy amplia de Venezuela que abarcaba desde Araure, pasando por parte de Lara, Yaracuy y Falcón. En esa época fue mi Tío Arnoldo quien me instruyó en todo lo que sé acerca de ventas, él era el gerente de ventas de la empresa, es la persona más hábil que he conocido en este arte. En mis últimos tres meses en Arroz Cristal, pues había presentado mi renuncia, una persona me presentó al dueño de Arroz Santoni y me propuso abrir la zona capital, entonces accedí y comencé también a trabajar en Caracas. Era agotador pero fue todo un reto que me entusiasmaba, después era muy forzado, salí de Arroz Cristal y al poco tiempo fui nombrado Gerente Nacional de Ventas de la firma Santoni, cargo que ejercí durante 12 años. En ese período vi crecer una empresa pequeña hasta convertirse en la tercera industria arrocera del país, y creo que fue gracias a la audacia y ejemplar constancia de Antonino Russo y también a un pequeño y significativo aporte de mi persona. Además de la responsabilidad de cuidar las ventas de la empresa a nivel nacional, mi esposa y yo teníamos un vivero y una finquita reproductora de plantas ornamentales que requería la atención de ambos. Con el tiempo cerramos el vivero, me fui a Caracas con Yuli y nos establecimos con una compañía de transporte llamada Transrapid, a la vez que continuaba al frente de Santoni, pero era agotador y decidí presentar mi renuncia y seguir solo con el transporte, me costó mucho, de verdad, me sentía muy identificado con esa empresa”.
Es de familia numerosa, tanto por ascendencia como por descendencia. “Me casé a temprana edad, 21 años, con María José Oviedo, de ese matrimonio tuve tres hermosas hijas, Gabriela José, Carla Estefanía y María Fernanda. En mi segundo matrimonio, con Maryuri Castillo, conocida por todos como Yuli, tuve dos bendiciones que ya ella tenía: Almary y Yonathan, hijos a los que quiero muchísimo, y así nacieron de nuestra unión: Carlymar Andrea y Juan Carlos Jr.”. Afirma que ser padre es de las tareas más importantes en su vida y sus hijos son sus grandes afectos. Su primera hija Gabriela llega cuando tenía 23 años. “Ella nació en el Seguro Social de Acarigua, cuando la vi fue una emoción muy grande, una sensación muy bella, de hecho no lograba distinguirla bien por las lágrimas de emoción”.
Nos detalla a cada uno de sus hijos. “Gabriela siempre ha sido muy independiente, autosuficiente y muy inteligente, de hecho se graduó con honores y me sentí muy orgulloso. Carla es más sentimental, al ser la segunda fue más toñeca, cuando era pequeña le daba pena todo y lloraba mucho, eso me ha hecho verla siempre como quien necesita más protección, la percibo como una persona muy jovial. Carlymar es la única hija que fue planificada realmente, ella es la luz de mis ojos, todos lo saben, es fruto de un amor muy intenso, nació en un momento familiar complicado y cuando la vi me dio mucha ternura, para mí es una niña muy especial, inteligente y bonita. María Fernanda es una niña como tímida aunque últimamente no lo ha estado tanto, es muy amorosa, me produce sensaciones encontradas, porque no estoy con ella, no he vivido con ella, me produce nostalgia y melancolía, a veces me entristece no poder estar en sus momentos importantes. Juan Carlitos es lo más especial que me ha mandado Dios, cuando nació y me dijeron que tenía Síndrome de Down fue fuerte al principio pero es un niño muy inteligente, en el colegio se ganó dos honores, al igual que Carly, él vino muy especial y ha llenado mucho mi vida, nuestras vidas. Almary y Jonathan los adopté como mis hijos, yo estoy pendiente de ellos aunque no lo son biológicamente. Almary es una niña con mucha capacidad y siento que puede alcanzar todo lo que se proponga, la quiero mucho. Yonathan ha sido el más tremendo de los hijos, en cuanto a conducta (risas), pero quizá es el corazón más noble que tenemos en la familia y por eso lo quiero tanto, por su corazón bondadoso y desinteresado. Todos se aceptan como hermanos, han compartido mucho, no existen barreras entre ellos y me parece muy bien que se quieran y se valoren así. Mis hijos son mi vida, todo lo que hago se basa en ellos, son mi norte, quiero terminar mis días siendo un ejemplo para ellos, que de esa forma sean ellos un ejemplo para sus propias familias. Creo que el mejor legado de una persona es dejar una huella en sus hijos”.
Afirma que su relación con su esposa Yuli es fundamental en su vida, marcó un antes y un después. “Tenía una forma muy diferente de ver la vida a como la veo ahora. Aunque era muy familiar, era de salir, hacer fiestas, y en general cosas que a veces eran muy superficiales. Hoy en día lo recuerdo como una buena etapa en mi vida pero no tenía el norte de darle el valor a las cosas. Todo cambió, mi manera ver la vida, trazarme metas y tener arraigo para llevar a mis hijos. Uno de los ejemplos más grandes que tuve al conocerla, fue la señora Isabel, creo que al ver como ellas llevaban y se planteaban la vida, cambió mi visión. Una de las personas más extraordinarias que yo he conocido es Jetzabe Vielma, su recuerdo siempre está en mi corazón, por cómo era, como tomó su familia y como le importaba. A veces pienso que me gustaría ser como ella, tenía una identidad definida, yo quiero que mis hijos se expresen de mí como sus hijos se expresan de ella”.
“Yuli ha cambiado toda mi vida hasta el día de hoy, en mi futuro la veo a mi lado. Con ella he pasado los mejores momentos de mi vida, cuando estudiábamos juntos fue espectacular, desde entonces hasta ahora ha sido un apoyo increíble. El mayor cambio que he tenido es habernos mudado a los Estados Unidos, yo creo que Dios me hizo a conocer a Yuli quizá para prepararme para este cambio. Si no hubiese llegado aquí con ella y todos los aprendizajes que vivimos sería complicado, se me ha hecho muy fácil la vida a su lado. He tenido que trabajar mucho, pero nos ha ido bien, estamos enfocados en seguir adelante. Lo que más procuro en la vida es hacer feliz a mi esposa e inspirar a mis hijos para que ellos puedan seguir adelante en la vida con una moral en alto. Este es un país de mucho progreso, la gente trabaja mucho y puede vivir bien, hay una cosa que me impresiona y es que en la mayoría de las personas las buenas costumbres están muy arraigadas. Son cosas que parecen una tontería pero es muy importante, dejan un paquete en tu puerta o algo se te queda en un lugar y nadie lo agarra, siempre habrá casos en los que suceda, pero en general hay muy buenas costumbre y eso hace que las cosas vayan bien. Aquí también es muy importante la educación de los niños, es prioritaria y completa, educar a los niños aquí es uno de los mejores regalos que se les puede hacer. Es un gran país de verdad que sí, al principio me pegó mucho el cambió, no quería pero me vi obligado, pero encontrarme con estas formas y buenas costumbres, te hace entender que es la clase de vida que debe tener cualquier ser humano”.
Yuli, su amada esposa, cuenta que se conocieron cuando estudiaban Derecho en la universidad. “Fue una etapa muy linda, comenzamos a tratarnos, fuimos conociéndonos y la relación se fue profundizando. Para mí era un hombre muy alegre, le gustaba mucho echar chistes, cantar e inventar cosas, a la vez lo veía como muy tierno de corazón y muy emprendedor en su trabajo. Los más bellos recuerdos de él los tengo cuando nos escapábamos a la playa, nos divertíamos mucho. Con él he ido a todas partes, viajábamos mucho los dos solos, a Margarita, Mérida y otros lugares. Siempre tratando de animarme, si me ve triste me dice para salir o prepararme una comida. Él no sabe de depresión sino de hacer sus cosas con responsabilidad, ánimo, humor y eso ha llenado profundamente mi alma. Hay una anécdota que la tengo muy grabada, fue una vez que veníamos de la universidad y estaba lloviendo mucho, eran como las 8 de la noche y en el camino me dijo vamos a mojarnos en la lluvia, estacionamos el carro y nos bañamos bajo la lluvia, bajo los chorros que caían de esos canelones y brincando en los charcos, eso quedó muy grabado en mi corazón, con Juan estaba viviendo cosas que jamás había vivido. En mi primer matrimonio era muy joven y fue un proceso duro, así que el hecho de conocerlo marcó una etapa muy emocionante de mi vida. Con el transcurso de los años, a pesar de los problemas y de las desavenencias que hemos podido tener Juan Carlos ha estado siempre allí, es un hombre luchador, enérgico y responsable”.
“Pienso que estos 16 años que hemos estado juntos, aunque he pasado cosas fuertes como mujer, creo que el amor que el siente por mí y el amor que yo siento por él cubre cualquier cosa. Desde que comenzamos siempre supe que el sería la persona con quien yo iba envejecer, tenía esa seguridad en mi corazón. Hoy en día mi relación con él es una de las cosas más hermosas que me ha pasado, yo me veo viejita con él, cuando el Señor quiera que él o yo partamos, vamos a estar allí el uno para el otro. Llevamos una relación muy buena, tenemos buena comunicación, hay mucha comprensión, amor de por medio, esas ganas de luchar de parte de los 2. Hay relaciones en que uno quiere avanzar y el otro no, son esos desacuerdos que te arropan, eso no existe entre nosotros. Todo lo que quiero emprender, siempre está ahí para apoyarme aunque le dan mucho miedo los cambios. Tal vez para arrancar soy más osada yo pero somos un conjunto, cuando él ve que yo me monto en el barco pues rema conmigo, muchas veces siento que se pone a remar solo para que yo vaya paseándome en ese bote. Aunque al principio tiene temor pero es él quien con sus manos hace que ese proyecto se pueda realizar. Es un hombre grandioso como padre, me hubiese encantado tener un papá como él. Como esposo es lo más maravilloso que pude tener, es todo lo que yo pensé de niña que era un matrimonio y cómo me iba a llevar con mi pareja. Una mujer siempre imagina esas cosas, de pequeña sueña con su esposo, sus hijos y lo que va a trabajar, todas esas ilusiones que tenía de niña, hoy se ven plasmadas en lo que somos. Dios me dio la oportunidad de tener ese sueño y se cumple con Juan. Siempre ha estado pendiente de mí, de mis hijos, de nuestros hijos y eso para mí no tiene precio. Estoy muy agradecida con Dios por haberme permitido ser su esposa”.
Gabriela es su primera hija, testifica que su papá es el mejor, pero supone que la mayoría de los hijos piensan lo mismo, sin embargo está segura que no hay muchos hombres como su padre. “Mi papá es atento, amoroso, dedicado, inteligente, se queja de todos menos de lo que importa y cada una de estas cosas las voy a explicar. En el tiempo que Yuli no estuvo, casi todos los días hacía el almuerzo, cuando Yuli estaba, si la veía cansada o enferma decidía cocinar y consentirla, es un buen esposo y buen papá. Recuerdo que a veces mi mamá le cocinaba, cuando vivía con nosotras, y la comida no le quedaba muy buena la verdad, pero mi papá le decía «está muy rico mi amor pero no quiero más». Mi papá cuando le paso por un lado me abraza o me besa y me dice que me ama, aún ahora separados siempre me recuerda que me ama, si necesito cualquier cosa intenta dármela aún con lo vieja que estoy (risas). Es súper protector aunque diga que no. Cuando yo era niña, él trabajaba viajando mucho y cuando sabía que venía en camino, me quedaba despierta hasta que llegara, a veces cansado me explicaba matemáticas o inglés, o se metía al cuarto en las noches antes de ir a dormir y oraba con nosotras (Carlita), e incluso, en las noches de tormenta, lluvia y truenos, nos buscaba a ambas y nos pasaba a dormir con ellos. Nunca le he tenido miedo a los truenos, creo que Carla tampoco, no era necesario pero él lo hacía para que nos sintiéramos protegidas y eso es hermoso”.
“Siempre tiene quejas, sobre el orden de la casa, sobre algún objeto que él dejo en un sitio y no encuentra, sobre que está cansado y que le duelen las piernas. Todas las noches desde que tengo uso de razón hay que hacerle masajes (risas) y a mí me encanta. Pero no se quejó para nada cuando estuvo enfermo, no dijo nada, ni una palabra, cuando se siente mal, de eso no hay quejas. Es detallista y le gusta consentir, es una hermosa persona, justo, con valores morales altísimos, es duro cuando tiene que serlo y lo admiro muchísimo, me ha apoyado en cada paso que he dado, me ha acompañado desde siempre. Me ha amado incondicionalmente, me ha cuidado y protegido. Por cierto que también es un payaso sin remedio, recuerdo que cuando uno estaba chamo y andaba en la calle con él, te agarraba de la mano y caminaba todo torcido y que para que uno pasara pena. Cuenta unos chistes malísimos pero, dan demasiada risa porque él es muy jovial. Le mama gallo a la gente que lo atiende en las tiendas de verdad que uno anda asustado de qué va inventar. Armaban tanganas en carnaval en la urbanización, de verdad que Yuli y él son tal para cual. No existe para mí un hombre más valioso que mi papá y aunque hoy la distancia nos separa, lo siento muy cerca cuando me llama y me asegura que estaremos juntos de nuevo. Es un hombre de valor, temeroso de Dios, un esposo con virtudes y defectos pero que ama profundamente a su familia y lo demuestra cada día. Eso y más es lo que pienso y siento por mi papá”.
Carla, su segunda hija, señala que su papá le dio muchos hermanos y les enseñó que la familia es lo primero. “Puedo llamarlo cuándo me encuentro en cualquier apuro, además de ser mi padre representa a un amigo con quien puedo contar. Desde pequeña siempre lo vi con mucho respeto y me encantaba la forma en que nos hacía tan felices, es el mejor cocinero y el hombre más consentidor. Típico los domingos eran de sopa y como él sabía que no me gusta, buscaba otra cosa para cocinarme a mí, quizás suene simple pero eso me llenaba muchísimo, siempre sabe cómo ser especial. Le gusta enseñar, es muy bueno en eso y recuerdo que siempre tiene algo que decir. Es muy inteligente y lo admiro mucho. Lo que más me gustaba de nuestra niñez eran los viajes improvisados a la playa con Yuli, nuestros momentos en familia eran especiales y me hacían muy feliz. Él siempre se encargó de darnos una buena infancia a pesar de todo y eso es lo que guardo en mis recuerdos y en mi corazón. Cantando «la rana que estaba sentada debajo del agua» o entonando a todo pulmón todas las canciones de Jose Gregorio Oquendo, son tiempos a los que quiero volver, lo digo con ojos llorosos porque me conmueve recordar lo felices que fuimos. Llevo muchos años que no siento su calor de padre, agradezco que existen las redes para sentirnos más cerca pero cuanto falta hace el contacto físico. Ahora que seré madre y el tendrá su primer nieto pido a Dios pueda conocerlo y formar parte de su vida, que sienta su calor y que le cante con su hermosa voz. Lo extraño mucho y espero pronto poder abrazarlo. Él sabe que lo amo y que ha logrado llenar mi vida de su amor y su compromiso de padre. ¡Gracias por tu rol papá!”.
Carlymar, su tercera hija, afirma que su padre es una persona simplemente extraordinaria. “A veces pienso que no me lo merezco, es muy buen padre, buen hermano, buen amigo y una persona con un buen corazón. Siempre me dio buenas enseñanzas y espero que me siga dando más a lo largo de mi vida. Cuando digo que quiero algo o que no quiero hacer una cosa, me he dado cuenta que siempre intenta cumplírmelo disimuladamente. Él es ese tipo de persona que lo da todo y espera verte feliz sin pedir nada a cambio. Siempre voy a él cuando se trata de las matemáticas y si no entiendo pierde la un poco la paciencia y me mira con unos ojos de querer matarme y al final entiendo, pero ¿ya qué? (risas). Me ha enseñado mucho a mí y a todos sus hijos, todas sus hijas son unas princesas y sus hijos unos príncipes. Lo que más me hace feliz es que siempre va a estar ahí para mí, para su familia, que estará a mi lado sin importar nada, que se puede molestar conmigo como con la matemática, toñequiarme como lo hace disimuladamente y perdonarme de la manera en que solo un padre puedo hacerlo, como él lo puede hacer. Es tan bueno que parece un sueño y no puedo creer tener un papá como él, de verdad lo amo mucho y quiero tenerlo todo el tiempo en mi vida”.
María Fernanda, la menor de sus hijas, responde con ternura y cariño, dos interrogantes para dejar registro del amor por su papá. “¿Qué pienso de mi papá? Pienso que es un padre muy maravilloso y la persona más importante en mi vida, mi papá cuenta los mejores chistes, bueno no los mejores pero igual me hace reír y siempre lo hará y será mi superhéroe favorito. ¿Qué hacía con mi papá? Bueno casi todos los fines de semana comíamos parrilla, íbamos a la piscina, me ayudaba en mis tareas y siempre me escuchaba cuando nadie más lo hacía”.
Juan Carlos tiene gusto por el canto y lo hace muy bien para solo tratarse de uno de sus pasatiempos. Me indica que escucha música llanera, la de Ignacio Rondón, en ese momento canta un extracto de una de sus canciones: “en aquel café cuando la conocí, ella me miró y yo le sonreí”. También oye rancheras y románticas, me recomienda que escuche la canción Agridulce de Alejandro Fernández. Le gusta leer sobre todo las historias bíblicas y recuerda libros de Rómulo Gallegos, Gabriel García Márquez y Paulo Coelho. Le encanta ver televisión, se concentra tanto que a veces le hablan y ni se entera. Gusta de series como Friends, El show de los 70 y The Big Bang Theory. No puede elegir entre el café y el té porque ninguno le agrada demasiado, pero a veces toma café en la mañana y otras, té por la noche, no es todo el tiempo. Dice que la playa le fascina y nunca se imaginó vivir en la playa.
Simpatiza con el 21 y el 12 porque eran las camisetas que usaba jugando béisbol y softbol. Donde más jugó fue en la FAC, en el Club Luso, en el Roseliano Perez y en el Julio Hernandez Molina. Le gustan todos los deportes pero más que todo béisbol y futbol, “me veo todos, todas las olimpiadas, me gusta la natación, me encantan los deportes y no me pelo un mundial”. Su equipo favorito es los Leones del Caracas. De sus mañanas acota: “siempre amanezco alegre, de hecho yo casi nunca me pongo bravo, siempre me paro temprano, me pongo a lavar el carro, a hacer cosas. Es muy raro que yo me levanté después de las 8”. De las películas recuerda Orca la ballena asesina, aunque dice que es viejísima. “Cuando me preguntaron en la entrevista de la visa, qué va a hacer a los Estados Unidos respondí: allá hay un animal que se llama Orca y yo lo he querido ver desde niño y de inmediato me la aprobaron. De verdad siempre quise verlo y lo pude hacer la primera vez que vine, en uno de los parques de Orlando, llegamos tarde al primer show y yo me quedé esperando todo lo que duraba porque no me quería perder ni el inicio del siguiente”.
¿Qué te hace reír? “Lo que más me causa gracia son las ocurrencias de Yuli, me dan mucha risa y me hace sentir bien, es demasiado ocurrente, como Tico”. ¿Qué es lo primero que ves en otras personas? “Generalmente cuando me presentan a alguien, nunca escucho el nombre, tengo que volver a preguntar después como se llama porque nunca le prestó atención. Lo que más me fijo es cómo está vestido, yo recuerdo frecuentemente como estaba vestido alguien”. ¿Un buen amigo en tu vida? José Gregorio Jiménez, es mi tremendo amigo, lo conocí trabajando en Santoni. Una frase que siempre dices: “yo donde estorbo amanezco”. ¿Qué es lo más triste que has vivido? “La muerte de mi papá, él se enfermó, yo lo encontré acurrucadito en una cama, no pensé que se me iba a morir nunca. Lo llevamos a un hospital en Barquisimeto, yo trabajaba en Coposa, pude gestionar sus medicamentos y los fui a buscar. Cuando regresé ya papá había muerto, sentí que no había hecho lo suficiente. Ahora sé que hice todo lo mejor que pude, pero en ese momento me sentí muy mal”. ¿Qué lugar quisieras conocer? “Me gustaría ir a Suiza, a un lugar con nieve, con mucha nieve. En realidad me gustaría más ir a Finlandia, me encantan los lugares fríos con mucha nieve”.
Afirma que ahora mismo es feliz. “Creo que siempre he sido feliz pero me faltaba paz interior y ahora lo conseguí, me siento feliz”. Reseña la felicidad como tener paz interior. “En este momento tengo muchísima paz interior y soy feliz verdaderamente, lo mejor que un ser humano puede tener es su paz interior. Por eso Jesus decía busca la paz y síguela. Su tarea pendiente es reunificar a su familia. “Hasta que no consiga eso, no estaré totalmente feliz. A mí me importa muchísimo mi núcleo familiar, tenerlos cerca y servirles. La verdad es que a todos mis hijos les enseñé y traté de tener una forma especial de criarlos, me gustaría que la transmitan a sus hijos. Quiero que ellos por decirte algo, si yo les daba Corn Flakes, si les hacía las arepitas, esas pequeñas cosas que yo viví con ellos se las trasmitan a sus generaciones, que su papá siempre los ayudó, les daba un consejo y se preocupaba, quiero que sean así con sus hijos. Con eso yo partiría feliz”.
Juan Carlos es un hombre jovial, agradable y bromista, en buen criollo «jodedor», siempre anda con un chiste y pura risa. De esta conversa he concluido que es admirable su capacidad de reinventarse. Es un tío que adquirí en la adolescencia así que siempre lo he considerado más un amigo, me resulta panita y cercano. Canta lindo, tiene un vozarrón, siempre íbamos con mis tías y primos a algún karaoke a cantar parejo. Compartimos paseos, idas a la finca, a la piscina y buena comida, siempre en familia y con un ambiente ameno. Rosme, mi hermana, una vez trabajó con él de promotora en evento en el Eurobuilding y recuerdo que nos dio la cola de regreso, todo el camino fue una grata conversación. Recientemente participó en uno de mis talleres de escritura, lo invité pues cuando escribí de mi tía Yuli me sorprendió gratamente la gracia de su pluma y la amplitud de sus palabras, además del amor que le profesaba. Siempre me he llevado bien con él y me da gusto conocerlo de forma distinta al reseñarlo, abordar su humanidad en esta faceta de su vida y que ustedes puedan conocerla. Gracias por la buena charla, el cariño y las risas. ¡Siempre tendrás mi afecto!
Gracias sobrina por este hermoso trabajo, eres muy especial y muy profesional; muchísimas gracias por la publicación.
Gracias a ti por ser parte de este extraordinario proyecto ¡Abrazo!
Que linda historia, contada desde diferentes ángulos. Que grato es que todos concuerden en los chistes eso lo hace especial.
Así es querida Ray, el humor trae alegría y que los demás nos vean de forma positiva. ¡Gracias por la lectura!